45. Todo irá bien

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Dedicado a -ArizuRabbit  por su cumpleaños. Muchas felices. De Ranpo a Poe.

Advertencia: contenido sensible.

Sangre.

Ese olor metálico tan penetrante le había acompañado durante muchas misiones.

Al principio, la novedad le fascinó, apreciando los matices de color diversos al brotar de una herida de bala o de un corte limpio. El chorro a borbotones de una garganta abierta, la mezcla a potaje de entrañas al abrir un estómago en canal, las gotas como pequeños rubíes siguiendo el rastro de un enemigo herido, las manchas escarlatas de unos sesos al reventar el cráneo de un disparo, la mezcla con el gris de la piedra de la acera tras reventar los dientes de una patada, los restos secos en ropa de muertos o las manchas que tanto cuestan de limpiar en el suelo.

Y gritos, alaridos, ruegos de clemencia, promesas histéricas de venganza, lloros de dolor y muerte.

A veces podía despertar cierto renovado interés si se trataba de un método de tortura.

En los asesinatos selectivos pocas veces.

Ahora que su visión estaba estampada con la sangre y las astillas enganchadas a la piel destrozada de Chuuya, Dazai sintió algo que nunca había experimentado en un escenario tan extremo tal como él vivía en su trabajo: terror.

Tras ser consciente del terrible accidente acontecido a Chuuya, su primera reacción había sido de odio hacia el técnico de mantenimiento, el más que probable responsable. Le buscaría y le mataría sin dudar.

—¡Osamu!

Solo Dazai podía entender su nombre pronunciado por los labios de Chuuya entre su respiración rota por los terribles dolores que sufría y el horror de ver lo que les había pasado en las extremidades inferiores.

—¡Te pondrás bien, ya lo verás! —le aseguró Dazai intentando no mirar donde estaba la carnicería y tomando con mucha delicadeza, con mano temblorosa, la mejilla derecha de Chuuya que estaba húmeda por las lágrimas de su tormento.

Chuuya apretó los ojos y un largo gemido de angustia salió de su garganta que fue interrumpido por una convulsión y escupió sangre.

¡No, no, no, no! ¡No podía ser! ¡Sus órganos internos no podían estar dañados!

Otro se hubiera desmayado al descubrir el trozo de plancha clavado en el estómago de Chuuya.

Dazai sabía por haberlo visto antes que esa herida era mortal.

—Tranquilo, Chuuya, pronto vendrá ayuda.

Aseguró, mientras su mente empezaba a reaccionar y a trazar un plan.

Tomó su móvil del banco de abdominales donde lo había dejado antes de empezar el entrenamiento y marcó uno de los cinco números de favoritos en su agenda, contando entre ellos el de Chuuya.

Cuando sonó el primer tono solo deseó que respondiera rápido.

Sintió un gran alivio cuando le saludó al otro lado de la línea:

—¡Mori-san! —le interrumpió su pregunta de que lo deseaba: —Debe venir lo más rápido posible al gimnasio, es urgente, muy, muy urgente. Cada segundo cuenta...

—Dazai-kun, cálmate. ¿Qué ha pasado? —el notar la diversión de Mori por escuchar a Dazai llorando al teléfono aterrorizado, le hubiese encrespado en cualquier momento, pero necesitaba ayuda de un profesional.

—Es Chuuya, él, él...

—¿Un accidente? —una ligera nota de seriedad apareció en su tono.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora