24 Love-hotel (Parte 2)

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Dedicado con mucho cariño a ConnienotConnie

Aviso: Contenido adulto. Descripciones sexuales explícitas.

Desde que a los catorce años conociese las bondades del acto sexual, Dazai encontraba siempre en él un desahogo a su constante agobio y desencanto a la vida.

Un orgasmo era una pequeña muerte, una sensación de paz, por eso esas relaciones esporádicas de las chicas de su lista eran como estímulos de luz en la oscuridad.

El sexo con Chuuya era algo más. Se sentía feliz y dentro de aquel bienestar dejó de lado sus cuestionamientos de beneficio añadido o uso a posteriori que cruzaban constantemente su mente cuando realizaba cualquier actividad. Sencillamente vivía el momento.

Mientras besaba, lamía y acariciaba el cuerpo tan trabajado de su compañero, reía con despreocupación cada vez que el pelirrojo gemía, blasfemaba o suspiraba.

Tras explorar por completo la piel firme de los glúteos de Chuuya, el orificio entre sus piernas le atraía morbosamente pero algo en él le paraba de adentrarse todavía.

Sabía que era egoísta el negarle ese placer al otro tras el esmero con que le había practicado el oral. Solo de recordar todo lo que había sentido mientras su boca envolvía su pene, este se removía como si estuviese conectado a una toma de corriente.

No había podido negar que era la mejor mamada que le habían hecho nunca y su corazón se aceleraba al pensar cómo sería follar.Por supuesto que él sería el activo. Además, Chuuya lo estaba deseando, por eso le había puesto tantas ganas al chupársela, para demostrarle las ganas que tenía de tenerle dentro de él.

Dazai no le iba a decepcionar. Tenía experiencia en ese tipo de sexo con algunas chicas que eran muy abiertas de mente, así que sabría cómo prepararle para que no hubiese dolor ni incomodidad. Le iba a hacer disfrutar, y quizá, superasen juntos ese récord de siete. Si hacía falta, alquilarían la habitación por más horas.

Todos estos pensamientos iban y venían de su mente, mientras volvía a recorrer la senda por encima de la columna vertebral de Chuuya, subiendo hasta su nuca, soplando, lamiendo, chupeteando la fina piel alrededor de su choker.

No se planteó el quitárselo pues le daba un toque muy morboso, lo mismo que el guante izquierdo que aún llevaba puesto.

¡Era tan sexy la imagen de un Chuuya ofreciendo su cuerpo! Indolente, deseoso, sin ningún resto de esa cerrazón autodefensiva que siempre estaba presente en él cuando estaban juntos.

Por su lado Dazai ya podía olvidarse de negar que le gustaban los hombres porque este pelirrojo le volvía loco. Ninguna chica le superaba en sensualidad en cada curva, en cada recoveco. Aunque no todo era perfecto. Estaba esa cosa, que le echaba para atrás porque...

-Dazai -le oyó que le llamaba Chuuya con la voz amortiguada por estar conteniendo el volumen de sus jadeos de nuevo con la cara enterrada en la almohada.

-¿Sí? -le preguntó él mientras le daba pequeños besos suaves como flores de algodón tras la oreja derecha y le mesaba el sedoso cabello.

Chuuya se revolvió y consiguió doblar el cuello para mirar a Dazai.

Los poros de su piel estaban dilatados, su piel roja, sus labios hinchados y sus ojos brillaban. Mostraba con tanta crudeza su excitación que Dazai le deseó aún más.

-Quiero sentir tu lengua, la deseo adentro.

Su voz sonaba tan grave y arrastrada que le besaría con todas sus ansias pero justo cuando iba a poner sus labios sobre los del pelirrojo, este retiró su cara.

Chuuya, Personal Trainer. ( Completada )Soukoku. Bungou Stray Dogs.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora