(EDITADO)
Aarón
Puedo ver como Ian se ha puesto algo tenso, no puedo creer que ella sea el demonio que él describió. Ya que es uno muy sexy. Su paso es lento pero decidido.
Llega a nuestra mesa mirándome y luego a Ian.
—Ian ¿otra vez aquí? —él le da una media sonrisa —. Creí que te habían prohibido la entrada.
—Soy hijo del dueño no lo olvides hermosa —alza su bebida hacia a ella y le da un trago.
Así que el bar es del padre de Ian.
—Hoy tienes compañía —musita ella.
—Sí, es mi mejor amigo Aarón. Es gay, así que ni te acerques a él preciosa, ya está tomado por mí —pasa su brazo por mis hombros y me acerca a él.
Ella me mira con algo de decepción y yo golpeo con mi pie la pierna de Ian por debajo de la mesa.
—Soy Aarón, amigo de este idiota y en definitiva no soy gay y si lo fuera no tendría gustos tan malos —me presento, tomo la mano de ella y la beso cortésmente mientras me sonríe.
—Pues mucho gusto soy Edén espero te haya gustado mi música.
—Por supuesto, eres muy talentosa —la halago. La tensión sexual que se empieza a crear entre nosotros es casi palpable.
—Te ves mejor sin toda esa tierra y mirada de perro rabioso que tenías esta mañana —eso me hace reír.
—Y tú definitivamente te ves aún más hermosa con ese vestido —ella muerde ligeramente su labio mientras me desnuda con la mirada.
—Tengo que irme, adiós Aarón —me arroja un beso volado con su mano.
—Fue un placer conocerte Edén espero volvamos a vernos —sentencio de manera lasciva.
—Yo también espero lo mismo — dice con voz lenta, me guiña un ojo y se retira. No puedo evitar que mi mirada siga el compás de sus caderas.
Ian quien se ha mantenido bebiendo en silencio de repente toma mis mejillas y las aprieta.
—Aarón no puedes dejarte engañar por ella, mira lo que me hizo a mí —dice con tono melancólico. No sé cómo esa mujer que luce tan agradable pudo pisotear el corazón de mi amigo.
Él nunca habla del tema, sé de ella porque hace seis meses vine por él a un bar, en medio de su borrachera dijo su nombre y otras cosas más sobre ella.
¿De verdad es tan mala como él piensa?
Por respeto a mi amigo pienso que no debería volver a verla, aunque ella haya dejado una increíble impresión difícil de borrar.
***
Es sábado en la mañana, subo a mi bicicleta y voy a uno de mis lugares preferidos, la cafetería que inauguré hace dos años cuando tenía veinte y ocho, Versetto. Cuento con una eficaz ayudante, una chica muy linda de rizos rojos y gran sonrisa llamada Melissa que debe estar bordeando los dieciocho años la cual me saluda al entrar.
—Buenos días señor Aarón —dice burlonamente.
—Hola Melissa —la miro con algo de reproche ya que ella sabe que me molesta que me diga "señor Aarón".
—Ya hice el pedido del café exportado que se había acabado —me informa.
—Bien pediste los...
—¡Papi! —una pequeña voz que tanto había extrañado entra corriendo vistiendo un vestido celeste con un delicado lazo rosa sobre su cabeza llena de rizos negros que suelen parecer castaños en algunas partes.
—¡Princesa! —exclamo, me agacho para abrir mis brazos y levantarla.
—Te extrañé papi —confiesa dándome un beso en la mejilla.
—Yo también pequeña ¿dónde está la abuela Esmeralda? —indago.
He echado de menos a mi nena, estuvo en casa de mi madre desde el jueves ya que no tuvo clases.
Veo a mi madre entrar apoyada en el brazo de alguien. Una corriente recorre mi cuerpo al hacer contacto con esos ojos verdosos que vi el viernes por la noche y luce tan sorprendida como yo.
Lleva puesta una falda ceñida a sus caderas y piernas, en su hombro cuelga el estuche del saxofón con el que me quedó claro su talento.
Me pregunto si tendrá otros.
—Abby ¿cómo pudiste dejar a tu abuela sentada en media vereda? —le dice mi madre a mi pequeña y consentida hija de cinco años.
—Lo siento abuela Esme quería ver a mi papi —manifiesta ella.
—¿Dejaste a tu abuela en la vereda pequeña diablilla? —me mira con algo de timidez —. ¿No ves que ya está vieja? Necesita tu ayuda si cae.
—Aarón... —masculla mamá.
Edén solo ríe.
—No le hagas caso muñeca, yo no estoy tan vieja —le dice mamá a ella.
—Hola Aarón —me saluda la pelinegra.
—Edén es un gusto volver a verte.
Mi madre nos mira algo confundida.
—Bien hijo que esperas anda prepara un delicioso café para mi acompañante ya que me ayudó a levantarme cuando me caí afuera —ordena mamá mientras toman asiento.
—Estoy a sus órdenes damas.
Edén no aparta la vista de mí, le doy una corta sonrisa aun con mi hija en brazos.
—¿Tú quieres algo princesa?
—Un waffle con helado por favor papi —bate sus pestañas rápidamente. Beso sus mejillas y la bajo, ella corre hacia su abuela sentándose junto a Edén a quien no deja de mirar curiosa.
Entro en la zona de cafetería, alisto los vasos, saco el waffle del congelador para calentarlo y reviso si hay el helado de chocolate que le gusta a mi hija. Me siento observado, alzo la mirada y observo a Edén pasar un mechón de cabello detrás de su oreja coquetamente cuando me mira y de forma disimulada regresa a la conversación que tiene con mi madre. Supongo le estará preguntando como nos conocimos.
Demonios esa mujer es tan ardiente.
Regreso a lo mío coloco las tazas con el café en una bandeja listo para llevarlas cuando un grito hace que de un respingo y el café caliente se derrame sobre mi camisa.
Mierda, esto quema de forma horrible.
Busco un mantel para limpiar. Me giro hacia el origen del grito y tengo a Edén frente a mí mostrándome un libro que conozco perfectamente bien.
Doble mierda.
Por su astuta mirada sé que me ha descubierto.
El libro que ella sostiene es el primer libro de poesías que publiqué bajo el seudónimo de "A.T.Donovan" hace dos años llamado "Por un poema".
No le puse mi nombre real ya que quería seguir llevando una vida tranquila.
—Te encontré —me dice con la misma mirada astuta, como un cazador sobre su presa.
Triple mierda.
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Edén sin censura © ✔
Roman d'amour"El paraíso llegó a mi en forma de mujer, tal vez vino a dejarme disfrutar o a declararme el exilio después de probar su fruto prohibido" Dime Edén ¿serás mi perdición? ***Derechos reservados, prohibido su copia o adaptación*** POR FAVOR NO PLAGIAR...