Compromiso

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Dieron las 10 de la noche en mi casa, habíamos terminado de ver 2 películas, mi madre se había ido acostar y lo único que pensábamos era dormir.

- Me levanté y quite el suéter que traía – me daré un baño antes de ir a dormir, ¿tienes sueño, Katherine? – dije en voz alta -.

- Yo también necesito bañarme – me responde -.

- Volteé desconcertado – Pero, tú te bañaste ayer, yo con este serán 2 días que no me baño, y estaré apestoso en el trabajo. Si mi madre oye a 2 personas usando la regadera, una después de la otra, tendrá que sospechar.

- Pero yo estuve caminando todo el día bajo el sol, huelo mucho a sudor.

Me quedé pensando, tiene razón, no puedo dejar que se sienta incomoda con su mugre.

- ¿Y si nos bañamos juntos? –propone-.

- ¿Qué, como los niños pequeños? No, cómo se te ocurre – volteo a los lados nervioso -, claro que no – por más que cada instinto de mi cuerpo quiera decir que sí, yo no podría ponerme a mí mismo en esa situación, me daría mucha pena-.

- ¿Sigues teniendo temor? – replicó, soltando una sonrisa burlona pero amable –. Ya, ven - se paró y caminó rápidamente hacia mí, dándome la mano, me condujo al centro de la habitación, a un baúl donde tenía unas batas de baño y dijo – No pasa nada - dice mientras se quita la playera y me toma de la mano-, conmigo no tienes que sentir pena.

Su torso se quedó completamente desnudo, pues no le había dado ningún sostén cuando le presté ropa, pude ver ese pequeño rebote que hace la carne, en su pecho, cuando se despojó de su ropa, estaba más que nervioso. Acto seguido, ella toma 2 batas, de color azul y blanco, que tenía en él, se pone una, alza la mano entregándome la otra, y dice: ¡vamos!

- Ya te dije que no, así no, no lo haría – digo retrocediendo un paso -. – Pienso: por más que tenga algunos rasgos de personalidad de Kristen Stewart, en esto no se le parece en nada, ella jamás podría hacer esto con su ansiedad social. Pensándolo bien, ella es una persona extraña, cuando está con los demás es una, y otra persona completamente diferente conmigo -.

- No hay otra forma, VAAMOS – dice con voz mandona, mientras me abraza del abdomen y me empuja a la puerta -. Esto es lo que vamos a hacer –dice cuando me tiene cerca de la puerta - : cárgame por el pasillo para que tu mamá no oiga 2 pasos distintos, y nos bañamos y salimos rápido, ¿sí? –dice mientras me mira a los ojos de forma muy convincente. Veo parte de su pecho por la abertura de la bata, lo cual me pone más nervioso -

- N-no, no podría, lo siento – le respondo -.

- No tiene que ser los 2 al mismo tiempo - agrega -.

- ¿Eh?

Mi baño es una ducha individual, separada del resto con una cortina, para que no se vea nada si mama o yo entramos en momentos inadecuados. No es el único baño de la casa, pero es el único completo. Ella propone que la cargue hasta ahí, y la espere en la taza, si quiero, mientras se baña, para yo meterme después. Sin prender y apagar la regadera 2 veces, mamá no sospechará nada.

Ya en el baño (me convenció), ella prepara al agua para meterse a bañar, y antes de hacerlo, desnuda, me voltea a ver de una forma en la que nunca antes me había visto una mujer, mientras camina hacía la ducha: era una mezcla de decepción, enojo y tristeza. Me gustaría poder decirles qué es, pero no tengo la suficiente experiencia con las mujeres para saberlo.

Ya de regreso en la habitación, Katherine busca algo de ropa para ponerse. Opta por el mismo estilo de pantalones y playera de manga larga de ayer, que usan mucho los skaters, pero no sabe qué ponerse, afortunadamente tengo muchos de esos. No me ha dirigido la palabra desde que estábamos en el baño.

- Katherine, por qué no usas éstos – le digo mientras le entrego con la mano unos jeans negros con muchas bolsas, y una playera de Nirvana que compré en un concierto, los cuales saqué de un cajón al lado de mi cama -. La playera la puedes conservar, es de un concierto, creo que te queda bien.

- ¿En serio? –pregunta de forma seria, con una cara aun de enojo -.

- Sí, te la regalo, es tuya. Jajaj – sonrío de forma tonta -, te queda mejor a ti.

- Su cara se ilumina– Gracias –responde -.

- Escucha, lamento si te hice sentir mal hace un rato, no quería rechazarte, es solo que... - le digo -.

- Lo entiendo, creo que fue mi error por esperar que hicieras cosas que no querías hacer, es solo que no estoy acostumbrada a tantas... - Corta su oración ahí, de forma abrupta -. Olvídalo, no es nada, dice mientras se voltea de nuevo al ropero.

- Voy a ir al rincón a vestirme, puedes voltearte si te molesta.

- Ah, claro – digo mientras miro al otro lado -.

Ella acaba de vestirse y se dispone a acostarse, apago la luz y me recuesto, cubriéndome con mis cobijas y abrazando una almohada, pero Katherine está parada a un lado de la cama, a la espera, como sin saber qué hacer.

- ¿Qué pasa? – le pregunto -.

- ¿Y si podemos dormir juntos? – me responde -.

- Qué, claro, ya lo hicimos ayer, solo ven –digo sonriéndole para no hacerla enojar -, cada quien de su lado de la cama.

Katherine se recuesta, quita la almohada de mis brazos y se acomoda entre ellos, pegando su cabeza en mi pecho, el aroma de su cabello recién bañado era exquisito. Desde ese ángulo pude ver la cara tan llena de tranquilidad y alegría que ponía al estar ahí, y en esa posición, no tuve alternativa más que abrazarla también, pasaron solo unos pocos minutos hasta que se durmió estando en esa misma pose. Fue en ese momento, cuando me quedé despierto solo en mi habitación, que me puse a reflexionar sobre el motivo que Kathy se había molestado conmigo.

Ella es como una niña que busca cariño y protección de sus padres, pensé. Con las demás personas se muestra desconfiada y ansiosa, pero conmigo es cariñosa y afable, es por eso que le duele cualquier rechazo que le haga. Yo también me siento extraño con ella, como si hubiera algo muy fuerte que me obligara a protegerla. Jamás había tenido una relación así, en verdad que es como tener una hija. Y hablando de eso, toda la situación de hoy, me deja claro que no la puedo ocultar aquí ni un día más, mama puede descubrirla, es difícil alimentarla y sacarla del hogar, e incluso bañarnos es una batalla. Tengo que buscar un lugar donde ella pueda quedarse y estar segura. Me quedan solo 7 días de vacaciones, tengo que resolver eso cuanto antes, porque en tiempo de escuela, no habrá lugar donde ella se pueda ocultar. En esa temporada, mamá limpia mi cuarto porque estoy muy ocupado en el trabajo y la escuela y está muy pendiente de lo que hago. Tengo que hacerme cargo, buscar un lugar con alquiler barato para que se quede, comprarle ropa, alimentarla, pagar sus cuentas. Tengo 7416$ aun, al menos mientras tenga dinero, no la dejaré sola, aunque deje de apoyar a mi mama con mi sueldo. Hago ese compromiso contigo, Katherine. Todo eso cruza mi mente mientras lentamente me voy quedando dormido.

La realidad de un tejedor de  sueños.Where stories live. Discover now