Capítulo IV: Eco de Luz.

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— Mañana de tarde — Murmuro, terminando esta conversación con Kobe Malone, un importante socio de trabajo, que está del otro lado de la llamada.

— Partido de Béisbol mañana, Ángel — No puedo verlo, pero sé que sonríe con altivez, asegurando que su victoria en el campo de béisbol está decidida.

Frunzo el ceño con cierto sentimiento de desafío, la llamada cesa y me quito el Audífono Archy Inalámbrico que uso como manos libres mientras manejo. Su seguridad de que puede ganarme me dan ganas de patearle el trasero en el campo. No lo había descubierto hasta hace poco, pero el béisbol es uno de los deportes que me gusta practicar, sirve bastante para conversar de negocios y entablar una relación más cercana con tus contribuyentes; y aunque odie admitirlo, Malone tiene mucha más destreza que yo en este deporte a pesar de sacarme unos veinticinco años. Es un cojonudo.

Mientras conduzco en el mercedes a través de las calles de esta hermosa y enorme ciudad metropolitana, una conocida sensación de muermo se hace espacio en mi mente. Ya me estoy acostumbrando a esta apretada agenda de trabajo, y necesito empezar un nuevo negocio o emprendimiento que pueda distraer mi mente. Trabajé todo este fin de semana y no siento ni siquiera una gota de cansancio, incluso aumente el peso de mi entrenamiento en el gimnasio. No debería de sentirme así de aburrido, no después de que hayan aumentado las acciones en un 316% de uno de los restaurantes que me apropie el mes anterior. Estuvo entretenido la adquisición y la remodelación; fue algo más que sólo cambio de cosméticos, era una oportunidad para incluir cambios funcionales dónde se necesitaba. Esto incluyó procesos, personal, opciones de menú y tecnología de punto de venta. El costo de la remodelación con todo incluido llegó hasta los 700$ por pie cuadrado. Fue una excelente inversión. Y ahora estoy en conversaciones con mi hermano Jack sobre tomar la decisión de conservarlo o venderlo dependiendo de lo mucho que haya aumentado su valor.

Fue una meta más cumplida entre tantas, y ahora necesito plantearme un nuevo objetivo.

Vuelvo a fruncir el ceño. Lo cierto es que unos de los negocios que más tiene más mi interés es el evento de modelaje en el que estoy involucrado con una de mis socias más importantes, Esperanza. lo que me hace aclarar: Que allí es dónde me estoy dirigiendo. Se hará una reunión de suma importa en el que tocaremos varios temas de cómo desarrollar este proyecto, y puesto a que mi dinero es el que está de por medio, es obligatorio que esté presente.

Hace dos años trabajé como transporte privado para una importante diseñadora de ropa de 87 años ya jubilada, Lady Scarlatta: una mujer con muchas riquezas y sumamente respetada en la ciudad. Resulta que entre tantos viajes hicimos grandes lazos de amistad, después de mi gran impulso como compositor, fundar mi propia productora y adueñarme de distintos comercios, Lady Scarlatta me presentó a una de sus sobrinas, Esperanza - Quien también tiene una gran influencia en la industria de la moda- Una hermosa mujer de 40 años con descendencia Colombiana por parte materna, con un cuerpo sumamente adictivo, de caderas anchas, grandes piernas y glúteos con una medida de 37D-24-34. Nos llevamos muy bien y entablamos una fuerte relación de negocios en su ámbito empresarial en la que juntos financiamos eventos de moledajes, productos y propagandas.

Un tiempo después en una conferencia en Venecia nos hospedamos juntos en un suite para presenciar un importante evento financiado por nosotros y organizado por su equipo de trabajo, en el que participaron más de 150 mujeres de distintos países, y, luego de un largo día de trabajo celebramos con una botella de champaña y no mucho después entre una copa y roce de miradas pasamos a celebrar en una intensa noche de pasión.

Y sí, yo solamente tenia 19 años.

Varios meses después llegamos al presente. Estaba en una importante reunión realizada en unos de los edificios más grandes de la ciudad, junto a mi compañera Esperanza, se llevaría a cabo un programa de modelaje donde participarían 20 chicas ya seleccionadas para hacer promoción al nuevo lanzamiento de prendas y maquillaje bajo el nombre de la empresa, pero cada producto que se presentaría nos pertenencia a Esperanza y a mí, ya que fuimos nosotros quienes los diseñamos y producimos.

Puedo Oírte - La Secuela De ¿Puedes Oírme? CANCELADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora