Capítulo XXVI Peleas y Reconciliación

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MIMI

No podía creer lo que acababa de hacer. Acababa de rechazar una buena y placentera noche de sexo con Alicia Morales. Camine de un lado a otro del pasillo, pensando en la idea de regresar y coger a esa mujer en mis brazos. Pero ¿y Ana? No importa cuanto enfado sentía esta noche no haría una traición como esa.

¿Sería traición? No tengo nada con Ana. ¿O si..? No lo sé.

Sacudí la cabeza mientras salía de Akelarre. El ruido de la sensual música se quedaba atrás, dejándose solo el silencio de la noche. Necesitaba poner mis pensamientos en orden. Necesitaba entender que estaba pasando dentro de mí.

Entré en mi coche suspirando. Recargue mi cabeza en el volante tratando de cállate mis pensamientos. Me iría a casa y trataría de dormir, esa sería la mejor opción. No importa las ganas que tenga de estar con Alicia, me gusta Ana y era con ella con quien quiero estar.

Encendí el coche dejado ese lugar al que tal vez nunca regresaría. Conducía alrededor del centro de Barcelona pensando en pasar por casa de Ana. Seguro que el problema de Agoney ya se había resuelto, me tomo como una hora pasar en frente de su edificio. Pasaba lento en el coche y pude ver dos mujeres que me eran familiares. Una de ellas era Ana. La morena llevaba el mismo vestido que hace unas horas en la cena. Y ¿al lado de ella?

Me acerqué un poco más con la ventana cerrada y no era posible. No me lo podía creer.

Amaia abrazando a Ana por un largo rato y ella le respondió de la misma forma. ¿Entonces ese era el problema de Agoney?

Necesitaba bajar del coche y enfrentarlas, pero no podía hacer eso. Era mejor que eso. No importaba lo enfadada que estuviera, por el momento no diría nada. Me quedé unos minutos más mirando la escena hasta que Ana soltó a Amaia y miró mi coche. ¡Mierda! Se dio cuenta.

Acelere el coche saliendo de ese lugar. Estaba enfadada, me sentía como una tonta. Era por este tipo de cosas que odiaba enamorarme.

¿Estaba enamorada?

No.

No.

No.

Estaba enfadada conmigo misma por ser suficientemente estúpida para negarme a una noche con Alicia. Mi voluntad era regresar al club y follarmela hasta no poder más. Pero no lo haría. Solo trataría a Ana fría y cortante como ella se merecía.

Mal humor, enfado y paciencia.

Esas tres palabras definieron ese día. Tomé un sorbo del whisky más fuerte como desayuno y me fui a Industrias Indigo. El tráfico estaba como mi estado de ánimo. Cerré los ojos y la imágenes de Amaia y Ana se hicieron presentes, como en las horas que pude dormir esa noche.

Mierda.

Toque la bocina una, dos, tres veces para el coche oxidado que estaba enfrente. Si no tenía dinero para comprar un coche mejor se hubiera quedado fuera de las calles.

Minutos después aparqué en mi lugar presidencial y fui hacia el ascensor. Los empleados corrieron hacia sus respectivos lugares como siempre. Caminé entre ellos con una mirada fuerte. Entré al ascensor y en el piso diez paro y Agoney entró.

- Buenos días señora. -el hombre me saludo pero no le contesté.

Y después de unos pisos el pitido del ascensor me avisó que ya había llegado a donde yo quería.

Salgo del ascensor y miré a la morena que estaba sentada en su escritorio. Pase al lado de ella sin hablar.

Entré a mi oficina azotando la puerta, después de unos minutos Ana entró mirándome fija y curiosamente con algo de miedo.

The Stripper (Warmi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora