Capitulo 10

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-¿Qué Sebastien ha hecho que? –preguntó Clarise sin poder creer lo que sus oídos escuchaban, no, aquello no podía ser cierto.

-Como lo has oído, Sebastien ha estado aquí en mi oficina y me ha entregado el nombre de todos los causantes de los problemas financieros que tuvimos y que nos obligo a volver de Francia, pero lo que me dejo sin palabras fue que solo dijese que con ello lo único que le debía era un favor, y lo cobrara cuando sea conveniente –la joven tomo asiento y respiro profundo tomando el tiempo para aclarar sus ideas y entender todo lo que estaba sucediendo en su vida, en tan solo un par de horas su vida dio un giro de 180 grados y aun no lograba estabilizarse.

-Tu no lo entiendes, Enrique, él nunca haría algo así si no tuviese un plan que le de una ganancia, es un hombre al que solo le interesa la riqueza y que su empresa siga creciendo. –la joven empezó a caminar de un lado a otro con desesperación, sus manos temblaban ante el miedo y los nervios que toda esa situación le provocaba– ¿Y si descubrió que tu y yo tenemos una relación? No solo buscara acabar contigo sino también conmigo y con toda mi familia, por Dios, lo que sucedió anoche nos e puede repetir, esto esta mal, muy mal –el aludido rápidamente se puso en pie y tras acercarse la tomo por los hombres deteniendo sus movimientos, él mismo se encargaría de descubrir que era lo que estaba planeando Sebastien y encontraría la forma de solucionar todos sus problemas.

-Tienes que calmarte y dejar de imaginarte lo peor, ese idiota no ha descubierto que tú y yo tenemos algo, tal vez lo sospecha, pero no tiene nada seguro y en caso tal de que lo descubriese pues mejor porque no pienso compartirte con él, yo me encargare de esto, tu no tienes nada de qué preocuparte –la dama se lanzo a sus brazos y se aferro a él con tanta fuerza como pudo, allí entre sus brazos se sentía segura y en paz.

-Tengo miedo, Enrique, no solo por lo que pueda suceder con Sebastien y con mi familia, sino también por esto que hay entre nosotros, no se que es todo esto y aun así me entregue a ti en cuerpo y alma sin dudar un solo segundo ni pensar en las consecuencias, solo te ruego, te imploro, que no me hagas arrepentirme –el caballero la alejo un poco y tomando su rostro entre sus manos dejo un delicado beso sobre sus labios, después de la traición que sufrió años atrás nunca se habría imaginado enloquecido por una mujer una vez más, pero es que Clarise hizo mucho más que enloquecerlo.

-Te juro que no te arrepentirás.

-Hace mucho que no se de ti amigo mío, anda pasa, ha de ser algo muy importante lo que te trajo hasta aquí –dijo Alan abriéndole la puerta y permitiéndole entrar, después de hablar con Clarise necesitaba un poco de aire y una mano amiga que le ayudase con todo lo que estaba sucediendo en su vida así que fue hasta el consultorio de su gran amigo; Alan era un excelente medico y tenía su propio hospital.

-Lo sé, hace mucho que no hablamos, pero hoy lo necesito más que nunca –su amigo noto la cara de preocupación de Enrique y sin dudarlo tomo su teléfono e hizo una llamada.

-Elliot, nos vemos en mi casa en 20 min, es urgente, se trata sobre Enrique –fue lo único que dijo antes de colgar para luego llamar a su ayudante y decirle que tendría que ausentarse, que se encargara del hospital– ven, vamos a mi casa, allá podremos hablar con más calma.

Cada uno se fue en su propio auto y antes del tiempo acordado ya estaban parqueando, la casa era cercana ya que el medico quería estar cerca de su familia por si algo sucedía; Elliot no tardo mucho en llegar y en menos de una hora ya estaban los 3 sentados en la sala con un vaso con whisky en su mano.

-Sara no está, se llevo a los niños a visitar a Scarlett así que puedes hablar con tranquilidad, ¿qué es lo que sucede? Llevas varios días extraño –comentó Alan tomando la iniciativa en la conversación.

Entregándome al amor -CAPÍTULOS DE MUESTRADonde viven las historias. Descúbrelo ahora