8. Bebiendo del pasado

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(EDITADO)

Edén

Después de esa noche, Aarón y yo seguimos viéndonos, le dejé muy claro que solo buscaba sexo y él estuvo de acuerdo así que ha venido seguido. Yo no pretendo ocupar el espacio que le dejó su esposa en el corazón.

Sentada junto a la ventana de mi departamento con una copa y una botella de vino mientras el jazz invade mi noche, pienso en él. Es sexy, parece un buen hombre, un gran papá de una hermosa niña, tengo mis necesidades y él las suyas.

Y no, no soy una mujer que se acuesta con cualquiera solo porque sí.

Disfruto de mi cuerpo, de mi sexualidad, de hacer sentir bien a alguien en ese ámbito y de que yo también me sienta igual.

A mi parecer a esta sociedad le falta entender que no porque alguien disfrute de su cuerpo con responsabilidad tiene que ser tachado de promiscuo o de algo más, cada quien es libre de hacer lo que se le plazca.

Le dije todo eso a él porque vi en su rostro que pensaba que por tomar anticonceptivos me había acostado con más hombres hace poco y no es así. Hace unos dos meses que no había estado con alguien. No desde que Ian complicó las cosas cuando empezó a enamorarse y yo no podía ofrecerle nada más de lo que habíamos acordado.

Me gusta cuidarme, ser precavida. A pesar de la edad que tengo y de que mamá quiera nietos yo no estoy lista aún. Me encantan los niños, pero aun no estoy preparada para vivir un momento así nuevamente.

Me sentía lista hace un tiempo, era el momento ideal, estuve tan feliz cuando recibí la noticia.

"Estás embarazada"...

Pero después de lo que pasó con el idiota mal nacido de Renan mis esperanzas en el amor murieron.

Conocer a una persona rota es como tratar de levantar una botella de vidrio hecha añicos del suelo si no tienes cuidado puedes cortarte con los pedazos. Me rompí ese día y no quiero lastimar a nadie con los pedazos que aún conservo.

Renan, hijo de perra Becher.

Siento un sabor amargo en la boca con tan solo acordarme de su nombre y de lo que pasó.

¿Cómo pudo hacerle eso a una mujer embarazada?

Todavía lo recuerdo. Le había dado la noticia del embarazo y se puso igual de contento. Yo tenía veinte y cinco y él treinta. A los siete meses de mi estado, un mensaje llegó a su celular, él se estaba bañando y le avisé.

"Contesta cariño"... respondió a través de la puerta.

Lo que el mensaje decía me paralizó el corazón por completo.

~Renan, amor ¿vendrás este fin de semana?, los niños te extrañan mucho, detesto que trabajes lejos de casa en otra ciudad, te llamé al otro número, no respondiste. Perdón por escribirte al número de tu trabajo, pero te extraño y estaba preocupada. ~

Las lágrimas amenazaban con cubrir mi rostro, sentí la respiración agitada y una leve punzada en el vientre. Borré el mensaje no sin antes anotar su número y para cuando él salió de la ducha me había obligado a calmarme.

Tenía que averiguar la verdad.

Le dije que era de un número equivocado. Besó mi mejilla y nos alistamos para ir a dormir. Mi bebé sentía la preocupación y la ira que corría por todo mi cuerpo, traté de ser fuerte para no afectar mi embarazo.

No podía creerlo, aun no me cabía en la cabeza que él hombre con él que había estado por más de dos años tuviera a alguien más. Tal vez eso explicaba los viajes por trabajo que él hacía los fines de semana.

Edén sin censura © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora