Capitulo 20

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—9:00 a.m.—

—Escúchame Kayl, de algún modo el espíritu de Reous se vinculó a ti en el momento que bebiste su sangre. Quizá porque ella deseaba entregártela. Lo que viste fue una manifestación de su alma. Estuve investigando y encontré algo impactante; no lo vas a creer. Yo misma no lo creo. Se llaman a sí mismas reinas, incluso sus pueblos las ven como tal. ¡Pero en realidad son diosas!

—¿Diosas? ¿Estas bromeando?

—Claro que no. Desde el origen de la tierra, cuatro diosas decidieron vivir en ella, ya que solo con sus dones la vida en la tierra sería posible. Ellas traen el equilibrio al mundo: la diosa del agua, de la tierra, del viento y nuestra querida diosa de la luz.

—¿De la luz dices? Creí que era...

—¿Del fuego? No. Esa es solo una forma que adopta.

A Kayl le costaba creer todo lo que había escuchado. ¿Era posible que un ser tan pequeño fuera una diosa?

—Creía que los dioses no podían morir.

—No lo hacen, pero ellas son diosas que habitan en la tierra. Al ''morir" dejan su cuerpo terrenal atrás y se preparan para renacer.

—¿Eso quiere decir que Reous va a... a volver?

Tras un momento de incertidumbre, Eloisa asintió.

—Y hablando de dioses; yo misma jugué a ser uno.

—¿Y ahora de que estas hablando?

—Cambie las cosas Kayl. Quizá haya alterado el orden natural de este mundo, pero no me importa. Me alegra haberlo hecho.

—¿Quieres explicarte de una vez?

Ellie río antes de contestar

—Esta vez ella volverá al mundo como una humana.

Kayl se sintió sorprendido una vez mas, todo sonaba tan irreal. Pero no estaba seguro sobre como sentirse al respecto.

—Creo... que eso seria bueno. De esa forma no tendrá que volver a ese horrible mundo del que venia, aunque este no es precisamente mejor —Dijo con desanimo, Ellie lo noto.

—Cuando la viste ahí y ella te toco, ¿Qué fue lo que sentiste?

—Sentí como si una bomba estallara dentro de mí. Por un momento pensé que estaba intentando matarme —. Rio un poco.

Ellie se acerco a el y coloco una mano sobre su pecho.

—¿Lo hizo de esta manera?

El asintió en respuesta. De pronto ella libero una amplia sonrisa y tomo la mano de Kayl.

—Kayl; ella te devolvió tu corazón.

Diecinueve años después...

—Kayl. Quiero decirte una cosa.

Él se alejó de la ventana y fue a sentarse junto a Ellie.

—Estoy muriendo Kayl —. El la miro con incredulidad, pero se dio cuenta de que no mentía— La llama de mi vida pronto se apagara.

—¿De qué hablas? ¿Estas enferma?

—No...no es ninguna enfermedad. Es solo el ciclo de la vida. He vivido ciento cuarenta y tres años ¿Sabes? No esta tan mal.

—Creí que las brujas vivían más de cuatrocientos años.

—Si, en eso tienes razón. Hay algo que jamás te conté —Kayl la miraba fijamente, intrigado— Hace muchos años, la hermandad de Caín quiso estudiar a las brujas. Constantine las temía, así que comenzó a secuestrar a las brujas más jóvenes y que aún no sabían controlar sus poderes. De ese modo no le resultaría difícil dominarlas. Yo fui una de esas brujas —Hizo una pequeña pausa para beber de su taza— Te conté que la hermandad le arrebato la vida a mi prometido, pero no las circunstancias. Cuando me secuestraron a mí, también lo tomaron prisionero a él. Por días me obligaron a realizar hechizos para ellos, me decían que si no lo hacia lo matarían. Y yo obedecí... siempre obedecí —Kayl podía sentir lo mucho que le costaba hablar sobre eso, pero no podía hacer más que escuchar— Un día mi poder se fue, sin razón aparente. En aquel entonces yo era demasiado inexperta para saber lo que pasaba. Había agotado toda mi magia por usarla sin parar. Ellos se molestaron, creyeron que ya no quería cooperar. Así que cumplieron su amenaza.

El hada y el vampiroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora