Es de mañana y los primeros rayos del sol se cuelan entre mis cortinas, tocando mi cara y haciendo que mis ojos cosquilleen y se abran.
- Veo la cara de Katherine, recostada en la almohada de al lado al despertarme – Sigue siendo real, no puedo creerlo, es como el rostro de un ángel– susurro para mí mismo, embelesado por su belleza -.
Muevo mi pierna izquierda para descobijarme y reincorporarme, pero siento algo incómodo, que limita mis movimientos y me pone en una situación comprometida, en mi entrepierna. Era la más grande y difícil de ocultar erección matutina que he tenido en mi vida.
Hago lo posible por alejarme de Kathy inmediatamente, antes de que lo sienta y se moleste, me arrastro sobre la cama lentamente para llegar a la orilla.
- Ya casi, ya casi –pienso mientras me recorro -.
Mientras estoy cada vez más cerca de levantarme, siento un brazo que me rodea del estómago, jalándome otra vez de nuevo hacía el centro de la cama, era Katherine quien me abrazó dormida. Ella, al abrazarme se acerca rápidamente a mí, poniéndome muy incómodo. Rápidamente me volteo al otro lado para que ella sienta mi espalda en lugar de mi, uhm..., pero solo consigo que su abrazo sea más fuerte y que ella tenga su mano dormida en mi abdomen, cerca de mi miembro.
Mi cara se puso más roja que un tomate.
- Ah, uh, yo... -susurro sin expresar nada -, no puedo despertarla –pienso -.
Trato de voltearme boca abajo para apartar su mano de la zona de peligro, pero la estaca dura que tenía, me lo impide y quedo en una posición extraña, con una Katherine profundamente dormida, medio cuerpo sobre mí. Vuelvo lentamente a mi posición anterior con cuidado, para recorrerme lo que falta de la cama y salir sin despertarla, pero Katherine me sigue abrazando, y esta vez dormida se acurruca en mi cuerpo como una almohada, y con su brazo recorre mi tronco, bajando justamente hasta la zona que no quería que tocara, su mano está de lleno ahí.
¡Ay! - grité en voz quasi-muda-.
Era la situación más excitante e incómoda que había sentido en mi vida, me dije mientras sentía el dorso de su mano completamente recargado en mi falo completamente erecto.
De repente, su mano pasa de solo estar recargada a voltearse, apretando con su palma mi miembro completo, como si de una almohada se tratara. Sentía como que me desmayaba mientras mi pene se colaba entre sus dedos, dejándome saber con su tacto el tamaño que yo tenía en relación a sus manos. Desde luego, ella seguía dormida y no sabía lo que hacía. De repente empezó a apretarlo como la nariz de un payaso. Mi rostro estaba cubierto de sudor y en pánico, me ganó la pena, e hice un último intento desesperado por liberarme, arrojándome bruscamente a la orilla, cayendo de la cama. Katherine se despertó por el jalón, se asomó, y viéndome tirado cubierto por las cobijas, dijo:
- ¿Qué- Qué pasó?
Me senté rápidamente en el piso, de espaldas a ella, como queriendo disimular el bulto, y dije: "no, nada, solo me caí de la cama en sueños, voy al baño". Y me pare lo más raído que pude, caminando de lado como cangrejo, para llegar hasta el baño sin que me viera de frente.
Katherine solo se me quedó viendo como si estuviera loco, y después se recostó en la cabecera de la cama, para dormitar de nuevo, haciendo una mueca de nulo interés por lo ocurrido en su rostro. Como dije, ella había heredado algunas características de Kristen Stewart, es toda una cool girl.
Llegué al baño y me recosté en la taza un poquito, para que se me bajara la... "emoción".
- Hoy es el día – me dije -, tengo que sacar a Katherine de aquí.
Al cabo de unos minutos, salgo del baño y me preparo para despertar a Katherine, quien sigue dormida en esa pose de cuando entré.
- Katherine, Katherine, despierta –le digo mientras la muevo gentilmente tocándole los hombros – hoy tenemos que salir temprano.
- Mmm –gruñó entre dormida -.
Katherine seguía muy adormecida, apenas podía abrir los ojos, y decía todo con dificultad.
- ¿Qu-qué? ¿A dende vamos? – me dice con voz tierna de niña somñolienta -.
- Es temprano, tenemos que apresurarnos para salir, antes de que mi mamá se levante. Hoy es domingo.
Al escuchar eso Katherine medio reacciona y se reincorpora, se sienta en la cama, se lleva las manos a los ojos para frotarlos, y dice: "siiii, ya-ya estoy despierta". Se veía mucho que le costaba trabajo despertar, estaba algo torpe.
La descobijo para facilitarle el desconectarse de la cama, y me topo con que en medio de la noche se había dormido, quitándose el pantalón que le dí, lo único que llevaba eran unas pantis de mi mama, que asumo que tomó de algún lado.
- Ay, Katherine... -me sentía muy incómodo -.
- Ven, princesa durmiente - le dije mientras sobaba su espalda gentilmente y le daba la mano para que se levantara -, yo estoy aquí para ti.
Ella va a la orilla de la cama y pone sus pies en el piso para ponerse sus pantalones, pero está tan dormida que no puede ni desabrocharlos para ponérselos.
- Dámelos, yo lo hago – le digo mientras los tomo de su mano -.
Desabotono y deslizo el zipper de los jeans para entregarselos a Katherine, ella intenta levantarse, apoyándose en la cajonera de al lado de la cama, para ponérselos, pero fracasa al meter la pierna, por dormida, y cae en mí, recargando su barbilla en mi hombro, y abrazándome entre dormida.
- Perdón – me dice con mucha dulzura en su voz –
- No te preocupes, yo lo haré, a ver déjame – le digo mientras me inclino a sus pies -, apóyate fuerte en mis hombros –.
Tomo el pantalón del suelo, lo abro, y le ayudo a Katherine a ponérselo.
- A ver, mete tu piernita aquí, ahora la otra, muy bien – le indico mientras la ayudo a meter sus piernas en los pantalones– ahora déjame subirlo, tienes que despegar tus pies del suelo. para que suba hasta arriba. Katherine murmura entre sueños, diciendo que sí.
- Ehh s-sí.
Me levanto del suelo, subiendo los pantalones hasta sus muslos, y Katherine da un pequeño brinquito, para dejarme subirlo hasta su cintura, apoyándose en mí, y cayendo en mí hombro de nuevo, abrazándome cuando lo hice.
Eso es, ya terminamos con el pantalón. –Dije mientras me estaba sujeta de mí -.
Después se sentó en la cama para abrocharlos ella sola.
Un extraño calor llenó mi pecho mientras vivía esa escena, definitivamente no pude evitar sentir como que tenía una hija mientras hacía eso.
Espero al menos a alguien le haya gustado este cap. Saludos.
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La realidad de un tejedor de sueños.
FantasySiempre hemos oído la retórica de que tener todo lo que deseas no es bueno, que te lamentarías si tal cosa pasará, ademas de no ser plausible, ¿será cierto? Bueno en esta historia, vamos a imaginarlo.