-No es lo que parece –fue lo único que se le ocurrió decir, ella misma pensaría lo peor si los de la portada fueran Sebastien y otra mujer; su corazón latía muy fuerte y sus manos empezaron a temblar, aunque él no era el mejor novio y no estuviera ni remotamente cerca de ser el príncipe azul con el que ella soñó de niña no se merecía quedar frente al mundo como el imbécil al que su prometida le puso los cachos con el jefe, además que si sus padres llegan a verlo de seguro morirán de la rabia.
-¿No es lo que parece? ¿Es lo único que tienes para decir, Clarise? ¿Qué quieres que piense después de ver esto y de encontrarte viviendo en la casa de este imbécil? ¡Eres una cualquiera! –los ojos de la joven se llenaron de lágrimas, no sabia que decir ni que hacer, estaba en shock, estaba completamente paralizada, nunca se imaginó vivir algo así.
-¡No! Ni se le ocurra tratarla de esa forma o juro que soy capaz de callarlo con mis propias manos, respétala –exigió Enrique poniéndose en medio de ellos en un intento por protegerla, no iba a permitir que la traten de esa manera, no se lo merecía.
-¡Tu ni te metas, imbécil, porque soy capaz de moleste a golpes! –el empresario avanzo hacia él dispuesto a todo.
-Inténtalo –Sebastien observo a su oponente y desistió de su idea, era ridículo teniendo en cuenta que Enrique era mucho mas fornido y musculoso que él, además que según sabia practicaba boxeo, mientras que él a penas si caminaba de la oficina hasta el parqueadero y no iba a hacer el ridículo.
-¡Nos vamos Clarise! –intento esquivarlo y tomarla del brazo, pero Enrique reacciono de inmediato y lo detuvo.
-¡No, ni se te ocurra tocarla! Quiero que te largues ya mismo de mi casa y será mejor que lo hagas por voluntad propia si no quieres que te saque a patadas, y solo por ella me voy a tomar el trabajo de aclararte la foto: solo le agradecía por el excelente trabajo que hizo durante la conferencia y le di un pequeño abrazo, usted debería saber que los paparazzi siempre encuentran la forma de crear escandalo para vender, ahora ¡largo! –Clarise continuo tras Enrique con la mente en blanco y a punto de romper en lágrimas, no podía creer que todo eso le estuviese sucediendo justo a ella, no era una mala persona, estaba segura de que no se lo merecía.
-Clarise, nos vamos ya mismo –le ordeno ignorando las palabras del dueño de la casa.
-¡De verdad que eres imbécil! –Enrique se acerco y lo tomo del brazo dispuesto a arrastrarlo afuera, pero Sebastien de inmediato reacciono dándole un empujón, su contrincante fue hacia él dispuesto a todo hasta que la escucho.
-¡Basta! ¡Basta, los dos! –grito ella reaccionando, no iba a permitir que terminaran a los golpes como un par de animales –Sebastien, tenemos que hablar –se giro esperando que la siguiera, irían hasta su habitación y hablarían allá, apreciaba mucho la forma en que Enrique la defendió, pero aunque no le guste la idea él era su prometido y era su obligación darle una explicación aun cuando no estaba dispuesta a irse con él, de hacerlo estaba segura de que aquello terminaría muy mal.
-Si la tocas, te mato –prometió Enrique antes de ver como ambos desaparecían por el pacillo, se quedaría cerca por si escuchaba algun grito o llanto, y por el bien de Sebastien esperaba que aquello no sucediese.
-¿Ahora si me vas a explicar lo que sucedió? –pregunto su novio en cuantos ambos estuvieron en la habitación con la puerta cerrada, ella asintió.
-Enrique te dijo la verdad, todo esto no es más que un malentendido, él me estaba dando un abrazo de agradecimiento porque todo el trabajo que estamos haciendo acá en Francia ha salido muy bien y los paparazzi encontraron el momento justo para tomar la fotografía, yo me respeto y te respeto como mi pareja –dijo sentándose en la cama con la mirada baja, se sentía demasiado incomoda y no encontraba la fuerza para mirarlo a la cara, no había hecho nada malo, pero era una estúpida cobarde. Sebastien caminaba de un lado a otro como un león enjaulado se sentía traicionado.
-No te creo ni una sola palabra Clarise, te dije que tenías que renunciar y tu no quisiste hacerme caso, ahora vengo y te encuentro en Francia en la portada de una revista casi comiéndose a besos con mi más grande contrincante, ¿qué quieres que piense? –ella se mordió el labio inferior y tomo aire, no iba a llorar.
-Ya te lo dije, yo me hago respetar y te respeto a ti como mi prometido –él, furioso, se acercó, la tomo del brazo y la obligo a mirarlo.
-Quiero que me mires a los ojos y me jures que ese imbécil nunca te ha tocado ni se a acercado a ti mas de lo debido –de inmediato vino a su mente el beso que le dio estando en el restaurante, si tan solo fuera buena mintiendo entonces no estaría entre la espada y la pared.
***
YA VEN, NO HE DESAPARECIDO JAJAJAJAJA ESPERO QUE LO DISFRUTEN, NO OLVIDEN DEJARME SUS VOTOS Y COMENTARIOS.
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FER :D
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Entregándome al amor -CAPÍTULOS DE MUESTRA
RomansaTrilogía los tres mosqueteros parte 3 A veces el amor empieza donde menos de lo imaginas, puede que sea en un arrogante y grosero millonario que quiere tener el mundo entero a sus pies o en una dulce y sencilla joven que quiere salvar a sus padres d...