Capítulo 7

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Su pregunta me ha dejado congelada, no quiero pensar que sospecha algo de mí, eso no puede pasar, arruinaría todo mi plan

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Su pregunta me ha dejado congelada, no quiero pensar que sospecha algo de mí, eso no puede pasar, arruinaría todo mi plan. Es la segunda vez que me lo pregunta, y debo saber la razón.

Su mirada es fría, pero calculadora. Me he dado cuenta que esto será un poco más complicado de lo que esperé.
Sabía que lograr mi plan no sería fácil, pero aún pienso en que no me rendiré.

Solo necesito pruebas de la farsa de su familia, ya que son tan influyentes que no le creerán a una simple chica. Por eso necesito pruebas, y sé que con ellas podré hacer justicia y que paguen por todo el daño que han cometido.

Debo admitir que me desanima el hecho de que en menos de una semana, ya Dylan sospeche de mí. Eso me genera desventaja, y eso es algo que no voy a permitir.

Sé lo que debo hacer en estos momentos, no puedo mostrar miedo, inseguridad, ni nada por el estilo, sino todo lo contrario. Debo hacer ver que no me da miedo, que no me intimida.

-pues si para ti no he venido a estudiar ¿Entonces a qué vine según tú? -respondo de la manera más natural que pude.

-si lo supiera te lo diría, por eso te lo pregunto. Verás -exhala un poco de aire-. Pudiste haber escogido entre más lugares y escogiste este: una pequeña ciudad.

-no le veo nada de malo y raro a que haya escogido una pequeña ciudad -digo enfatizando las últimas palabras-. Además no es que la haya escogido, no tengo culpa que me haya ganado una beca de la escuela y me hayan ubicado aquí por ser la de menor presupuesto.

Solo se queda callado y se limita a asentir. Creo que lo he hecho mejor de lo que esperaba.

-¿De dónde eres Clayton? -pregunta después de unos segundos de silencio.

-no creo que eso importe ¿O sí?

-creo que sí, me resultas un tanto familiar.

-¿Ah sí? ¿A quién? -pregunto un poco sorprendida. Me intriga demasiado saber si es a mi hermana u otra persona.

No es muy probable que se refiera a Rebeca, ya que al no ser hijas del mismo padre, nos distinguimos bastante físicamente. Ella era de piel blanca y cabello rubio, sus ojos eran de color verde claro y era alta.

Mientras tanto yo, se puede decir que soy bastante diferente físicamente a Rebeca. Soy bajita, piel un poco clara, cabello castaño, y ojos color café.

Su madre, quien la consideraba también mi mamá, se casó con mi padre cuando yo tenía dos años y Rebeca cuatro, así que nos considerábamos una familia de sangre.

Además ninguno de nuestros apellidos coincidía, ya que cuando nuestros padres se conocieron, ya ambas estábamos registradas. Y cuando se casaron nuestros apellidos siguieron igual.

-eso no importa -responde secamente.

-sí, sí importa. Me intriga saber a quién te resulto familiar.

-Solo un poco, a...

-Perdonen la tardanza, espero que la demora haya valido la pena y que disfruten el pastel -anuncia la madre de Backy interrumpiendo a Dylan.

¿Es en serio? Ahora seguiré con la intriga, ya que Dylan no pudo terminar lo que iba a decir, y lo peor es que le confesé que me intrigaba y ahora lo sabe. ¿Por qué no pudo aparecer unos segundos después señora Clary? Estoy molesta mentalmente y trato de disimularlo. Dylan lo nota y sonríe un poco.

-vengan, acérquense -dice Backy.

-bueno, entonces quedamos así Christopher -se escucha decir al señor Thomas, quien viene acercándose con el padre de Dylan.

-buenas noches a todos -Se despide Christopher, acto que imita Dylan y se van.

El resto de tiempo, pasamos los cuatro comiendo pastel y hablando un poco.
Me ha agradado la familia de Backy, son muy amables, y carismáticos. También me he dado cuenta que Backy es tímida al principio cuando no tiene confianza, pero cuándo la tiene, puede llegar a ser muy inquieta, cosa que me divierte mucho.

Después de comer el rico pastel de durazno que preparó Backy con su madre Clary, decidí que ya era hora de irme. El señor Thomas se ofreció a llevarme, y acepté.

Cuando llegamos me despido del señor Thomas y le doy las gracias. Entro a mi pequeño apartamento, y me quedo dormida de inmediato, estaba un poco cansada.

Al día siguiente tenía clases, así que decidí arreglarme un poco más de lo normal para ir a la universidad. Tenía ganas de hacerlo, y lo mejor: tiempo.

Al llegar a la universidad, me sorprende el hecho de que haya pocos estudiantes en el pasillo. Eso es muy extraño a esta hora, ya que faltan veinte minutos para que inicien las clases.

Decido no prestarle atención, y me dirijo a mi salón de clases. Backy me saluda muy animadamente, y yo la saludo de la misma forma.

-¿Y Karla? -pregunto, me sorprende no verla- ¿No ha aparecido desde el evento?

-no, cómo crees -se ríe un poco-. Ella estaba conmigo unos minutos antes que llegaras, solo que ha ido al auditorio. Ven, vamos nosotras también.

-¿Vamos, a dónde?

-pues al auditorio -dice con obviedad.

-¿Por qué debemos ir al auditorio? -vuelvo a preguntar ya que no entiendo nada.

-es que ha venido la familia Sentinelli, una de las familias fundadoras y dueñas de la universidad. Es muy raro que hayan venido, nunca lo hacen. También es un poco raro que nos reúnan a todos en el auditorio.

El auditorio se encuentra en nuestra facultad, por lo que solo debemos caminar unos cuantos pasillos.

Cuando llegamos, decidimos sentarnos muy atrás, Backy y yo coincidimos en que no nos gusta sentarnos adelante. Miramos de lejos a Karla, quien se encuentra en una de las naves centrales, y en las primeras filas conversando muy animadamente con unas chicas, supongo que deben ser las amigas que me ha contado Backy.

-buenos días estudiantes -exclama el profesor desde el púlpito, haciendo que todo el auditorio quede en completo silencio-. Hoy tenemos el grato placer y honor de tener a la familia Sentinelli con nosotros -señala a su izquierda.

Lazos Peligrosos [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora