Capítulo 1

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La fuerte brisa hace que mi cabello revolotee por toda mi cara, por más que siempre lo coloque en su lugar, vuelve la brisa imprudente y hace que revolotee nuevamente

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La fuerte brisa hace que mi cabello revolotee por toda mi cara, por más que siempre lo coloque en su lugar, vuelve la brisa imprudente y hace que revolotee nuevamente. Así que ya cansada, me resigno y lo dejo que se mueva de forma libre.

Miro por enésima vez la pequeña tarjeta donde tengo la dirección anotada y echo un vistazo por todo el solitario lugar en busca del apartamento donde me hospedaré. Cuando por fin lo encuentro, me dirijo hacia el.

Al parecer ha llovido, ya que el suelo está húmedo y se ven muy pocas personas a fuera, dándole un aspecto sombrío y desolador a todo el lugar.

Cuando llego al apartamento, saco la pequeña llave de mi bolsillo y abro la puerta, que a su vez, chirría.
Ya casi es de noche, así que todo está oscuro y no veo nada. Opto por encender la linterna de mi celular, para buscar el interruptor de la lámpara principal.
Cuando por fin lo logro, la enciendo y me siento en un pequeño banco que está en un rincón de la habitación. El largo y agotador viaje me ha dejado exhausta.

Aún tengo dudas de todo esto que estoy haciendo, es decir venir a mudarme a un lugar completamente desconocido, sin amigos, familiares, donde dependeré de mí, y lo peor, donde me enfrentaré a mi mayor enemigo. Pero cuando recuerdo la razón por la que hago todo esto, me siento segura de que estoy haciendo lo correcto.

Sí, así es. Quisiera ya no tener más dudas, pero sé que las tengo porque tengo miedo, por más que trato de hacerme la fuerte, la valiente, la que no teme, es inevitable que el miedo y la inseguridad vengan a mí. Pero sé que es normal, solo debo tenerme paciencia. Ruego por que llegue rápido el día en que todo esto acabe, y sólo sea un recuerdo, un recuerdo en el que vea que todo este sacrificio, valió la pena.

~•~•~•~

El despertador no para de sonar, siento que ese agudo pitido hará que mis tímpanos revienten. Tomo mi teléfono y miro aún con los ojos entrecerrados la pantalla. Me llevo una sorpresa al ver la hora, llegaré un poco tarde a la universidad en mi primer día. No sé en qué momento me quedé dormida anoche, aún estoy tan cansada por el viaje y la mudanza, que siento que mi cuerpo pesa.

Me ducho rápidamente y tomo una manzana, sí, solo desayunaré eso, no tengo tiempo para prepararme algo. Tomo mi bolso y salgo de inmediato.

El cielo ya está un poco claro, sus colores hacen un lindo matiz entre azul oscuro y claro. Los débiles rayos de sol le da pequeños toques naranjas.

Me dirijo hacia la parada del transporte público, el cual no demora en llegar, afortunadamente. Veo el camino durante el trayecto, ayer cuando llegué no puede apreciar bien la ciudad, ya que era de noche y estaba oscuro.

Las calles hoy se ven transitadas, a pesar de ser temprano. Se ven algunas personas, la mayoría con mochilas, o bolsos, otros solo los acompañan.

Las casas en su mayoría tienen un estilo londinense, su ancho es reducido pero su altura es considerable, ya que son de dos pisos. Aunque esto va cambiando a medida que avanzo en el camino, ya las casas no se encuentran apilonadas, sino al contrario, cada una se encuentra a una distancia prudente de la otra.

Al llegar a la universidad, no tardo mucho en ubicar mi facultad. Cuando entro al salón, todos me quedan viendo, y algunos me reparan con mirada devoradora, ni si quiera se molestan en disimular, así que solo los ignoro mientras observo el salón de clases.

Es un poco amplio, no tiene ningún tipo de decoración. Sus paredes son de color blanco, y ambos laterales tienen una amplia ventana, la cual es más grande de largo que de ancho. Las mesas de dos se encuentran ubicadas en largas filas, formando cinco naves.

—hola guapa —exclama un chico de cabello negro y ojos color café claro— ¿Te quieres sentar conmigo? —Pregunta tratando de ser seductor.

—no gracias —le doy una sonrisa fingida que parece un poco natural—. Me sentaré allá —señalo con mi dedo una mesa vacía.

Algunos chicos se ríen de él al ver que lo he rechazado, y unos se acercan y le susurran algo al chico, el cual solo se limita a mirarme y sonreírme retadoramente.

—buenos días chicos, espero que estén bien —dice la profesora mientras entra al salón. Es una señora bastante pequeña y un poco gruesa, su cabello apunta en varias direcciones y sus gafas se ven de bastante aumento—. Por favor abran su libro en la página veinticinco y empiecen a hacer el trabajo en parejas.

Todos empiezan a unirse hasta que quedo yo sola. Qué incómodo es ser la nueva y no tener a nadie de tu lado, y más en momentos como éstos.
Me siento en desventaja, ya que sólo entré dos meses después que ellos, pero en vez de integrarme, solo me miran y cuchichean entre ellos. Ya no solo es incómodo, sino también molesto.

—tú —la profesora me señala de forma abrupta con su dedo índice—. Harás el trabajo conmigo.

—lo puede hacer con nosotros —dice en voz alta el chico de cabello negro.

—buenos días profesora, lamento llegar tarde —dice entrando un chico alto, cabello rubio y ojos azul claro. Debo admitir que es bastante atractivo.

—lo lamento señor Martínez, la señorita —me señala—. No hará el trabajo con usted, lo hará con el señor Dylan —anuncia la profesora haciendo un ademán al chico que acaba de llegar.

Por fin te encuentro, estaba esperando este momento Dylan McQuoind's.

Nota de la autora•
Hola a todos, sean Bienvenidos a este libro. Estoy muy emocionada de por fin traerles la edición de esta historia, que por si no lo sabías, la escribí hace un par de años, y he querido mejorarla. Así que les tengo dos noticias:
La primera es que para celebrar esto, he decidido traerles un maratón de varios capítulos. Y segundo estaré publicando semanalmente capítulos (aún no me decido la cantidad, cuéntenme cuántos les gustaría). Así que ya sin tanto rodeo, solo me queda por decirles que lo disfruten y que espero que les guste.

Estaré leyendo sus comentarios y háganme saber que les gusta mediante sus votos.

Lazos Peligrosos [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora