41. Kindly calm me down

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(EDITADO)

Aarón

El agua sucia moja por completo nuestra ropa, las hojas que navegaban en esta piscina se pegan a nuestra piel y prendas. Es una suerte que haya estado llena por alguna lluvia de hace días. Nadamos hasta la orilla y vemos como mi princesa golpea la ventana de nuestro auto mientras llora.

Mi corazón se parte aún más.

—¡Niños!

—¡Princesa!

Gritamos al mismo tiempo como si eso fuera a devolvernos a nuestros hijos, el auto simplemente se ha ido. Salimos y caminamos adoloridos hasta la acera para pedir ayuda, pero parece que por aquí no pasa ni un alma. Edén jadea apretando su pecho, una de sus piernas cojea un poco. Fue una caída a gran altura, estoy sorprendido de que aun estemos completos.

—Mis niños, Aarón, nuestros hijos —solloza.

Estoy realmente desesperado y muy molesto. Esa maldita chica me las va a pagar porque sé muy bien que el karma es una mierda y la está esperando. Gracias a la castaña quien me dijo su nombre, Daphne, puedo saber que Cindy logró conseguir pasaportes falsos para ellas y los niños.

No se va a salir con la suya.

Sentimos el calor de la vieja casa en llamas. Una luz en el camino se hace presente y le hacemos señales, este se detiene de inmediato, sorprendiéndonos enseguida por quien vemos cuando el cristal se baja.

Candace.

—¿Qué haces aquí? —le pregunto.

—¡Suban! ¡No hay tiempo! —nos apresura.

Subimos enseguida a la parte trasera mientras abrazo a Edén quien tiene la mirada perdida y sus puños muy apretados.

—Sé que deben estar pensando que tengo algo que ver con los planes de esa niña y no es así, Daphne me llamó hace una hora y me dijo lo que pasaba —confiesa la rubia.

—¿Por qué deberíamos creerte? —masculla furiosamente Edén y aprieto su mano.

—Porque sé lo que es tener un hijo y darlo por perdido, aunque no como ustedes —aprieta el volante del auto fuertemente.

¿Acaso ella es madre?

Veo a Candace pasar saliva mientras conduce a toda prisa.

—Cindy es ma fille...esa niña tonta es mi hija —su mirada es de furia y a la vez decepción —. Lamento tanto meterme entre ustedes hace tiempo y lamento lo que ella está haciendo —se disculpa.

Edén luce tan sorprendida como yo.

—¡Detente! —grita de pronto la pelinegra y vemos lo que ella ve no tan lejos en la oscura carretera.

Nuestro auto y humo saliendo de el. Candace para su auto y Edén sale a toda prisa conmigo siguiéndole el paso. El auto está estrellado contra un árbol, las puertas abiertas, revisamos, adentro no hay nadie. Solo rastros de sangre.

—¡Abby! ¡Tyler! —grito desesperado.

Edén se derrumba en el suelo con las lágrimas recorriendo su rostro.

—Tenemos que buscarlos —dice Candace —. He pedido ayuda cuando venía hacía...

Nos quedamos en silencio cuando del bosque salen los llantos de un bebé.

Edén se levanta y corre desesperada como puede hacia la oscuridad de los árboles, Candace y yo la seguimos.

—¡Abby! —grita con exasperación.

Edén sin censura © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora