Un agradable resplandor se adentra por la ventana y me despierta de un dulce sueño, había dormido como una bebe. ¿Cuantas horas he dormido? Enciendo la pantalla de mi celular y son... ¿¡Las seis de la mañana!? pero bueno ¿Cuantas horas dormí? Las cantidades de horas que he dormido me parecen auténticos dislates, aunque debo de decir... que siento que repuse bastantes energías, e incluso con mucho más ánimos. Me extiendo y estiro mis nervios para desentumecerlos. Era una agradable mañana, el cielo está nublado y puedo ver la ciudad a mis pies desde la ventana del penthouse. Salgo despacio de la cama y deploro el hecho de que siga con la misma ropa de ayer, así que me la quito rápidamente y me pongo una pijama y una bata encima, esto hace que me sienta mucho más calentita... Excelente para disfrutar una tasa de café mientras veías las noticias antes de empezar el día. Me dirijo hacía la ventana y puedo ver como todas las personas caminan por las aceras yendo a sus trabajos y los coches pasando, podría pasarme el día contemplando la vista, pero empiezo a sentirme mal cuando mi estomago comienza a rugir tan fuerte como un león — Dios, que hambre tengo — Me quejo en mi cabeza, literalmente no he comido nada desde ayer.
Tengo el cabello hecha todo un lío, como si acabara de bajarme de una montaña rusa. El pelo borrascoso no me queda nada bien. Intento poner orden en ese caos con los dedos con los dedos y rápidamente me lo amarro todo en una cola de caballo. Problema resuelto.
Mierda... Mia y Elle. Ayer me quedé dormida y no les pude decir que estoy bien. Tomo mi teléfono y no me había dado cuenta de que tenía 70 mensajes y 15 llamadas perdidas.
¿Que tal va todo?
¿Helena?
Maldita sea, Helena responde
¿Dónde coño estás?
Mia y yo te vamos a matar, niña... ¡Agarra las llamadas! Estamos muy preocupadas
Podía seguir así toda la mañana y creo que esos mensajes nunca se terminarían. Ay... Esas dos mujeres dan miedo, siempre se comportan como si fueran mi madre. Decido llamar a Mia.
El teléfono suena tres veces antes de que conteste.
— A buenas horas, pequeña guarrilla. ¿Por qué coño no nos llamaste ayer?
Está enfadadísima.
— Perdona. Me quedé dormida.
— ¿Estás bien?
— Sí, sí, de maravilla.
— Llamamos al motel para preguntar por ti y dijeron te marchaste ayer en la tarde. ¿En dónde estás?
— Pues... En el apartamento de Ángel.
— ¿¡Qué!?
— Puedo explicártelo mejor más tarde.
— Quiero saberlo ahora, Helena ¿Por qué sigues allí?
— Por favor, más tarde voy a verles y les explico todo ¿Va?
La escucho soltar un suspiro.
— Está bien.
— Nos vemos al rato, las quiero.
— Y nosotras a ti, nena.
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Puedo Oírte - La Secuela De ¿Puedes Oírme? CANCELADO
RomanceLa secuela de Puedes Oírme. Han pasado tres años de la muerte de Emily. Ángel intenta seguir con su vida queriendo dejar atrás todo su pasado. Nuestro querido protagonista ha descubierto que el trabajo duro y la constante dedicación es un excelente...