Hacía mucho tiempo que Manuel no entraba en la habitación de Martín, recuerda que la última vez fue cuando eran infantes y jugaban con los autos de juguete que se robaban de la habitación de Sebas.
-Oye ¿Te acordás cuando jugábamos con las barbies de la Tiare? -Ambos sueltan una risa escandalosa.
-Si weon, que wea nosotros -Dice entre risas el chileno, dejando su mochila encima de la cama del argentino y sacando su cuaderno -Me acuerdo también que una vez le rompiste la pierna a una barbie y la Tiare casi te sacó la chucha.
-Fuiste vos y me echaste la culpa a mi, hijo de re mil puta -Le tira una almohada de la cama.
-Fue mi idea, vo' la rompiste, no te hagai el weon -Atrapa la almohada y golpea al argentino simulando estar enojado -Ya, ¿Estudiamos?
Martín asiente poco entusiasmado, realmente pensaba en una tarde llena de besitos y momentos melosos con su chileno, pero la realidad era otra, tenía que estudiar o le iría mal de nuevo.
Se posicionó al lado de Manuel, exactamente pegados a la pared como respaldo y con el cuaderno de ambos entre las piernas. El chileno comienza a explicarle un par de cosas al argentino, como por ejemplo, resolver apropiadamente los ejercicios de inecuaciones que era la unidad que estaban pasando ahora en esa asignatura. Pasó un buen rato hasta que ambos se cansan y toman un pequeño descanso.
-Manu ¿Y si regaloneamos un rato y nos damos un par de besitos jotos? -Hace pucheros ruidosos.
-No.
Martín suspira enojado, y debido a su terquedad, le roba un beso a Manuel en los labios, y le saca la lengua. El chileno, por su parte, reaccionó exaltado y le dio de esos taldos locos que siempre les dan cuando se siente avergonzado (o hay un sismo). No evita soltarle improperios al rubio, que pronto fueron callados por más besos.
-¿Viniste a estudiar o a wearme con tus weas fletas?
-Vos también sos bien fleto aceptando mis besos -Le da un piquito esta vez -Manuuuu no tengo ganas de estudiaaar.
-Te va a ir como las weás.
-Me importa una wea.
-A ti no te sale, cállate.
El rubio suelta una risa y posiciona los cuadernos al lado de la cama, importándole poco que probablemente le fuese mal en la prueba de matemáticas, de todas formas había invitado a su noviecito sólo para esta más tiempo con él.
Hace que Manuel se recueste en la cama, se posiciona encima de él y empieza a darle besos en los labios de éste. Besos que no eran tan inocentes como los anteriores, que eran bromas para molestar al flaco.
Manuel por su parte, sólo se dejaba llevar, sintiéndose complacido de corresponder los sentimientos del argentino, de su argentino.
Mientras éste le daba besos, Manuel no evitó pasar sus manos por la espalda baja de Martín y comenzar a subir y bajar sus manos, acariciando gran parte de la espalda de éste mientras se besaban.
Era la primera vez que ambos estaban de esa manera tan intimamente. Claro, exceptuando las veces donde ambos jugaban solos en la habitación a que las barbies eran fletas.
De un momento a otro, suena el celular del argentino, que estaba posicionado en el velador al lado de ambos.
Se separan levemente y se miran por un momento, posteriormente Martín mira hacia el otro lado y ve su otro celular encima.
Se le había olvidado que había dejado ese celular en el velador, y un terror inmenso lo carcomió enseguida.
—¿Todo bien Rucio? —Manuel aún seguía en su trance, pero no evitaba sentirse confuso por el rostro del rubio. Miró el velador y vio el otro celular con confusión —Martín, ¿Desde cuándo tienes un celular nuevo?
Martín no sabía qué hacer, si guardar el celular con el número de "Desconocido" en otra parte, quemarlo, hacerlo explotar o contarle de una puta vez la verdad al chileno.
Manuel se levantó con cara de perro para buscar su propio celular en su mochila, la cual se encontraba al otro lado de la cama. Le habían llegado un par de mensajes y quiso levantarse para ver de quién era.
—Espera —Dice Manuel, agarrando el brazo de Martín, como diciendo que no se moviera de allí y que el leer los mensajes de WhatsApp sólo le tomaría un par de segundos.
Chat entre Manuel y Arthur.
Arthur: Manuel...
Arthur: ¿Te gustaría saber quién es Desconocido?
Manuel se hallaba confuso y no evitó fruncir el ceño.
Por otro lado, Martín vio de reojo esos mensajes, causándole una exuberante ansiedad y una crisis, pensando en alcanzar el celular para apagarlo y esconderlo en el cajón. Y quizás, más rato, deshacerse de él.—
Arthur: Llámalo.
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WhatsApp | ArgChi ©
Hayran Kurgu"Una apuesta, dos mensajes de texto y un chileno enfadado, ¿Que podría pasar mal?" Imágenes en multimedia y portada no son míos, créditos a sus respectivos creadores. ||