MANO A MANO

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Voy abriendo los ojos de a poco, mi cabeza me duele y mi vista sigue un poco borrosa. A lo lejos escucho mi nombre, pero es como si estuvieran a kilómetros de mi. Siguen insistiendo.

— ¡Sel! —el grito de Eros me despierta de un golpe— ¡Despierta, ya!.

De a poco voy teniendo mejor visión y la escena me deja sin aliento, algunas lágrimas caen solas. Busco a Jack con los ojos. Me tiembla la barbilla al verlo atado en un tronco... como a todos.

Hicieron una hilera de troncos clavados en la tierra con nosotros atados en ellos. Es obvio que solo ataron a los que son un riesgo y los demás solo están de rodillas y llorando a un lado.

Me muevo pero las cuerdas me lastiman la piel.

— ¿Cómo pudiste? —se exalta Borja— Hay mucha gente acá que confió en vos. —sigue moviendo tratando de soltarse, pero Jairo le da un golpe a puño cerrado y mi amigo escupe sangre.

— ¡Jairo! —no pude controlar el impulso. Mi boca solo lo soltó y este se ríe ante mi acto.

Todos mis amigos voltean a verme sin entender de como lo conozco. Menos Eros. Él ya sabe quien es.

— ¿Duele verdad? —su voz gruesa me parte el alma en dos— Me volviste contra mi creador y estas son las consecuencias, Selena. —se acerca muy despacio y me apunta con su navaja— Pero se acabó, no voy a caer en tus juegos.

Con el filo de su arma, ahora le apunta a la garganta de Borja.

— Por favor... —se me escapan las lágrimas— Ellos no tienen nada que ver. No te conocen... no saben nada. —se me quiebra la voz a cada segundo— Si quieres matar a alguien ven y mátame.

Su mirada oscura me observa y luego a Glassman y este se encoge de hombros. A medida que se va acercando a mí, todos a mi alrededor gritan y quieren detenerlo a toda costa.

Me agarra la cara y apoya la punta del arma en donde va mi corazón— Pero vas a matar a la persona equivocada. Te amé, porque me ayudaste y me protegiste. ¿Ya no te acuerdas de lo que hizo Glassman? —veo en sus ojos desiguales que hay una lucha interior, como si el verdadero Jairo luchara por salir de esa oscuridad— Él fue quien mató a tu madre, Jairo... —me golpea en las costillas de tal manera que pierdo el aire.

— ¡Mientes! —se va junto a su padre y se queda a su lado como perro.

Ese ya no es Jairo, es un monstruo que su mismo padre destruyó y volvió armar.

Veo de reojo como Borja está intentando cortar la cuerda que ata sus manos contra el filo de una piedra que hay detrás de él. Y hago una seña a Killean, al principio no entiende pero luego mira a Borja.

Me mira a mi y leo en sus labios un "lo siento". ¿Que?

— Que imbécil —le habla a Jairo— Primero te la coges y ahora la quieres matar. Pero debo decirte que te entiendo... —hace una pausa y ese ojo gris de Jairo se pone brilloso. Como si esas palabras le trajeran recuerdos. Pero Killean no sabría con exactitud lo que pasó entre nosotros— Coge como los dioses y después te da una patada para que no la jodas. Así es ella.

No llegué a procesar todo lo que largó Killean, que en segundos lo tenía a Jairo encima pegándole a más no poder. Y a Eneas tratando de frenar la pelea.

— ¡Basta! —lo separa— ¡Primo, por favor!. ¡Concéntrate!

¿Qué?¿Primo?

Eneas ve mi cara de confusión— Ay reina, ¿Te acostaste con los tres? —su sonrisa se ensancha y me agarra la cara— Mira... si resultaste ser toda una puta.

S.O.S: "El purgatorio" [COMPLETA] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora