Enrique la tomo por la cintura y levantándola la sentó a horcadas sobre sus piernas, ella lo besaba sin reservas ni miedos, se estaba entregando a él por completo como nunca antes lo había hecho, porque ya llevaba tiempo en una relación con Sebastien él nunca logro despertar algún tipo de deseo en ella por lo que en sus cortos encuentros apenas si cruzaban un par de palabras, siempre que la besaba era cuando estaban en público y habían medios de comunicación presentes listos para tomar una buena fotografía, y aquello no era más que actuación, mentiras que lo dejaban muy bien ante la prensa, sus padres e incluso con aquellos con quienes mantener algun tipo de negocios o acuerdo porque una persona que mantiene una relación estable y que puede que pronto forme una familia se puede considerar una persona "confiable"; aunque aun no entendía muy bien la lógica de esa teoría.
Él no quería presionarla de más por lo que aguantándose las ganas se limito a acariciar su espalda y su cintura de arriba abajo, aunque se moría por navegar un poco bajo su blusa y conocer la suavidad de su piel, además que era el beso mas ardiente, apasionado, sensual, romántico y maravilloso que le habían dado en la vida, era casi imposible de creer que existiese tanta perfección en una sola persona.
Cuando sus pulmones empezaron a exigir un poco de aire el empresario dejo pequeños besos sobre sus labios para luego abrazarla con fuerza y unir sus frentes, además que a esa distancia era libre de disfrutar su delicioso aroma, no era dulce ni cítrico, era un olor distinto, pero le encantaba.
Clarise se aferró a él con fuerza y continuo con los ojos cerrados esperando que aquello no fuese un corto sueño, sino una eterna y maravillosa realidad, pero bien sabia que pronto se vería obligada a despertar de aquel sueño que no dejaría de ser una simple fantasía, además que aún no entendía como es que estaba ahí en sus brazos y se sentía tan bien si nunca le llamo la atención, eso sin tener en cuenta su larga y puede que interminable lista de conquistas, nunca podría olvidar quien era el gran señor Bembourg.
-Esto no está bien –susurro ella disfrutando de las caricias que las manos del caballero dejaban en su espalda, eran muy relajantes y placenteras, incluso llego a desear que fueran eternas.
-Me parece recordar que dijiste eso mismo instantes antes de que em besases, si en esta oportunidad tendrá el mismo final estaré dichoso de escucharlo, de lo contrario prefiero que no lo repitas de nuevo –giro un poco su rostro y empezó a repartir besos en su mejilla, mentón y rumbo a su cuello, si la mujer que estuviese en sus brazos fuera cualquier otra de seguro ya la habría seducido y desnudado, pero con Clrasise se sentía distinto, quería que todo fuera de su agrado y para su comodidad, no tenía ningún afán, era como si ansiara saborear cada uno de los segundos que compartía con ella.
-Vamos Enrique, no puedes decirme que de repente olvidaste que instantes antes discutíamos sobre mi próximo matrimonio y como, aunque quiera, no puedo cancelarlo –el aludido detuvo el movimiento de sus manos y su cuerpo se tensó al escucharla.
-Si bueno, me parece recordar que ambos concordamos en que tu prometido es un completo imbécil y que tu matrimonio no tiene ningún futuro, te lo dije y te lo repito, yo puedo idear algo para cancelar tu boda, no puedes estar pensando en casarte con el imbécil de Sebastien, mereces algo mejor –la joven se alejo un poco y tomando ese apuesto rostro entre sus manos lo obligo a mirarla a los ojos.
-Ya te debo todo lo que tengo y más, ya te lo dije, no quiero seguir aumentando mis deudas contigo, ya tengo muchos problemas, debo idear al forma de pagarte después de que me case con Sebastien porque si algo tengo mas que seguro es que una vez dé el sí frente al altar él me sacara corriendo de tu empresa; te lo ruego, no te metas en esto, Dios, eres mi jefe, yo no debería estar sentada sobre tus piernas y muchísimo menos besándote –intento levantarse, pero él la tomo por la cadera y la mantuvo en su lugar, perderla no era una opción y mucho menos si ello implicaba lanzarla directo a los brazos del idiota de su novio.
-Te tengo una propuesta –soltó de repente dejándola sorprendida.
-¿Cuál? –el hombre miro a su alrededor, estaban completamente solos, pero después de que Sebastien descubriera en donde estaban quedó a la defensiva.
-Un momento –ella frunció el ceño confundida.
-¿Quieres decir que espere un momento? –Enrique sonrió y negó, abrió sus brazos y señalo todo a su alrededor.
-No, no me refiero a eso, me refiero a que te regalo momentos como este, robémosle un par de horas a la vida y vivámoslas juntos en nuestro propio paraíso, bien puede ser acá en Francia, en Londres, puede ser incluso en la China si así lo deseas, soy capaz de conseguir un vuelo ya mismo que no lleve al otro lado del mundo si con ello podemos ser libres unos minutos –el corazón de la joven empezó a latir muy fuerte, le costaba creer que todo lo que acababa de escuchar era real y que sus oídos no le estaban mintiendo, pero entonces su parte racional hizo acto de presencia, eran muchas cosas las que debían contemplar.
-No podemos solo desaparecer, tu tienes toda una empresa de la cual hacerte cargo y yo tengo a mis padres esperando por mí, además, aunque esto no tenga que ver con celos ni una relación ni nada parecido estoy segura de que nunca seré la única mujer que ocupe tu cama y no pienso ser una conquista mas en tu lista, en ese caso prefiero seguir hundiéndome en la realidad que me ofrece Sebastien, por lo menos con él siempre seré la que aparezca en los reflectores aunque tras bambalinas tengas un montón –él no sabía si reír o hacerle ver lo deprimente que sonaba eso, ella era demasiado inteligente y valioso como para esperar tan poco de la vida.
-¿Qué quieres que te diga, Clarise? No puedo ofrecerte un anillo porque resulta que ya tienes uno adornando tu dedo, no me dejas ayudarte a librarte de ese compromiso por aluna extraña razón que por mas que lo intentes posiblemente nunca entenderé, pero tampoco puedo dejarte ir porque me tienes como un imbécil, no dejo de pensar en ti desde el día en que apareciste en la puerta de mi oficina casi exigiéndome que no podía quitarle la empresa a tu padre, eres demasiado hermosa y fuiste capaz de calentarme con un simple beso, nunca antes he deseado tanto a una mujer como te deseo a ti. Te lo digo solo una vez más, Clarise, dime que me aleje y juro que no volveré a intentar besarte o tocarte de forma indebida, no puedes tenerme esperando siempre –la aludida no supo que responder ante esa declaración, nunca se esperó escuchar unas palabras así salir de su boca.
-Yo también me siento muy atraída por ti, Enrique, aunque se que es indebido porque estoy comprometida y tú eres mi jefe me encanto besarte y me encanto lo mucho que provocaste en mi al hacerlo, pero... –Enrique la beso acallando sus palabras y ella simplemente se dejo llevar por sus caricias y el movimiento de sus labios, pero pronto fue ella quien le dio final.
-No quiero escuchar tus peros; vive conmigo Clarise, disfrutemos juntos de esto que nos pasando en un mundo que sea solo nuestro, en el que no haya jefe, prometido, padres o empresa, ya tendremos tiempo para enfrentarnos a la realidad y para pensar en cómo solucionarla –la joven mordió su labio inferior toda su vida estuvo tan centrada en sus estudios que nunca tuvo tiempo para vivir momentos y emociones como las que él le ofrecía, además que se comprometió muy joven, ni siquiera tuvo la oportunidad de emborracharse por primera vez en una de esas famosas fiestas de universitarios, su padre y Sebastien siempre se encargaron de que así fuera, nada de fiestas, alcohol, drogas o sexo.
-No podemos simplemente escapar, la empresa no sobreviviría sin ti y mi familia no podría sin mí, ¿cómo escapar?
-Muy sencillo, tu solo dime que si que yo me encargo del resto, no importa si de hoy en adelante tengo que encerrarte en mi oficia, secuestrarte y llevarte a la luna, hacerte feliz, demostrarte lo que es un hombre –la sola idea de vivir una aventura con Enrique la lleno de emoción, su corazón brinco de alegría y la adrenalina recorrió su cuerpo, con solo imaginar en lo que podía convertirse su vida junto a él se llenó de miles de sensaciones maravillosas.
-Acepto.
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ESPERO QUE LO DISFRUTEN!
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FER :D
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Entregándome al amor -CAPÍTULOS DE MUESTRA
RomanceTrilogía los tres mosqueteros parte 3 A veces el amor empieza donde menos de lo imaginas, puede que sea en un arrogante y grosero millonario que quiere tener el mundo entero a sus pies o en una dulce y sencilla joven que quiere salvar a sus padres d...