Día de compras 2

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No sé si este episodio les pueda parecer interesante, pero...

Me pregunto cuántos votos deberé conseguir antes de que mi historia sea promocionada, aun con más de 100, sigo sin recibir leídas casuales jejej.

- Espérame aquí – le digo a la chica que estaba en la cama, abrochándose el pantalón–.

Me dirijo a la cocina, tomo una tetera del locker y la lleno de agua del garrafón, acto seguido, la pongo a hervir en la estufa; minutos después, entro de nuevo al cuarto, con una taza de café blanca, ovalada, humeando.

- Aquí tienes, es para que despiertes –digo mientras le entrego cuidadosamente la taza a Katherine, que sin más, empieza a beberlo a sorbos tan pronto lo tiene en sus manos -. Tenemos que salir y te necesito despierta. Acábatelo todo mientras voy a cambiarme al baño.

Tomo mis jeans deportivos para caminar, una camisa de botones blanca, y mis zapatos convers más cómodos, y me meto al baño. Katheirne responde a mi sugerencia con un "mmm", con su boca repleta de café.

- Es hora de irnos –digo al salir -.

Unas calles más adelante...

- ¿A dónde vamos?, ¿por qué llevamos tanta prisa? – Pregunta Katherine – .Salimos por la puerta principal, pero nos seguimos alejando rápido, pensé que llevábamos prisa para alejarnos de tu casa.

Me detengo a medio camino de llevarla de la mano, casi a rastras.

- No estamos huyendo de mamá, hoy es domingo y ella duerme hasta tarde, es por eso que pudimos salir por la puerta principal. Mira, Katherine, la experiencia de ayer, me hizo darme cuenta de que no te puedo mantener en la casa un minuto más, si llegan a descubrirte, no podría evitarlo, y tú quedarías en muy mala posición, pues no tienes otro lugar a donde ir. Tendrías que dormir en la calle, en medio de la noche, probablemente sin que comer, y a mí no me permitirían verte hasta que fuera mayor de edad. No puedo dejar que eso pase – Katherine mira hacia abajo cabizbaja –, tengo que darte un lugar donde tú puedas quedarte y estar a salvo.

Katherine me mira, se muerde el labio ansiosa, y me dice: "pero estar sola...", llevándose las manos al cabello, luego agrega: "no sé".

- Va a estar bien, lo prometo, yo me voy a encargar – le digo, tomándola de los antebrazos, y poniéndolos abajo para calmarla -.

Katherine me mira nada convencida de la situación, y me dice: "está bien", solo para seguirme el juego, luego agrega: "¿qué vamos a hacer?".

- Vamos a buscar una casa cerca, que esté en renta y sea adecuada para ti, ven – la tomo del brazo y la llevo a una banca cercana -.

Nos sentamos en una banca, en una glorieta del centro de la ciudad, mientras que yo, en el celular, buscaba ofertas de casa en Santarina.

- La película de ayer estuvo graciosa, ¿te acuerdas, "chom chom chom"? – Dice Katherine, mientras yo estoy absorto en la pantalla, haciendo referencia a uno de los chistes de la peli británica -.

- Ja ja ja, sí – rio sin voltear con ella y sigo inmerso en mi búsqueda -, fue la mejor de ayer, Rib Miller es una bestia.

- Sabes, esta ciudad es bonita, con gente poco confiable, pero tranquila y muy pintoresca –dice Katherine mientras ve los arbustos de la glorieta -.

- Es muy bella, a veces pienso que lo único bueno de vivir aquí es... vivir aquí, por la arquitectura, los espacios libres y lo limpia que es. Pocas urbes grandes tienen ese encanto – le respondo -. Cuando nos mudamos de Nueva Metropolis, pensé que nunca me adaptaría a un lugar nuevo, tan pequeño, pero vaya que me equivoqué. Aquí es mucho más tranquilo y se puede salir a jugar a las calles, le gente es más amistosa entre ellos y... –me paro de lleno al hablar, Katherine se me queda viendo de manera empática – bueno simplemente es mejor – termino, volteando a sonreírle a su lugar–

- - En las grandes ciudades hay mucha migración, y la gente suele estar estresada porque los obligan a convivir con personas con quienes no se entienden, es por eso que se recluyen. Es normal, tienen diferentes culturas, otra forma de ver la vida y vivir y muchas veces ni hablan nuestro idioma, incluso convivir con ellos es difícil, porque cualquier cosa puede causar un conflicto. Cuando estás con gente con la que ni siquiera puedes comunicarte, te sientes inseguro, incómodo, sin confianza y que ni siquiera puedes ser tú mismo. El sentimiento de que nadie es afín contigo es el equivalente de la soledad; la sentirás, aunque estés rodeado de gente cada momento, no hay nada peor que eso –Katherine dice eso pensando profundamente y viendo al horizonte, luego se recompone, voltea a verme con algo de inseguridad, como si hubiera hablado de más, y dice -. Aunque trates de ignorar esas diferencias y ser tolerante, éstas siempre sobresalen. Es por eso que en ciudades como 'Nueva Metrópolis' y 'Les Démons', los grupos suelen separarse en ghettos y zonas de clase alta y baja, que se ven el uno al otro como enemigos.

- Yo solamente me quedé mudo mientras decía todo eso, después, sonriéndole le contesté -... Vaya, es la primera vez que te escucho emitir una opinión tan personal, gracias por compartirla conmigo. Pero sabes, he pensado eso y no creo que la migración sea todo el problema, al crecer, me di cuenta de que incluso la gente de un lugar tan pequeño como éste, donde casi todos sus habitantes son locales y practican la misma cultura, tiene hábitos muy similares a los de la gente de ciudad, les cuesta relacionarse el uno con el otro.

Katherine me mira a los ojos directamente y contesta " Síi", luego voltea a la calle y dice: "parece que ya comienza a haber gente en las calles, cada vez más, ya no es tan temprano. Y ¿qué vamos a hacer?", pregunta señalando al celular, después de ver como Santarina (mi ciudad) comienza a poblarse de transeúntes que deambulan de aquí para allá.

En ese momento me levanto de la banca y le digo: "Muy bien, Katherine, encontré 4 casas en renta accesibles, vamos a tener que recorrer todo la ciudad para encontrarlas, ¡EN MARCHA! –Grito como tonto entusiasta-.

Katherine y yo tomamos el metro para dirigirnos a nuestro primer objetivo, en una casa en el exacto lado opuesto de la ciudad.

La realidad de un tejedor de  sueños.Where stories live. Discover now