Capítulo XX Volviendo A La Dura Realidad

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MIMI

Justo cuando unó mis labios a los de Ana, una especie de frenesí se apoderó de mi cuerpo. De una manera tan deliciosa que no podía explicar, sus labios gruesos y al mismo tiempo delicados de aquella mujer se movieron lentamente junto a los míos, llevándome fuera de órbita. Juro, juro que debo conocer este beso, pero tenía seguro que eso sería una locura, porque esa boca nunca la he besado.

Puse una mano entre sus cabellos oscuros, presionando ligeramente, mientras que la otra mano se sostenía firme en su cintura tan delgada. No tardo en abrir un espacio, dejándome degustar su lengua. Nuestro beso fue tranquilo, pero sin dejar de ser intenso. Como si el mundo se hubiese detenido en ese momento, nos besamos con un cariño que llegó a asustarme. Una vez que el aire nos faltaba, dejó poco a poco el cuerpo de la mujer que a la vez se alejaba.

Abrí los ojos y como un flash vi los ojos de Alicia que estaban frente a mí, pestañee varias veces para ver los de Ana. Me estaba volviendo loca.

-Lo siento Ana, yo... -dije alejándose rápidamente parpadeando varias veces para disolver la imagen de mi stripper.

Se avergonzó tanto como yo, Ana miro al suelo, probablemente en busca de un lugar para esconderse.

-Todo bien... no se preocupe.

Miré sus ojos confundidos y confieso que sentí el impulso de besarla nuevamente. Pero aleje esos pensamientos insistentes en aparecer, debe ser la influencia del alcohol, o quizás no.

-Fue un impulso, no quera causar esta situación.

-Usted no causó nada, vamos a mantenernos tranquilas, ¿vale?

-No quiero que pienses mal de mí, Srta. Guerra.

Un incómodo silencio se apoderó del ambiente.

-Vamos a continuar como antes. Esto no va a cambiar nada.

-¿En serio? -pregunté con recelo.

-Lo juro.

Solo asentí. Yo no sabía que decir ni que hacer, el repentino impulso de besarla me sorprendió tanto como a ella.

-Creo que será mejor ir a dormir. Mañana vamos a despertar temprano, ¿no es así?

-Sí, de vuelta a la vida real Srta Guerra. -ella sonrió.

-De nuevo a la vida real.

Ana me ayudó con las copas de vino, y las llevamos a la cocina. Ella se quejó de estar un poco mareada, el alcohol ha sido demasiado para las dos. Nos reímos como dos tontas mientras ella lavaba las copas después de mucha insistencia.

-No cuesta nada hacer esto, Noemí merece un descanso.

-Deberías ir a tu habitación y descansar.

-Deje de quejarse, y ayúdeme. Tomé ese paño para secar.

-¿Yo?

-Sí. ¿O la señora Doblas no puede?

-Le damos la mano, y ahora queremos todo el cuerpo. -dije causando una carcajada en Ana.

-¡Oh vamos!

La morena dijo mientras enjabonaba los finos platos. No se puede negar que Ana era una persona muy humilde, pero no era tanto sus cualidades morales a las que estaba prestando atención ahora, solo ponía atención a su culo.

"Mimi, te vas a quemar en el infierno"

Me dije a mí misma admirando todo eso delante de mi. Aparte mi atención, tomando las copas y colocándolas en su sitio.

The Stripper (Warmi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora