36. Orgullo.

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Dedicado a Bones por la preciosa tercera temporada hecha con tanto cariño para nosotros, los fans.

   Aunque Dazai le había propuesto, tras volver de su entrevista de negocios de Osaka, entrenar juntos y Chuuya, que tenía la tarde libre hasta unos asuntos con unos vietnamitas que debía arreglar en la estación central de trenes a la noche, había aceptado con gusto, dentro de él algo le decía que algo había cambiado.

   Dazai le había enviado un mensaje antes de despegar y tras aterrizar, como a la ida, pero los más viejos tuvieron un tono pícaro y de humor, los segundos habían sido demasiado neutros y formales en comparación.

   Quizá la reunión con el proxeneta de Osaka había sido muy desagradable aunque Chuuya deseaba que la más conocida homofobia de ese tipo no hubiese supuesto un inconveniente.

   Su temor más grande es que Dazai, que aún no tenía nada clara su sexualidad, no hubiese hecho o dicho cualquier estupidez, o, que en el peor de los casos, ambos perdiesen todo lo que habían avanzado.

   Sus peores augurios se confirmaron cuando pasó por una puerta entreabierta y escuchó como Akutagawa le estaba explicando a Gin qué había pasado en Osaka.

   Estrujando el asa de la bolsa de deporte para intentar contener los gritos no por lo palurdo que era el cabrón del proxeneta, que para Chuuya no era más que un gay reprimido, sino por cada una de las frases con que Dazai le había seguido la corriente.

   Chuuya no podía creer que Dazai dijese en serio todo aquello de que no era gay porque nunca invertían los roles. Ni siquiera el más ignorante del mundo podría creer eso, y Dazai el hombre más inteligente que conocía, tras Mori-san. Aún así de sus ojos escaparon lágrimas de decepción porque Dazai ensuciase lo que ellos tenían por el resultado exitoso de una negociación. ¿Tampoco le importaba que el primer cretino que se encontraba insultase a aquel que con tanto mimo acariciaba tras disfrutar del sexo?

  No tenía ganas de seguir escuchando tras oír aquel brindis Por los machos pero Kouyou le había enseñado que debía quedarse espiando una conversación hasta el final. Lo haría, a no ser que su corazón se rompiese antes.

  Tras el brindis, Dazai-san había tomado su tono más serio al retomar el asunto que le había llevado a Osaka:

   —Como le había intentado empezar a exponer, antes de que nuestra entrevista entrase en los detalles de mi vida sexual, hemos tenido unos problemas con el ministerio de salud pues varios clientes nos han querido denunciar tras contagios tras estar con alguna de las chicas que nos ha proporcionado usted, señor Okamura. Naturalmente les hemos hecho recapacitar tras comprometernos a pagar las facturas médicas y una compensación económica cuantiosa.

   Okamura había escuchado esto como si no tuviese nada que ver con él, de hecho estaba todo entretenido intentando quitarse con un palillo algo que se le había quedado entre los dientes.

   Cuando al fin lo consiguió, sonrió satisfecho y respondió a Dazai, quien le había esperado con los ojos cerrados, sin duda para dejar de ver aquello tan repulsivo.

  —Cuando les traspaso mis chicas a la Port Mafia, dejo de ser responsable de cómo realizan sus servicios. Si no se cuidan, no es problema mío.

  —Lo es, señor Okamura, cuando las últimas cinco chicas que nos vendió, las cinco estaban infectadas con gonorrea.

   Okamura dio otro golpe en la mesa, gesto que solía hacer  cuando se exaltaba.

  —¡No consiento que un invitado me acuse en mi propia casa!

  —Yo no le he acusado de nada, señor Okamura —replicó con calma Dazai, —además, no soy un invitado sino un cliente al que su falta de ética ha hecho perder mucho dinero y prestigio.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora