ANA
El tráfico en Barcelona nunca ha sido fácil, tenía el presentimiento de que este lugar tenía más coches que habitantes. Estábamos detrás de una enorme fila de coches donde las personas estresadas pitaban sin parar. Tuvimos exactamente 15 minutos para llegar a la oficina, hoy por alguna razón se nos pidió ser puntuales. Según los últimos rumores escuchados, un nuevo presidente se presentaría, le di gracias a dios por eso, tener que aguantar a ese viejo como jefe era demasiado aburrido.
Por supuesto no teníamos idea de quien ocuparía su lugar, pero no creo que podría ser peor.
Agoney estaba atento hacia donde nos movíamos, Miriam solo leía sus informes desde el asiento trasero.
Conocimos a Miriam cuando comenzamos a trabajar en Industrias Indigo. Ella trabajaba como asistente en edición de publicidad.
Nos llevábamos bien desde el primer día, tanto que después de unos meses decidimos alquilar un apartamento en el centro de Barcelona. Miriam era una chica de un pueblo de Galicia, muy responsable y seria, pero cuando la conocias podía ser la persona más graciosa del mundo. Ella sabía como eran nuestras vidas, pero nunca dijo nada, al contrario nos apoyaba.
Después de 10 minutos nos pudimos mover, agradezco la habilidad de Agoney al volante, nos apresuramos a entrar al edificio, al parecer nadie se dio cuenta de nuestro retraso.
Todo el mundo estaba eufórico con la noticia de la presidencia, era al menos una contraversia.
-¿Soy yo o todo el mundo está inquieto? -Dijo Miriam mientras ponía sus cosas en el escritorio.
-No es tu impresión, Miriam, todo el mundo está nervioso.
-No se quien estará a cargo, pero quien más tendrá que soportar a la bestia seré yo. -Dije molesta.
-He oído que es una mujer, algo arrogante.
-¡Por dios! ¡Espero que no! He tenido suficiente con el viejo acosador por años.
-Cielos, él es realmente repugnante.
Hablamos durante unos minutos hasta que Cepeda interrumpió.
-Chicas vamos a conocer a nuestra ama. -Dijo riendo.
Caminamos a la sala de conferencias donde el sector administrativo murmura a cosas. Era un fastidio trabajar en ese lugar, era como estar en la selva cada día, tratando y matando por el poder, claro en el buen sentido figurativo.
-Odio llevarme con la gente del sector financiero. -dije con un gesto de desagrado.
-Hey! Yo soy del sector financiero. -Dijo Cepeda.
-Menos tú. -Dije sonriendo.
Luís Cepeda era supervisor del sector financiero. El primer día que entré empezó a coquetear conmigo pero nunca lo trate mal por que no ha tratado de cruzar la línea. Me molestaba muchas veces pero no me importaba, si algún día consideraba la oportunidad de estar con alguien en una relación pensaría en él.
-Gracias Anita, estas muy guapa hoy. -dijo sonriendo.
-Gracias. -Sonreí.
Mire a Agoney que fruncía las cejas como "ugh no me hagas vomitar" sonreí frotando su brazo.
Escuchamos el sonido de la puerta, y pronto nos encontramos con Tinet. Después todas las murmuraciones fueron desapareciendo hasta que la sala quedó en total silencio.
-Buenos días señoras y señores, creo que todos saben el motivo de esta reunión, seré breve me retiro como director de la Industria Indigo, termine mi ciclo de trabajo con mucho éxito, agradezco a todos los que han trabajado conmigo, y hacer crecer este importante patrimonio en Barcelona, pero como he dicho ha terminado este ciclo y es hora de dar paso a una nueva generación.
