Capítulo 2-

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No me creía que Nathan fuese quien yo pensaba, después de tanto y tiene que volver a mi vida, no creo que tengamos algún tipo de relación, pero trabajo para su familia, ¡soy la canguro de su hermana! Estas cosas sólo me pasaban a mi...

De pronto me encuentro en la puerta de mi casa iba tan metida en mis pensamientos que no me he dado cuenta de que ya había llegado.

Entro y salgo disparada hacia mi habitación, mi madre ahora estaba regañando a mi hermano (como siempre últimamente) y no me apetecia que me metiera a mi también.

Una vez encerrada en "mi cueva" me tiro sobre la cama y me viene a la cabeza el verano de hace 4 años.

Verano 2010.

La maravillosa de Clary al acabar el curso escolar, nos había invitado a mi y Gina a ir con sus padres dos semanas a su apartamento en Los Ángeles.

Por suerte tanto los padres de Gina como los míos nos habían dejado.

Donde íbamos a vivir era en un precioso apartamento con vistas al mar, con una zona con pistas para jugar a tenis, baloncesto y fútbol, jardines y piscina. El apartamento por dentro no era muy grande: 2 habitaciones, cocina en el comedor y dos lavabos. En nuestra habitación habían dos camas y cada noche a dos de nosotros nos tocaba dormir juntas. Nos lo pasábamos  genial, por la mañana íbamos a la piscina y por la tarde a la playa, pero al tercer día dijimos de ir por la tarde a jugar un rato al baloncesto; a mi la idea no me hizo especial ilusión, ya que al contrario que mis amigas era una negada para los deportes, pero igualmente fui a jugar con ellas.

Pero yo que era muy torpe me caí de boca y mi labio y nariz acabaron ensangrentados. Mis amigas fueron enseguida a buscar algo para curarme y yo de mientras me senté en un banco que estaba cerca ya que estaba un poco ida por el golpe. Cuando estuve un poco más consciente, me di cuenta que a mi lado estaba sentado el chico más guapo que había visto en mi vida.

-Emmm, bonita, ¿que te ha pasado? -preguntó preocupado por mis pintas.

-Me he caído... soy lo más torpe que existe en este planeta -le conté riendo.

-Soy Nathan, ¿como te llamas tú?

-Katherine, pero todo el mundo me dice Kate.

-Tu nombre es precioso -alaga mi nombre, haciendome sonrojar- ¿eres de aqui? -pregunta.

-Sólo estoy de vacaciones, vivo en San Diego, ¿tu de donde eres?

-Está cerca, yo soy de Chicago.

Y seguimos hablando un poco más hasta que llegaron mis amigas con el botiquín médico y él se fue. Clary y Gina me curaron y mi cara mejoró en aspecto.

Al otro día mientras esperaba a que las chicas bajaran para ir a la playa lo volví a ver.

-Ei Kate, hoy tienes mejor aspecto.

-Si, mis amigas son buenas enfermeras. -dije riendo.

-Eres muy maja, bueno me voy que llegó tarde. -se despide Nathan.

-Adiós! -me despedí yo.

A partir de ese día nos veíamos a la misma hora y hablabamos un poco, y me pasaba el día esperando ese momento.Mis amigas decían que me ese chico me gustaba, ¿pero era posible? Pues no lo sabía, lo único que era consciente que en mi cabeza estaba siempre su mirada gris azulada y su sexy sonrisa.

El último día de vacaciones fui a verle donde siempre, pero espere 15 minutos y no vino, así que me fui a la piscina donde me esperaban las chicas, pero antes de llegar vi a alguien llorando en un banco, yo con toda la inocencia y bondad del mundo me acerqué y vi que era Nathan.

Me acerqué corriendo hacia el y le abracé, el se sorprendió, pero al verme se alegró, luego me senté a su lado en el banco.

-¿Porque estas así, Nathan? -me preocupé.

-La hija de puta de mi novia, me ha dejado...

-Uix... lo siento mucho, ¿Pero sabes? Ella se lo pierde, tu eres muy buen chico y si me permites decirlo un chico muy guapo, el sueño de cualquier chica de tu edad, así que secate esas lágrimas, que esa tía no las merece, y además aquí no se acaba el mundo eres joven y seguro que pronto encuentras a la persona de tus sueños. -le solté para animarle.

-Áis Kate, que buena eres y que razón, a pesar de ser más pequeña que yo, eres más lista que muchos que conozco de mi edad incluyéndome; ¿y sabes? Tienes toda la razón, que le den.-Me dijo un poco más alegre.-

-Gracias -me reí- ¡Y así se habla!

-Kate, ¿te puedo invitar a un helado? Es por animarme...

-Vale!!! Encantada! Amo el helado.

Así que les mande un mensaje a mis amigas diciéndoles que Nathan me invitaba a un helado y ellas me respondieron que no había problema pero que querían detalles, vamos hablaban como si fuese a perder la virginidad con él.

Me llevó a una heladería de cerca, y compró dos tarrinas grandes de helado.

Me lo pase genial, hicimos fotos del momento y además tuve la oportunidad de conocerlo mejor y eso me encantó. Luego me acompañó hasta el portal del apartamento y nos despedimos.

-Nathan, esta tarde regreso a San Diego... -dije triste.

-No te pongas así, yo me voy mañana a Chicago.

-Bueno... si no te importa, ¿podemos mantener el contacto por Facebook? -le pregunté nerviosa.

-Claro, mira soy Nathan Evans y me reconocerás porque me pondré de foto de perfil una de las que nos hemos hecho hoy.

-Vale!! Yo tengo una foto mía con mis amigas en la playa.

-Vale! Yo te acepto y hablamos.

-Bueno Nathan, ahora si dame un abrazo, que aunque sigamos hablando virtualmente...

-Pues claro bonita!

Y nos dimos un maravilloso abrazo y además me lleve de regalo un beso suyo en mi mejilla, cosa que hizo que me sonrojara.

-Adiós Kate. -se despidió.

-Adiós Nathan. -le contesté.

Volví al apartamento, comimos, hicimos las maletas y volvimos a San Diego. En cuanto me libre de las preguntas de mis padres y mi hermano sobre mis vacaciones, fui a mi habitación y encendí el portátil y me metí en Facebook, donde busque a Nathan y efectivamente pude comprobar que se había puesto una foto conmigo haciendo el tonto con los helados.

A partir de esa noche hable con el guapo chico de ojos grises azulados y bella sonrisa casi cada día del resto del verano, y tal como habían pronosticado mis amigas acabe enamorada profundamente y le quería tanto que dolía; pero a pesar de todo perdí las esperanzas con Nathan cuando me dijo que era como una hermana pequeña para él.  Desde ese momento, tome la decisión de cortar por lo sano para no sufrir y dejé de hablarle. Aunque me costó, conseguí olvidarle.

En la actulidad.

Me gustó recordar ese verano, aún me acuerdo cuando creía en el amor, ya que desde que me enamoré de Nathan mi vida amorosa ha sido  desatre, y a consecuencia de eso soy una joven de 17 años sin ilusión por tener una historia de amor.

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Nuevo capítulo!!! Espero que os guste, ya se que dije que el capítulo lo iba a subir ayer, pero es que no me encontraba muy bien y no estaba muy inspirada.

También quiero informar que los días de subida serán los martes y viernes.

Y por favor votar y comentar, quiero saber que os parece, que podría cambiar, acepto críticas y incluso ideas.

Miles de besos y gracias por quien ya me ha leído.

Otra vez él *En edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora