Capitulo 14

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—¡Kayl! ¡Kayl!

De pronto el hada apareció frente a él, sacándolo de sus pensamientos, con una expresión aterrada en el rostro.

—¿Que haces...

El hada lo interrumpió.

—Kayl, tienes que escucharme —estaba muy agitada, y apenas podía hablar—te han estado siguiendo. — Dijo entre jadeos.

Reous lo había estado siguiendo desde que salió de su casa, un largo tiempo. Subió a su motocicleta sin que el se diera cuenta, y cuando aparcó para continuar a pie ella lo siguió desde la distancia. Al principio solo quería ver a Kayl por última vez y despedirse de él, después pensó en marcharse sin decir una palabra, al fin y al cabo, el no deseaba verla. Pero justo antes de darse la vuelta e irse, se dio cuenta de que un grupo de personas lo seguían, ocultándose en la oscuridad de la noche.

Kayl volteo en todas direcciones. Era verdad, ¿cómo no se había dado cuenta? Estaba completamente rodeado <<Que estúpido he sido>>

—Conté nueve al menos. Y creo que son como tú.

En ese momento, Kayl la acunó entre sus manos. Escucho ligeros pasos provenientes de varias direcciones.

—¡¿Por qué no se dejan de juegos estúpidos y salen de una vez?! —Gritó Kayl.

Entonces se mostraron; los nueve vampiros salieron de las sombras, y con un paso tranquilo se acercaron a Kayl, hasta que estuvo rodeado. Lo que vio, fueron nueve rostros familiares.

—Tan sorprendente como siempre. — Dijo uno de ellos. Era un hombre imponente, con la cabeza rapada. Utilizaba gafas oscuras y llevaba puesto un traje negro. —¿O fue tu pequeña amiga la que te advirtió? —Soltó una risotada.

—¿Ahora son esas las compañías que frecuentas? —. Dijo una voz burlona detrás de él.

Reous estaba aterrada, sabía que algo terrible ocurriría, miro hacia arriba y se encontró con los ojos de Kayl mirándola, su expresión era seria, cuando de pronto; una sonrisa se dibujó en su rostro.

—Ha pasado un largo tiempo, maestro. — Dijo el que tenía enfrente, de una alta estatura y gran musculatura.

<< ¿Confías en mí?>> Era la voz de Kayl, dentro de su cabeza.

—La última vez que te vimos estabas casi en tu lecho de muerte. Y mírate ahora, diez años después...—Divagó.

—Entenderás que lo que sucedió no fue nada personal, pero rompiste las reglas. Y Constantine nos ordenó encargarnos de ti. —Quien hablo fue otro sujeto, de un largo cabello que llevaba sujetado a cola, y un rostro afilado.

<<Reous>>

<<Confió en ti>> —Le respondió.

—¡Demonios! —Carcajeo uno de ellos —De verdad eres tu... estoy tan sorprendido.

El silencio se hizo, hasta que el sujeto de gafas perdió la paciencia.

—¿No piensas decir nada? Que aburrido.

—¿Y qué más da? Hemos venido aquí a matarlo de cualquier manera.

—Estoy de acuerdo, terminemos con esto de una vez.

Kayl tomó a Reous con cuidado y la metió dentro de uno de los bolsillos internos de su chaqueta. Reous no podía ver nada, pero escucho a Kayl en su mente, decir: "Todo estará bien".

El hada y el vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora