Día 47
Volví a eso de las tres de la tarde con un par de latas que encontré de negocios cercanos. Supongo que con pasar los días se llevaron la mayoría de las cosas, y entiendo que el hambre pesa, a todos se nos acaba la comida.
Después de todo estamos en el puto final y ya nada alcanza.
Mi madre no mejora, aún no sé lo que tiene y el estar en silencio todo el tiempo se complica. No creí que las cosas cotidianas hicieran tanto ruido, hasta ahora. El miedo que me recorre por la sangre cuando a alguno se le cae un cubierto o pisa demasiado fuerte el piso, es algo inexplicable.
Por las noches duermo poco y nada, solo me encargo de abrazar a mi hermano, y tomarle la mano a mi mamá. Cuando ambos se dejan caer en los brazos de morfeo, en silencio saco las lágrimas que no puedo delante de ellos.
Las ganas de gritar a todo pulmón se intensifican con el pasar de los días.
Los gruñidos que se oyen en la tarde nos dejan helados y quietos en los lugares que nos encontramos en ese momento.
Y pensar que hace unos días atrás todo era normal. Si es que así se lo puede llamar.
***
Desperté para ir al colegio, desayuné, caminé a la parada con mi hermanito y tuve una de esas clases que te aburrían. Ya no las aguantaba y menos a primera hora de la mañana.
Las primeras caras que siempre veo son de mis amigas, Ambar y Jazmín.
Al entrar al salón ya se dieron cuenta que algo me pasaba.
— Qué cara amiga —ríe Ambar
— La única que tengo, graciosa. —contesto de mala gana.
— ¿Qué te pasó?¿ Por qué la cara larga ? —pregunta Jazmín
— Mis vecinos, decidieron toda la noche con la música y no pude dormir nada. —dejo la mochila en el piso.
— Que feo ser tú—ríe Jazmín
— La verdad que si —aplaste el culo en la silla y me puse los auriculares para calmar un poco mi mal humor.
La mañana pasaba y se me hacía cada vez más insoportable, parecía que las horas iban más lentas y mi cabeza ya estaba a punto de explotar.
En los primeros recreos de la mañana me la pasé durmiendo, esos pequeños diez minutos que me servían para aguantar otra hora.
A la mitad de la mañana me fui sintiendo mejor. Faltaba solo una hora más y ya me podía ir a mi casa. Esta última no se hizo muy densa, porque el salón ya era un desastre y todos mis compañeros empezaron a molestarse entre ellos haciendo reír a los demás.
Entre una de esas bromas, una alarma empezó a sonar. Miramos al profesor para que nos diga que tenemos que hacer. Pero él tampoco sabía nada, se asomó a la puerta para ver si era un simulacro. Que sería lo más probable.
Dijo que teníamos que salir al patio.
Todos los alumnos formaban filas y los murmullos se escuchaban por todas partes, una vez formados esperábamos que los de la plata alta terminaran de bajar y se acomoden.
No hablo solo por mi misma al decir que no entendía lo que pasaba y la cara de los profesores junto con sus susurros no ayudaban.
Busqué a mi hermanito con la mirada y lo vi con sus amigos riendo. Estaba bien. No somos muy unidos, nos la pasábamos peleando como dos pares de hermanos pero eso no quita que lo ame y me preocupe.
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S.O.S: "El purgatorio" [COMPLETA]
FantasyLos días los tenemos contados, todo cambió y ya nada es igual. Las personas que estaban en mi vida quedaron en el pasado. Los recuerdos de la tierra, ahora solo es una tonta película en nuestra cabeza. "Los recuerdos nos hacen débiles, las personas...