Capítulo XXXIII

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Mi mente no puede salir del estado de shock, realmente me siento en trance ¿Cómo podré decirle a Karla de que su novio fue el que ayudó en su secuestro? ¿De que James y Michael no eran nuestros amigos sino enemigos? ¿Cómo podré contarle a mí padre toda la verdad de lo que ha pasado?

Padre estoy en la estación de policía, debes venir, no te preocupes no he hecho nada malo, sólo que los detectives han hallado al asesino de Rebeca, debes venir.

Le dejo ese mensaje a mi padre, no soy capaz de llamarlo.

A los varios minutos siento mi celular vibrar así que lo veo, y es un mensaje de papá.

Está bien hija, ya voy en camino.

Los minutos se me hacen estrenos, Dylan y yo estamos sentados esperando, estamos en la sala de interrogatorio, estamos detrás del vidrio, no queremos que Michael nos vea.

Veo la puerta abrirse y siento que un vuelco en mi corazón, un policía entra, y veo a Michael, el cual otro policía está detrás de él, y por último entra el detective.

—señor Michael Berner se encuentra aquí para que procedamos al interrogatorio, sabe que está en prisión por los delitos de homicidio, y secuestro... —lo sé ya me leyeron todo eso— interrumpe Michael

—¿Así que acepta todos sus crímenes?—pregunta el detective

—no he dicho eso— Michael lo dice con tanta naturalidad —hasta no estar con mi abogado no diré nada, además no tienen pruebas, lo cual están haciendo un delito—

—no es así, tenemos pruebas, y es por eso que estás en la obligación de declarar—el detective toma un portátil y lo pone el frente de Michael—mira las pruebas en tu contra—

El detective le muestra la grabación, y las veces que se encontró con James. Y el las ve, me sorprende la sonrisa macabra que tiene, sólo observa con tanta naturalidad, cómo si no tuviera miedo.

—¿Qué dices ante eso?— pregunta el detective

—bueno, se que no podré salir de estas— su voz es fría, y solo mira a un punto fijo— sólo daré mi declaración cuando llegue mi abogado— se encoge de hombros

—recuerda que si dices la verdad, puede ayudarte en la reducción de tu condena— declara el detective

Dylan y yo solo observamos desde el vidrio, estoy desesperada, ya quiero que hable.

—está bien, responderé a sus preguntas— dice Michael

—¿Te declaras culpable ante el secuestro de Karla Castro?— le pregunta el detective y se produce un silencio agobiante.

—si, si me declaro culpable—

—¿Cómo llevaron a cabo el plan de secuestro y por qué?—

—el plan fue mío, James sólo me ayudó, y fue para poder acercarme a ella y a su grupo— se acomoda de su asiento —ah y también para vengarme de Dylan—

—también tenemos las pruebas de que estuviste en la muerte de Rebeca Clayton, declara sobre eso—

—yo hice que Rebeca se suicidara, primero la drigué y la sicocié para que se suicidara ya estaba aburrido de ella, era mi novia, pero solo la quiera para molestar a Dylan, hacerlo sufrir, pero luego ya me aburrió, y me tuve que deshacer de ella—

No, no puedo más, así que salgo de la pequeña oficina y voy hacia dónde él, Dylan trata de detenerme, pero no lo logra.

Un policía me toma de la cintura y me jala. Todos me miran, y Michael se asombra mucho.

—eres un bastardo, pagarás por todo el daño que nos haz hecho, te mereces estar en la cárcel de por vida— le grito a Michael

—vaya, vaya. Mi querida Mille— dice Michael.

—Mille, Dylan, vamos— me giro para ver quién es, y es el padre de Dylan quien entra con su esposa.

—¿Por qué siempre me haz causado daño, por qué si nos conocemos desde niños, y siempre viviste en mi casa?—grita Dylan

—Dylan detente—espeta el padre de Dylan

—no padre— anuncia —¿Por qué si eras mi mejor amigo me traicionaste con Rebeca, me culpaste de su muerte, ese día me hiciste creer que yo la había asesinado—

—debes explicar por qué en si celular había un mensaje que decía que Dylan la había asesinado— le pregunto a Michael, interrumpiendo a Dylan— responde— grito al ver que solo el se ríe descaradamente como si fuera algo normal

—yo había planeado toda la muerte de Rebeca, necesitaba que Dylan quedara como el culpable, así lo haría sufrir, así que por eso me encargué de que todo quedara perfecto, para que Dylan pareciera el culpable— Michael se encoje de hombros

—¿Por qué?— pregunta Dylan —¿Por qué? si éramos mejores amigos, ¿Por qué otra vez viviste a arruinarle la vida?—

—tu no eras mi mejor amigo— le dice Michael a Dylan —oh vamos ¿No le haz contado la verdad?—esta vez se gira para enfrentar al padre de Dylan

—ya basta, vamos— espeta el padre de Dylan

—no, dime de qué hablas— responde Dylan

—mi madre siempre trabajó para tu familia, ¿No te haz preguntado por qué tú padre nos puso a vivir en ti casa, me pagaba el colegio, y me daba dinero?, ¿Por qué hacía todo eso con el hijo de su empleada?—

—Michael detente— espeta el padre de Dylan

—no, diré la verdad, de una buena vez por todas— la mirada de Michael expresa odio, y se levanta de la silla

—tu padre traicionó a tu madre con mi madre antes de casarse, mi madre lo amenazó con que si no respondía por mí, le diría a tu madre y ellos no se casarían, así que por eso fue que siempre viví en tu casa, mi madre trabajaba allí para camuflar todo, para que según tu padre tuviera atenciones conmigo solo por cariño— dice Dylan

—eso no es cierto— grita la madre de Dylan —dime que eso no es verdad amor—

El padre de Dylan sólo mantiene su mirada fija en el suelo, su esposa le da una bofetada y ligeros golpes en el pecho.

Su llanto me estremece, sin dudarlo sale de la sala, él va detrás de ella.

—¿Por qué hiciste eso Michael?, eso no es razón para que hayas hecho eso, y menos con mi hermana— pregunto

—¿Es que no lo entiendes Mille?— pregunta Michael —toda mi vida he vivido bajo la sombra de Dylan, su padre siempre me tuvo como su hijo bastardo, todo lo mejor era para Dylan, y a mi solo me despreciaban, crecí con ese rencor de que mi padre nunca me quiso, esa envidia de que me diera tan solo un abrazo, pero nunca me lo dio, nunca me dio afecto de padre, mi madre tampoco me quería—

—eres una muy mala persona, te aborrezco— grita Dylan, su voz suena aterradora

—creeme que yo te aborrezco mucho más— recalca Michael con calma

—no fue mi culpa que te halla pasado eso, yo solo te di lo mejor de mí, me esforcé por ti, te admiraba, eras mi ejemplo, no tuve la culpa que tuvieras esa historia ¿Por qué la pagaste conmigo?— dice Dylan —¿Por qué?— grita

—porque con cada cosa mala que te hice, con cada sufrimiento que pasaste, estaríamos a mano, te quería hacer sufrir todo lo que yo sufrí, porque somos hermanos, así sea medios hermanos, porque por nuestras venas corre sangre McQuoind's, somos iguales hermanito— Michael ríe, es un psicópata

—te equivocas, yo no soy igual a ti, yo no estoy podrido como tú— dice Dylan —me alegra saber que pasarás aquí en la cárcel, así podrás pagar todo el daño que nos haz hecho

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Nota de la autora
Hola mis queridos lectores, rato sin pasarme por aquí, sólo quiero agradecerles por leer este libro. Y darles la noticia de que  Lazos peligrosos ha llegado a su recta final, si así es, ya muy pronto será el final de esta historia.
XOXO

Lazos Peligrosos [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora