Capítulo 8

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Pero él estaba solo, y el enemigo era poderoso

~Día 4~

Faltaba poco para que el sol hiciese su aparición sobre el cielo de Grayhold. Kayl se encontraba en el tejado de un gran edificio residencial de tres pisos. Miraba el cielo, libre de nubes, con un tono azul ligeramente opaco. Era el momento del día en el que se encontraba solo con sus pensamientos, y también cuando más recordaba ese día, ese preciso momento, en que lo perdió todo. "¿Lo ves, Lad? Si tan solo me hubieras obedecido ahora mismo serias un guardián, pero decidiste traicionarme. Ahora vivirás en carne propia lo que les ocurre a los traidores aquí. Comenzando por ver morir a esta miserable humana. Y tu; serás el responsable de su muerte ". Las palabras de Constantine seguían grabadas en su memoria al igual que cada detalle de lo que había ocurrido. De pronto, como un breve destello en la oscuridad, la imagen de Reous cruzó por su mente, sonriente. Rápidamente la apartó de su cabeza.

—Incluso cuando no estás aquí sigues siendo una molestia Entonces desapareció, como si su cuerpo hubiera implosionado. Era una habilidad que solo el poseía, consistía en desmaterializarse y re-materializarse en otro lugar del espacio, dicho de otro modo: teletransportación.

Estaba de vuelta en su hogar, cuando su celular sonó. La pantalla mostraba: "Red Q"Se trataba de María. Atendió, y como siempre solía hacer, esperó a que la otra persona hablase primero.

—Mi señor —Sonaba un poco alterada—le tengo malas noticias.

—¿Que ha ocurrido?

—Se trata de Eddie... fue asesinado. Hay claras señales de que se trata de licántropos.

—¿Sin luna llena?... Dime los detalles.

—Fue atacado, en su propio hogar. El lugar está hecho un desastre, dejaron su cadáver aquí.

—No puede ser.

—Es la verdad, mi señor.

Kayl se mantuvo en silencio por un rato, pensaba.

—Nadie, más que los propios miembros del clan conocen las direcciones de los demás. Y no fue una casualidad que lo atacaran en su propia casa ¿Sabes lo que significa?

—¿Un traidor?

—Correcto.

—Si es así, todos podríamos estar expuestos.

Kayl no dijo nada.

—Tendremos que reubicar a todos...

—No. Si enteramos a los demás, también se lo haremos saber a "el"

—¿Entonces qué hacemos?

—Consultaré los servicios de Ellie.

—¿Está seguro de ello? —María sonaba preocupada, Kayl sabia que ella no se fiaba de Ellie.

—No tengo opción. Hasta entonces quiero que te mantengas alerta. Avísame de comportamientos extraños.

—Lo haré. Y señor; sea cuidadoso.

Reous volaba en dirección a la casa de Kayl, a esas horas las hadas obreras hacían la ronda nocturna por lo que ella iba tan rápido como podía, no permitiría que nadie la descubriese. Entonces sintió un escalofrió en la nuca y una extraña sensación la lleno; como si alguien la estuviese siguiendo. Miró hacia atrás, pero solo pudo ver a las hadas haciendo sus labores. Cuando devolvió la mirada al frente vio a un obrero salamandra a escasos centímetros de ella, al no lograr esquivarlo chocó contra él, los dos perdieron el control y Reous fue a parar a la rama de un árbol, pero él obrero logró estabilizarse. Reous se puso de pie y sacudió su ropa, en ello el obrero se colocó detrás de ella. Reous no se percató y se volvió en sí. El la miró de la cabeza a los pies sin decir palabra alguna, rápidamente, Reous se cubrió el rostro con la capucha de su abrigo. Pero él había logrado verla.

El hada y el vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora