Seguimos haciendo nuestros comentarios simplones por un buen rato hasta que se ocultó el sol, Katherine se acurrucó y abrazo mi brazo como un niño pequeño que busca cariño. Mañana será un gran día también, pensé mientras disfrutaba de su cercanía. Iré a trabajar de nuevo, tendré que esconder a Kathy hacidendola salir por la ventana, ¿qué pasará si algún día alguien la descubre? ¿Mi madre pensará que soy un depravado que mete chicas a su casa cuando ella no está? También tendré que comprar comida porque mi madre notará si de repente falta una porción extra de todo en el refrigerador, Kat no tiene a nadie así que tendré que hacerme cargo, pensándolo bien es una gran obligación, hoy gasté 84 dólares solo en rentar unas películas y comida china y... Todos esos pensamientos me pasaron por la cabeza en un segundo mientras ella me abrazaba, después voltee a ver a Katherine, la cual se encontraba con una expresión tan relajada y segura, que me llenaba de ternura, que me hizo pensar: "sea cual sea el riesgo de tenerla aquí, lo tomaré".
En ese instante, oímos el ruido de un auto llegando y estacionándose en la entrada. Era mi madre, que venía de haber jugado canasta con sus amigas toda la tarde. Al entrar, gritó mi nombre pidiéndome que bajara. Katherine me voltea a ver preocupada, y con la mirada trató de tranquilizarla mientras me reincorporo para ir con mi mamá.
- Espera aquí, no tardaré -le digo -.
Me aseguro de dejar la tv encendida para que mi madre no sospeche si oye un sonido proveniente de mi habitación y bajo las escaleras calmadamente.
- Hola, mama –digo al llegar a la cocina-.
- Ven que ya es hora de cenar. No tuve tiempo de cocinar así te traje comida de microondas, tu favorita: macarrones con queso, puré de papa y carne adobada.
- Oh, Gracias, mamá. ¿Dónde estuviste todo el día?
- Solo salí a jugar con unas amigas. ¿Cómo te fue en el trabajo?
- Todo bien, Stefan se portó pesado, pero nada que no pueda controlar.
- Tienes que soportarlo, o de otra manera te será difícil encontrar trabajo. Nadie va a darte un sueldo mínimo completo por solo un trabajo de medio tiempo a tu edad. ¿Quieres cenar conmigo, o rentaste películas para ver solo, como siempre haces los sábados?
- Jejej, renté películas, quiero comer en mi habitación, si se puede.
- Ok –dice despreocupada mientras ve la televisión -.
- Disculpa, ¿puedo tomar 2 porciones de macarrones, es que no he comido nada en todo el día?
- Adelante, pero no comas demasiado, si te pones gordo, ninguna chica te querrá, y yo quiero que consigas una novia.
- Sí, mamá –contesto-.
Caliento mi cena en el micro, y me despido de mi mama, caminando hacia las escaleras. Como ven, ella es una mujer bastante consciente de mis problemas y me conoce a la perfección.
Me salí con la mía, tengo la cena para mí y Kat y mi madre pronto ira a dormir sin sospechar nada. Qué suerte tengo que la relación con mi madre sea tan casual.
Entró a mi habitación y encuentro a Kathy, aun en el piso, cubierta con una cobija, con la 2da película que rentamos rodando y ella esperándome ansiosa.
- Mira lo que traje -le digo-.
Me siento junto con ella y nos repartimos las cosas de forma pareja para cada uno y me dispongo a comer con Kathy. Ya estábamos bien acomodados y comiendo cuando escuchamos pasos rápidos en el pasillo.
- Hijo, olvidaste tu vaso de puré - se oye tras de la puerta -.
Yo y Kat intentamos levantarnos rápido del susto, una intentando ir a la ventana para esconderse, y yo, tratando de ir a la puerta a frenar la entrada de mí mama, nos levantamos tan rápido que nuestras cabezas chocaron dejándonos las frentes rojas y poniendo nuestros labios uno contra el otro. Nos miramos con pena y Katherine reaccionó rápido nuevamente, apoyando su cabeza en mis piernas para esconderse, impidiéndome así levantarme nuevamente. Mi mama entró.
- Ho-hola, mama – digo con dificultad pues cuando Katherine se recostó rápidamente en mi entrepierna, había golpeado mi joyas del destino -.
- Hijo, ¿por qué hablas así?
Ella dio un vistazo rápido a la habitación, vio la cobija que tenía Kathy encima, en el piso (afortunadamente por el ángulo no pudo ver a Kathy directamente), y sumó eso a mi voz nerviosa y el hecho de que no me levanté a tomar mi vaso de puré y dijo:
- Ay, hijo, ¿te estabas masturbando de nuevo?, al menos deberías esperar a que termines de comer, ¿qué es eso? , de verdad te hace falta una novia – dijo mientras salió rápidamente del cuarto y entrecerró la puerta –. Solo vine a traer tu vaso de puré que olvidaste en la cocina – dijo mientras coloco mi comida sobre un mueble de mi cuarto que se encontraba cerca -.
- Sí, mama, trataré, mama, lo siento, mama... - le respondo mientras se aleja -.
- Jajajajaja
Katherine no podía parar de reír en voz semi-ahogada para no ser escuchada por mi mamá, se veía tan hermosa mientras se burlaba de mí. Y debo admitir que la situación lo ameritaba, puesto que recostada ahí, y mi mamá pensando que me masturbaba, sugería que ella y yo hacíamos otra cosa, me pregunto si Katherine también lo habrá pensado, por la forma que me miraba, con acuerdo, parece que sí. Su risa contagiosa, en una cara preciosa, tan simpática y al mismo tiempo inocente, me inundó a mí también y me reí, como niño con ella. Hacía mucho que no había estado así con un amigo, desde que Stefan era niño y no era tan patán, pienso mientras paso de la risa a ponerme un poco nostálgico. Creo que Katherine notó eso, porque también paró de reír y me dio un muy cálido abrazo.
- Ahora que estoy aquí todo eso se término, yo te voy a proteger y acompañar por siempre, nadie más te volverá a hacer daño - Me dijo con mucha certeza en sus palabras y una voz un poco quebrada -.
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La realidad de un tejedor de sueños.
Viễn tưởngSiempre hemos oído la retórica de que tener todo lo que deseas no es bueno, que te lamentarías si tal cosa pasará, ademas de no ser plausible, ¿será cierto? Bueno en esta historia, vamos a imaginarlo.