En esta historia nada es lo que parece. Debes investigar a fondo, hasta llegar a la verdad. Pero cuidado, puede ser demasiado tarde. Es muy arriesgado y peligroso que cuando quieras ver estás jugando su juego y haz caído en su trampa.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estoy empezando a creer que debo pedirme una cita médica para que me revisen el corazón. Pienso esto, ya que en los últimos días he estado teniendo muchos episodios fuertes de sorpresa, cosa que creo que no le hacen bien al corazón.
Y es que ya de tantas impresiones fuertes, no sé ni cómo no me ha dado un infarto o un paro respiratorio. De verdad, no exagero.
Me encuentro estática, solo lo miro atónita, mientras él está sonriendo abiertamente, creo que le divierte todo esto.
—Ash —suspira—. Creo que esta vez, te he vuelto a asustar —se levanta de la silla y se dirige hacia mí—. En serio lo lamento, espero que nuestro próximo encuentro no sea así.
Ya está suficientemente cerca de mí, y la cercanía me permite detallarlo. Gracias a que ahora hay luz, ya lo puedo ver mejor que aquella noche.
Hoy lo veo más atractivo que ese día, no me equivoqué al pensar que era hermoso. Su piel blanca, sus ojos claros y penetrantes. Su sonrisa tan atractiva, podría asegurar que nunca había visto a alguien que le luciera tanto sonreír.
Mis pies no me han dado para responder, así que aún me encuentro estática en la puerta, y por instinto retrocedí cuando él se dirigía hacia mí.
Ya estoy recostada en la puerta, no puedo retroceder más. Él apoya sus brazos uno a cada lado de mi cara y se inclina un poco, dejándome acorralada por completo.
—¿Siempre quedas callada cuando te asustas? —pregunta con un tono divertido— ¿O es qué... —toma un mechón de cabello que se encuentra en mi cara y lo coloca en mi oreja, casi en una caricia—. Te pongo nerviosa?
—si —digo automáticamente sin pensar, me doy una bofetada mental por eso—. Quiero decir no, solo que —quito mi mirada de sus ojos porque no me puedo concentrar, son hipnotizantes—. Solo que es cuestión de que se me pase el susto —concluyo.
—entonces —toma mi cabeza y la gira hacia él—. Yo sé cómo hacer que se te quite.
Me besa, no me da tiempo de reaccionar, nuestra cercanía le permitió hacerlo rápido. Esta vez no fue tan pasivo como el primer día, fue más intenso. Como si me estuviera diciendo que me extrañó, que me necesita.
Cada movimiento que hace, lo hace con suma delicadeza, pero a la vez con pasión, es una combinación inexplicable.
Se separa un poco, nuestras respiraciones se encuentran deshechas. Roza su nariz con la mía y sonríe.
—te extrañé mucho —me da un corto beso—. Ya quería verte, besarte, y hablar.
—coincidentemente la reunión nos ayudó ¿No crees? —acaricio su mejilla con mi pulgar.
—no, para nada —ríe—. No fue coincidencia, todo lo planee.
Siento cómo se detiene mi corazón, ¿Debo esperar a que Dylan salga y me diga que todo esto fue un plan y caí? ¿Que ya me tiene en sus manos? Mi mente está que entra en pánico, alejo esos pensamientos de mi cabeza, no puedo estar pensando siempre lo malo.