Capitulo 4 (parte 2)

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-Es complicado cuando no eres tu quien propicia la unión, sino que son tus padres, es difícil decirles que no estas de acuerdo con sus decisiones cuando esperan tanto de ti y tu mayor miedo es decepcionarlos –soltó presa de la rabia para luego dar media vuelta y encaminarse hacia la salida, tomaría un taxi que la lleve a su casa y desde allí podía arreglárselas sola para llegar a Francia ya que ese es un compromiso ineludible.

-¡No, espera! –grito Enrique, no podía creer lo que acababa de escuchar.

Corrió hasta alcanzarla y la tomo del brazo, ella no lo miro, su mirada continuaba baja como si su reciente confesión fuera algo para avergonzarse, él mismo paso por lo mismo cuando aún era muy joven y sus padres lo presionaban por ser el hijo único y el heredero de todo lo que ellos un día empezaron, ahora apenas si los veía una vez al año.

-Lo lamento, de verdad, yo no debería meterme en esto y mucho menos criticarte por las decisiones que tomes en tu vida, es solo que eres una gran mujer y él es solo un idiota –la aludida sonrió.

-En eso tienes razón, es un idiota –afirmó, era la primera vez que lo tuteaba y le hablaba con tanta familiaridad, era extraño.

-Deme un segundo y podremos irnos –fue hasta la recepción en donde pago todos los gastos, dejo su número de teléfono personal y todos los datos de contacto por su algo llegaba a suceder, el esposo de Maya la acompañaría y sabían que en caso tal él estaba atento para brindarles su ayuda. Camino junto a Clarise hasta el parqueadero, dejo el maletín en la silla de atrás y subieron al auto, no tenían mucho tiempo que perder, un avión los espera.

-Tu carro es maravilloso, en cuanto lo encendí supe porque mi padre sueña con tener uno como estos –él rio.

-¿No te sentiste pequeña al sentarte tras el volante?

-Algo, pero no por ello deja de ser menos sorprendente –tomo asiento en el copiloto, Enrique tras el volante y arrancaron rumbo a casa de la dama– me asegurare de que Lina tenga mi nueva dirección, mama se está encargando de vender la casa así que espero consignarte muy pronto el dinero –comentó.

-Tranquila, no hay ningún afán, ya con que estés trabajando para mi tengo la certeza de que si quieres cancelar la deuda –le guiño un ojo y continuo con la vista fija en la vía.

El cambio continuo en un cómodo silencio, no tardaron mucho en llegar a casa de la joven, era muy grande, elegante y hermosa, era una verdadera lastima que tuviera que deshacerse de ella, además que la nostalgia en el rostro de Clarise fue evidente al ver todo empacado en cajas lo dejo con cierto sinsabor en la boca.

-No te gusta la idea de cambiar de casa –aseguró mientras ella colgaba las llaves en el organizador de la pared.

-No, por supuesto que no me gusta, crecí en esta casa, tengo recuerdos muy especiales en cada rincón de este hogar –suspiró, por un segundo las lagrimas amenazaron con mojar sus lágrimas, pero rápidamente las ahuyento y la repentina llegada de su madre ayudo.

-¡Hija! No sabía que habías llegado, señor Enrique, bienvenido a nuestra casa, ¿desea algo para tomar o comer? Aun no he empacado todo lo de la cocina y no es por nada, pero soy muy buena en ello –él rio.

-Se lo agradezco mucho, pero no gracias, tenemos el tiempo limitado.

-¡Es cierto! Iré por mi equipaje, por suerte lo deje listo la noche anterior. Mama, regresare en un par de semanas, estaré al pendiente de mi teléfono para cualquier emergencia –corrió escaleras arribas y en un par de minutos bajo con dos maletas en sus manos, el caballero no dudo en correr y ayudarla con ello– te aviso en cuanto aterricemos en Francia, despídeme de papa. Te amo –dejo un beso en la frente de su progenitora y tras una corta despedida volvieron al auto.

Durante el camino a casa de Enrique un cómodo silencio se instauro entre ellos, la joven mantenía la vista fija en la ventana disfrutando del pasar de los elegantes edificios, a pesar de todo por lo que estaba pasando se sentía increíblemente tranquila y relajada, estaba decidida a no dejarse afectar por los problemas económicos que tenia en su familia y el miedo que la enloquecía cada día un poco mas ante la idea de empezar un nuevo trabajo, la compañía y apoyo de su jefe estaba siendo de mucha ayuda para ella, pero bien sabia que era su deber explicarle todo lo que sucedía con Sebastien, solo esperaba el momento indicado para hacerlo, no es como que el guste la idea de hablar de ello.

-Siempre he querido tener el poder de saber que piensas las mujeres cuando tienen esa cara de estar a miles de kilómetros de la tierra, es algo así como la expresión que tienes en este momento –solo hasta ese momento noto que se habían detenido y que su acompañante la miraba fijamente con una sonrisa llena de diversión y con un toque de coquetería.

-¿No ha llegado a pensar que tal vez no le gustaría saber que es lo que hay en nuestra cabeza? –comentó con picardía logrando sonsacarle una sonrisa aun mas amplia en los labios de él. Algo había cambiado entre ellos después de la pequeña y casi inexistente discusión que tuvieron después de descubrir su compromiso, era como si algo los uniera, algo especial y puede que un tanto prohibido.

Era imposible describir al edificio que tenia enfrente con "elegante" o "hermoso", eran palabras que se le quedaban cortas para tal esplendor y muestra de supremacía, ni su casa familiar estaba a tal altura, era algo digno de ser admirado.

El interior de su apartamento era aún más imponente, todo decorado en todos blancos y grises, una gran sala conectada con la cocina y un comedor, enormes ventanales que le daban mucha luz natural al lugar y las decoraciones un toque de familiaridad, ese bien podía ser el hogar de una hermosa familia o el sencillo inicio a una nueva vida. No tardo mucho recogiendo sus cosas, al salir por una de las varias puertas traía una maleta del mismo tamaño de la suya.

-Vamos, el taxi ya llego –no podían llevar el auto ya que él no quería dejarlo en el aeropuerto así que subieron su equipaje al taxi y emprendieron el camino.

Era la primera vez que viaja en un avión privado, Clarise estaba un tanto nerviosa y el movimiento de sus manos lo dejaba en evidencia, cosa que él no tardo en notar y en un intento por tranquilizarla se sentó frente a ella y busco un tema de conversación que ocupe su atención.

-¿Por qué aceptar un compromiso con Sebastien? ¿Lo amas? –preguntó luego de ponerse el cinturón de seguridad y sentir como los motores del avión empezaban a funcionar. La chica respiró profundo y centro toda su atención en sus palabras, volar siempre lograba hacerle perder la tranquilidad.

-Creo que amar a una persona así es lo que se podría llamar una misión imposible, dejémoslo en que lo soporto.

-Entonces, ¿Por qué? Lo conozco y es un completo imbécil mientras que tú, hasta donde he podido ver, eres una mujer inteligente, como bien te lo hice saber al descubrir esta parte oculta de tu vida –la aludida no tenia una respuesta que puede que no suene tan ridícula, porque a su parecer si lo era, no estaban en la edad de piedra, era difícil creer que aun en plena modernidad y auge de los derechos del individuo los padres sigan "negociando" los matrimonios de sus hijas con el propósito de conseguir acuerdos que beneficien sus cuentas bancarias.

-No se si alguna vez has pasado por algo parecido, yo no tengo el más mínima interés en casarme con ese hombre, puedo asegurártelo, pero, así como estoy en deuda contigo por decisiones de mis padres me encuentro en la misma encrucijada con él y su familia, de hacerlo perder el dinero seria la menor de mis preocupaciones.

***

LAMENTO LA DEMORA, LA UNIVERSIDAD Y EL TRABAJO CONSUMEN TODO MI TIEMPO

ESPERO QUE LO HAYAN DISFRUTADO

INTENTARE SUBIR EL SIGUIENTE EL FIN DE SEMANA

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FER :D

Entregándome al amor -CAPÍTULOS DE MUESTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora