PAPÁ

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Semanas antes:

El trabajo es un suplicio, todos los benditos días venir y aguantar el tránsito. Apoyo los brazos sobre el volante.No veo la hora de llegar a mi casa y poder estar con mi familia.

Con este trabajo casi no paso tiempo con ellos. Hay días en los que solo llego para dormir e irme después de nuevo.

Frené por el semáforo. Hoy hay demasiada gente alterada. Prendo la radio de la camioneta para distraerme.

— "Muy buenos días. Y bienvenidos a esta emisora. Hoy tenemos un clima nublado con precipitaciones de lluvia. Pero nada por qué alarmar..."-

La emisora se corta y se escucha interferencia. Busco otra, pero en ninguna se escucha nada. Miro al frente, por la avenida. El semáforo está en negro. Las bocinas suenan por todos lados, pero nadie avanza.

Agarro mi celular y no hay nada de señal. Esto no está bien.

La gente empieza a correr por todos lados. Otras personas se tiran sobre otras. Pero no llego a ver nada, por la multitud.

Un golpe sobre la camioneta despierta todos mis sentidos. Era una mujer con sangre en el cuello. Tiene toda su carne separada en dos partes. No dura tanto, porque se desploma sobre la trompa de la camioneta. Un charco se forma a su alrededor.

Aprieto el volante hasta que mis nudillos se tornaron blancos. Toco bocina para que se corran de mi camino. Hundo el acelerador alejándome de esa multitud a toda velocidad. ¿Qué mierda está pasando?.

Acelero por las calles y me sigo topando con gente desesperada, los negocios están colapsados de gritos, cosas vuelan, ante la desesperación me sigo abriendo camino con la bocina. Pero una mujer no logra correrse y termino por atropellarla. Mierda.

Freno en seco, miro por el espejo retrovisor. La mujer está tirada en medio de la calle. Estoy por bajarme ayudarla, pero alguien se le tira encima y desgarra cada parte de su abdomen.

Pongo primera y salgo de esa calle.

Me meto en uno de esos estacionamientos del subsuelo. Estaciono la camioneta lo más rápido que puedo y todo por fin se queda en silencio. Mi respiración está super agitada.

Agarro de nuevo el celular. Pero sigue sin tener señal. Estas porquerías cuando más las necesitas se estropean. Lo tiro de mala gana en el asiento de al lado.

Este lugar tiene que tener algún teléfono de línea. Salgo de la camioneta y voy a la cabina donde se supone que tiene que haber un policía para pagarle la renta del estacionamiento. Pero no hay nadie. Golpeo suave el vidrio, nada. Ni una contestación.

No me rindo fácil. Pego la vuelta para entrar por la puerta de servicio. Está completamente oscuro. Sin pensarlo dos veces me adentro en esa oscuridad. No hay rastros de una persona con vida.

Tengo todos los sentidos alterados. No sé cómo explicar los sentimientos que tengo ahora. Es una mezcla de desesperación por volver con mi familia. Pero sé que ahora no puedo salir de este lugar por el desastre que hay.

Llego a una especie de cuarto en donde están todas las cámaras de todo el estacionamiento. Me centro en las pantallas y no hay absolutamente nadie. Solo yo.

Busco entre las cosas, los cajones, taquillas. Pero no logro encontrar nada. Tuve la leve esperanza de encontrar un teléfono. Cierro con fuerza el último cajón que abrí y escucho como algo se remueve en la esquina oscura de la enorme habitación.

S.O.S: "El purgatorio" [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora