Verde amor

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En la mitología griega, Pigmalión crea a Galatea, una estatua a la medida de sus deseos, "la mujer ideal" y se enamora de ella. Afrodita, conmovida por ese amor, le da vida a Galatea. Ese es el sueño de mi vida desde hace mucho...

Muchas personas me han dicho que vivo en mi mundo, en mis sueños, es algo de lo que me siento orgullosamente culpable, considerando lo horrible que es el mundo actual, y que las personas se sienten conformes de estar en él. No hay nadie en este mundo con quien me haya podido relacionar desde que tengo memoria, ni familia, ni amigos, ni chicas, que es mi gran pesar. También me dicen que debo salir de ellos y enfocarme en la realidad, pero las cosas nunca salen bien cuando lo hago.

La gente que conozco es escoria. Voy a una escuela pública, para que se puedan dar una idea. Aquí no hay nada más que pandilleros, desobligados, embarazos adolescentes, y unos pocos alumnos ejemplares, que se sienten tan fuera de lugar en este lugar, que no me extraña que sean unos engreídos y se crean mejor que los demás; Hijos de personas de clase media alta, que no pudieron o no quisieron conseguir lugar en una escuela de paga, y decidieron optar por lo fácil. La más destacada entre ellas, es Cecyl, la rubia con cabello rizado, primer lugar en la clase, que hace suspirar a todos. Decía un amigo en broma que los chicos pensamos que sus pezones son de sabores. Perdonen el comentario lascivo de mi amigo, pero solo quiso decir que es tan deseada, que es como si pensáramos que el sexo con ella sería una experiencia fuera de este mundo (o eso creo que quiso decir, habla chistoso el tipo). Ella es la razón por la que creo que sigo viniendo a la escuela. 

Dicen que no es una señal de salud mental el encajar en una sociedad que está totalmente enferma, bueno eso es un alivio para mí, porque supongo que a pesar de todo, por lo menos puedo estar tranquilo de estar cuerdo, ya que nadie en esta sociedad me acepta, jajaj. Mi nombre es Tobey Anderson, por cierto, preparatoriano, soltero no voluntario, artista fracasado, y como ya lo leyeron, crítico social amargado. Me gustaría contarles más, pero voy camino a la tienda, a comprar los víveres para la comida, es lo que haces cuando eres un chico y vives con tu madre.

Un joven, delgado, de cabello castaño, ojos azules y lentes anchos, entra a un edificio, con el logo de un pescado gigante por encima de la puerta.

- Señor, ¿podría darme 3 filetes de pescado empanizado, 2 aguacates y 1 bolsa de arroz?

- Sí, aquí tienes, son 14.50$

- Aquí está, gracias.

El joven sale de la tienda y se topa con un grupo de jovencitas, muy indiscretamente vestidas, que estaban paseando con un par de jóvenes en la calle de enfrente.

Las mujeres de esta ciudad son tan atractivas, incluso de jóvenes tienen buenos cuerpos, se visten sensual y tienen rostros angelicales. Hay tantas tan atractivas, y aun así yo no puedo conseguir ni una, hasta Kevin, que es un adefesio hispano, está saliendo con una chica atractiva. Supongo que simplemente no encajo en la sociedad...

En ese momento, una anciana rara, de aspecto sucio y con un bastón negro, tropieza a unos 5 metros de Tobey. ¡Ah! - exclamó –

Tobey corre a auxiliarla, ya que era el único que estaba cerca en esa calle. Al atenderla, se da cuenta de que la anciana no estaba bien, y tenía múltiples marcas de mordida de perro en brazos y pantorrillas.

- ¿Qué le pasó, señora, está bien?

- Tú vives pensando que no encajas en el mundo, pero mi tipo es el que de verdad es perseguido y segregado en todos lados. Esto que ves es solo el producto de la tremenda inquina y violencia que me tienen. El día en que entiendas la soledad, te arrancarás el corazón esperando no seguir en este mundo.

- Señora, nunca nos habíamos visto, ¿me conoce de algún lado? ¿Por qué dice eso?

La señora se le queda viendo a los ojos al joven por unos segundos.

En ese momento, sentí una gran relajación, cuando esa anciana me miro, sentía que el mundo se nublaba y perdía toda voluntad.

- Perdona, parece que te juzgue mal. Es natural para una viejecita como yo el ser amargada, y a veces por la edad no controlamos lo que decimos. Solo estoy cansada y con miedo de no llegar a mi casa. ¿Te molestaría llevarme?, no vivo lejos de aquí.

Pensé: es que tengo estos víveres que tengo que llevar a tiempo antes de que se pudran y empiecen a apestar, pero nunca he podido decir que no a alguien que lo necesita, así que dije: Sí, con gusto, y la tomé de la mano, apoyándola en mi hombro para llevarla donde me indicaba.

Camino a su casa, que no estaba tan cerca como dijo, llegamos a una orilla de la ciudad, en la que empezaban a faltar casas y edificios, y empezaban a sobrar terrenos vacíos y pasto. Las casas se veían viejas, hechas de piedra tallada, parecía entrar a otra época.

- Así que eres un joven solitario, ¿verdad?, - me decía la anciana -.

- Te sientes mal por nunca encajar en los grupos, pero no sabes que no hay nada que envidiar. Este mundo está deshumanizado por la falta de amor y nadie se preocupa realmente por el otro. Las personas se casan por sexo, hacen amigos por conveniencia, abandonan a familiares por orgullo, y traicionan a seres queridos por extraños. Están tan perdidos, que apenas saben oír con sus oídos, y ver con sus ojos, y no entienden nada en su corazón.

- Al menos tú pareces tener una idea de lo que significa el amor y porque es tan necesario en este mundo, ¿no?

- ¿Por qué me dice eso, señora, si nosotros no nos conocemos? ¿Usted me ha visto en algún lado?

- Pero de nada te sirve, ya que no tienes nadie a quien expresárselo – ella siguió hablando ignorando mis preguntas -. Te diré qué, ya que al menos tú tuviste la voluntad de ayudarme, otras personas, solo hubieran podido ignorarme. Como recompensa por tu ayuda, y ya que no he participado en un juego hace mucho tiempo, yo te daré lo que más deseas, y me divertiré viendo cómo lo manejas – dijo la ancianita volteándome a ver de forma macabra y quitando su cuerpo lentamente de mis brazos –.

Se postró frente a mí y levantó su mano derecha lentamente dirigiéndola a mi cuerpo. Finalmente tocó mis testículos de forma brusca y dijo: "sí, hay mucho material para hacer mi trabajo".

- ¡¿Qué?! – grite espantado -, señora, es cierto que estoy desesperado por no tener novia, pero no estoy tanto como para esto, por favor no lo haga, soy muy joven.

Después de eso volteé a ver su cara, la cual se iluminó con un brillo verde no natural que provenía de los ojos. Era la primera vez que veía ese color, a pesar de haberla visto a la cara varias veces durante el camino-

- Muy bien, está todo listo, muy pronto recibirás tu premio. Si sabes cómo cuidarlo, lo conservarás, y si no, todo lo perderás, je je, sonrió, mostrando su dentadura con pocos dientes.

- Ahora sígueme llevando, es solo unas casas más adelante, - dijo –

Por el masaje escrotal y la escena aterradora, me debí de haber alejado de allí, pero igual seguí, porque nunca pude abandonar a los necesitados, hasta depositarla en la casa más humilde y hecha trizas que vi en mi vida. El techo era de lámina, las paredes eran de roca tallada y faltaban pedazos, la puerta era una cortina, y afuera, había los indicios de una fogata que imagino que usa para calentar su comida, ya que dentro, no había estufa ni nada que se le parezca. La encamine hasta una vieja silla de madera, pregunté si necesitaba algo más (a lo que ella respondió: no, vete, vete, déjame en paz), y después me fui, deseándole buena suerte.

La realidad de un tejedor de  sueños.Where stories live. Discover now