Día de compras 3

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Llegamos a nuestro primer destino, el cual estaba en un vecindario industrial, con grandes edificios y de aspecto algo descuidado y deshabitado.

- 113, Muy bien, supongo que aquí es –le digo a Katherine frente a un edificio gris, con varios pisos de alto -.

Toco el timbre, y un hombre gordo, alto, con cabello castaño muy claro, sale a recibirnos.

- Disculpe, ¿es aquí donde se renta un departamento en 1000$ mensuales?

Ajajaj, el hombre comienza a reír, tenía un temperamento muy risueño.

- Sí, qué bueno que por fin alguien vino, tengo ese aviso desde hace 3 semanas y hasta ahora nadie se había presentado. Pasen, síganme.

- Entramos y acompañamos al hombre, dentro del lúgubre edificio, hasta un apartamento en el tercer piso, con una puerta negra.

- Este es, les aseguro que es un lugar muy tranquilo, no mucha gente vive aquí.

Entramos en el apartamento, cubierto de polvo por todas partes y con muebles que se veían como si nadie los hubiera tocado desde hace un par de años. La verdad, se veía bien a pesar de estar algo sucio, espacioso y bien acomodado.

- Wow, es increíble que nadie viva en este edificio, con apartamentos así, increíble que esté disponible en solo 1000$.

- Jajaj, sí, no mucha gente ha querido residir aquí desde que empezaron los conflictos – dce el hombre con una sonrisa en su cara.

- ¿Conflictos? – le pregunto y lo volteamos a ver desconcertados.

- Sí, bueno, la gente delicada se empezó a ir cuando empezaron a llegar la mafia hispana.

- ¿Mafia hispana? –decimos Kat y yo al unísono, con los ojos abiertos como platos.

- JAJ -dice con una risa gruesa en voz a todo alto - sí, son delicados, ni que hubiera crímenes a diario. Lo que pasó es que se espantaron cuando hubo un muerto aquí.

Katherine y yo nos espantamos y nos volteamos a ver a los ojos con un temor horrible.

- ¿Qué?... -pregunto Katherine con voz apenas audible, como si el sonido hubiera salido de su cuello en lugar de su boca-.

- ¿Muerto, quiere decir que hubo un asesinato aquí, en este edificio? –le pregunto-.

- Bueno, sí, pero no es cosa de la inseguridah, lo que pasa es que cuando te toca, te toca así son las cosas. Nunca ha vuelto a haber ningún otro aquí, dentro del edificio. Es más, por aquí ya casi no matan –agrega, diciéndolo tan quitado de la pena, que no se puede distinguir si es cinismo o la más grande falta de sentido común.

Noté, aunque lo disfrazaba muy bien, debe ser un hombre que ha residido en el país por un largo tiempo, un acento hispano leve viniento de ese hombre, me aventure a preguntarle de que lugar viene..

- ¿D-de dónde es usted señor?

- A, yo soy del 'Rey del Norte', (un estado que está al norte de Bronco, el país hispano más cercano a nosotros y del que recibimos más migración, que es famoso por su violencia y carteles de narcos), del mero mero regio.

- ... Vámonos por favor -Katherine dice con voz ahogada, como de niña, completamente espantada por la situación, jalándome de la manga de mi camisa.

Katherine y yo salimos corriendo de ahí y no paramos hasta llegar al inoportuno metro que nos trajo hasta esa pocilga.

- Wow, no puedo creer que lo dijera así, como si se tratara de una cucaracha en la pared, ¿qué le pasa a ese tipo? –me dice Kat en el transporte -.

La realidad de un tejedor de  sueños.Where stories live. Discover now