Éxito.

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-a ver a ver a ver, me estás diciendo que estaban a punto de comerse a besos en medio del café de su tía rodeados de gente. Pero cuando ya lo tienes para ti solo en una habitación ¿¡no haces nada!? Ya de neta ¿estás wey o te haces?- El artista tomó a su primo de los hombros sangoloteandolo con fuerza.

-Ya Marco, bajale a tú drama por favor, tenía que estudiar, no tenía que continuar perdiendo el tiempo.-

-Perdiendo el tiempo es lo que estás haciendo, wey, en lo que tu y yo estamos aquí cotorreando la Tipeja esa está con el, a solas en un laboratorio, juntitos los dos ¿si captas?-

-Marco para empezar no están solos el professor Boov está siempre en el laboratorio, además que tiene que esten solos eso no cambia nada-

-Hombre de poca fe, si yo fuera ella en este momento ya estaríamos estudiando anatomía en el primer rincón obscuro que me encontrara.
A eso agrégale que también estan juntos por las noches en su trabajo de héroes, para enamorar al chino ella tiene ventaja de tiempo y tu tienes falta de huevos.

-Recuerdame porque somos amigos tu y yo- dijo el músico cansado de los reclamos de Marco.

-No tienes opción, somos parientes y soy el más chido de todos, además no veo aquí a Rosa o Abel tratando de  ayudarte con el chino ¿oh sí?

-Touche, como sea deja de ser un exagerado y háblame de tu viaje. ¿Como es la gente? ¿Que tal el clima? ¿Lograste reconectar con tu musa interior? ¿Cuantos bocetos hiciste? ¿Si saben chido las baguettes en Francia?

Marco y Miguel hablaron de todo lo ocurrido durante su semana en Francia y disfrutaron de su compañía.

Pero, es verdad que lo que el chico de orbes ambarinos comentó hizo dudar al Rivera sobre su situación sentimental.
Estaba decidido esa tarde iría a visitar al chino a su laboratorio.

Una vez terminando de hablar Marco le dedico más palabras de aliento a Miguel para que por fin se confesara al chino y emprendió su camino.

Miguel volvió a casa tomó una ducha rápida y con apenas un mensaje para comprobar que estaban ahí partió al laboratorio de Hiro.

Al llegar seguridad no le permitía pasar por lo que sacó su celular dispuesto a llamar al genio de la robótica cuando una mano se posó sobre su hombro.

Se sobresalto un poco al ver frente a el al científico de cabellos morado.

-disculpado el susto joven Rivera- habló Oh soltando una pequeña risa.

Realmente solo lo había conocido a través de algunas video llamadas que tuvo con Hiro por lo que se sorprendió que él lo reconociera.
-El viniendo conmigo, Robert porfavor dejando pasar- el guardia soltó un bufido y dejó pasar a ambos.

-Muchas gracias profesor, de no ser por usted yo seguiría ahí afuera-

-No siendo una molestia Rivera, amigo del joven Hamada ser mi amigo también-

-¿Y que hace aquí afuera?- preguntó totalmente casual y relajado el moreno. Definitivamente no estaba pensando en que Hiro y Tipolina estaban juntos en la soledad del laboratorio. No, eso no ocurría en su mente.

-Yo necesitando un descanso del trabajo y definitivamente necesitando un descanso de las peleas de Hamada y Tip.-

-Oh vaya, ¿pelean mucho? ¿Entonces se llevan mal?- preguntó Miguel con una ancha sonrisa y brillo esperanzador en sus ojos, no quería ser tan obvio pero las palabras de Marco carcomian sus pensamientos.

-No, ellos llevando un grandioso amistad, cuando peleando yo recordar a mi esposo y nuestra forma de discutiendo. Pero ellos haciéndolo mucho y a veces frustrando mi concentración.- soltó despreocupado el científico.

Solo Tú (Higuel) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora