Día Cualquiera.

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Era un nuevo día el sol comenzaba a brillar, los coches comenzaban a sonar sus claxon de desesperación por el tráfico y un mexicano de piel morena roncaba por haberse desvelado.

Pero hoy, hablaremos de él más tarde.

8:30 de la mañana indicaba el reloj en la pared de los laboratorios, Oh se encontraba en el marco de la puerta despidiéndose de su querido esposo Kyle, un oficial de tránsito con el cabello castaño y un pequeño bigote.

Después de un beso de despedida el inventor tomó asiento frente al proyecto que tenía con Hamada, faltaba un poco más. Un par de ajustes más y sí los diseños y la fórmula de Hiro era correcta estaban a un par de pruebas de crear el primer auto volador que serviría a base de residuos de uso diario (basura, prácticamente).

No podía esperar, la gente solo había soñado con el día de poder ver un auto volar y ellos estaban a pocos fallos de lograrlo y de manera más ecológica. Sí, definitivamente el profesor estaba feliz. Su invento iba en buen camino y desde que se mudaron a San fransokyo su querida Tip estaba más alegre.

Era ya mas de un año que la veía totalmente decaída, ya no sonreía e incluso se alejo de él, pero era de esperarse después de lo que le pasó a Lucy. El inventor de piel morena dejó escapar un largo suspiro y volvió a mirar el reloj 9:05 están por llegar pensó para sí.

Dio vuelta a su silla mirando hacia la puerta y pasados unos segundos la castaña entró con una gran sonrisa en su rostro en su mano izquierda se encontraba un café y su brazo derecho estaba enrollado en el brazo del joven prodigio.

-¡Ya llegamos Oh!- dijo la ojiverde con claro entusiasmo.

-Buenos días profesor Boov, le eh traído un café, no se si lo desee.- Habló Hamada.

-Tan educado como siempre, Hiro-kun solo dile Oh, el no se va a molestar.- Hiro rodó los ojos y comenzaron una pelea infantil sobre los modales.

-Agradeciendo el café joven Hamada- exclamó el de cabello morado tomando el vaso de manos del nipon antes de que se le ocurriera lanzarse lo a su hija.

Miró la escena que aún continuaba entre los más jóvenes y no puedo evitar reír.

-Sabiendo, mi esposo y yo a veces peleando como ustedes. Sintiendo que eso nos hace tan buena pareja.- soltó despreocupadamente  el inventor.

Hiro solo atinó a ponerse terriblemente rojo y ponerse a leer unos planos. Mientras que la morena claramente sonrojada reclamó a su padre con la mirada.

🎶

Esta vez la cabeza de Oswald Boov no estaba en su sitio, no podía dejar de pensar en el pasado y en como cambiaron las cosas.

Cuando le dijo a Tipolina que se iban a mudar de sorpresa a un lugar con mucha cultura oriental ella emocionada se puso a estudiar japonés para poder hablar con todos los lugareños. Se veía claramente molesta cuando descubrió que seguirían dentro de América y que todos efectivamente hablaban inglés.

Por eso cuando descubrió que Hiro hablaba japonés obligó al pobre genio a que todas sus conversaciones fueran solamente en este idioma.

*************flashback**************

Dos semanas después de su mudanza por fin Oh había conseguido un empleo. No habían tenido problema en esas semanas pues el tenía ahorrado de su empleo anterior y porque Kyle se nego a mudarse hasta que tuviera un empleo asegurando. Por lo que la mayoría de los gastos corrieron por su parte.

Había salido de industrias Krei Tech donde le informaron que comenzaría el próximo lunes a trabajar junto al prodigio de San Fransokyo, el cual trabajaba para dicha empresa.

Solo Tú (Higuel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora