Capítulo XXXIII Cayendo En La Tentación

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NOTA: CUANDO DIGA PONED ALL THAT MATLERS DE JUSTIN BIEBER. Y CUANDO DIGA NUEVAMENTE PONED CONFIDENT DE JUSTIN BIEBER

MIMI

Abrí los ojos mirando a la entrada del club. Hoy era su día. Respire hondo tomando el valor de ir en contra de mi orgullo que gritaba de manera alarmante salir de allí. Los chupitos de tequila que Amaia me obligó a tomar, me dieron la fuerza para tomar la decisión de que esa noche yo la necesitaba. Mi stripper.

Salí del coche caminando en dirección a la entrada de "Akelarre". La seguridad, que me conocía lo suficiente, apenas me vio, me dejo pasar. El ritmo sensual de la música llegó a mis oídos. Dos mujeres medio desnudas m miraron con una sonrisa, haciéndome simplemente mirar hacia otro así y dirigirme directamente hasta la barra. Al llegar me encontré con el rubio que siempre estaba ahí, Raoul. Yo sabía que él era uno de los fieles escuderos de Ana dentro de Akelarre. Apuesto a que sabía de todo lo juro. Intente disipar tales pensamientos de mi cabeza cuando entonces lo llamé.

Raoul se volvió hacia mí, poniendo los ojos como platos al darse cuenta de que yo estaba allí. Él parpadeó un par de veces en mostrando su nerviosismo y entonces se acercó.

- ¿Desea alguna cosa?

- Lo de siempre.

El chico asintió, poniendo un vaso de whisky con hielo sobre la barra.

- ¿Dónde está Ana? -susurré al chico que me miró confuso.

Rodé los ojos con impaciencia.

- Alicia. ¿Dónde está?

- Está en el camerino preparándose para el show.

- ¿Puedo hablar con ella?

- Sra. Doblas... No se permite la entrada a ningún cliente en esa zona, a menos que la bailarina haya dado la orden.

- ¿Esto es necesario? Ella querrá verme de todos modos.

Raoul miró a ambos lados y se acercó.

- Sería mejor que hablaras con ella  después del show. Alicia saldrá en pocos minutos.

Yo apenas asentí al chico que sonrió levemente. Tomé lo que quedaba de bebida en mi vaso, pidiéndole que lo llenará con lo mismo de nuevo. Me alejé de la barra dirigiéndome hacia el escenario donde Alicia bailaría.

En el camino me encontré con Claudia que me miraba con curiosidad. La mujer se dirigió rápida hacia mí, y yo sólo resople. No estaba con el mejor humor para hacerme la simpática.

- Bueno, bueno, ¡quién está aquí! -Claudia habló animada levantando los brazos hacia mí.

No dije nada, solté una ligera sonrisa para la mujer que estaba de pie frente a mí, impidiéndome continuar mi camino.

- ¿Has venido a admirar a mi piedra preciosa Doblas? -soltó la mujer con altivez.

Sonreí cínicamente.

- "Mía"¿Querrás decir no?

Claudia se encogió de hombros, arqueando una ceja.

- Tuya y de todos los clientes que la ven.

Podía sentir una pizca de malicia en su frase, pero no dejaría que algo así me debilitándose.

- No señorita Riera, sólo mía... Algo es nuestro cuando lo tenemos por completo.

- ¿Y tú la tienes? -preguntó casi desafiante.

- Si estoy diciendo que es mía, es porque lo es. -Corté a a mujer

The Stripper (Warmi) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora