-sere tu perdición - advierte él alejándose
-yo ya estaba perdida incluso antes de conocerte - responde acercándose
Lo que ninguno de los dos sabía era que cuando dos almas solitarias se encuentran, su colisión es inminente y no hay nada capaz de d...
Hay puñales en las sonrisas de los hombres; cuanto más cercanos son, más sangrientos. (William Shakespeare)
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Las puertas del elevador del restaurante se abrieron dejando ver a una radiante, sensual y muy hermosa Sarahi Allen quien llevaba puesto un vestido entre rojo y rosa que se moldeaba a su cuerpo de forma divina. Su cabello iba suelto en unas delicadas pero definidas ondas, tenía un poco de maquillaje y al ver a Snart sonrió acercándose.
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Snart giro la cabeza y al ver a Sarahi caminando en dirección a él se levantó de la mesa, se sentía nervioso, nunca en su vida se había sentido de esa manera, se perdió en la sonrisa de la candente mujer que iba a su encuentro, no podía dejar de verla.
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Sarahi observo a Snart de arriba abajo, llevaba un traje negro que lo hacía ver elegante, misterioso y muy atractivo, observo sus ojos y por primera vez no vio el frio habitual sino que vio una pequeña chispa, una especie de brillo que por alguna razón hizo sonrojar a Sarahi.
Snart tomo la mano de la chica, tocando su suave y tersa pie, luego le sentó en la silla frente a él y la acomodó para luego volver a su lugar, ambos se veían sin decir ninguna palabra, la música de piano que había en el restaurante daba una atmosfera romántica y especial
