1. Cuatro años

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Suspiré con cansancio dejando los informes sobre mi fino escritorio de caoba y me eché hacia atrás en mi silla mientras masajeaba el puente de mi nariz.

El jefe había empeorado en salud enormemente, a la larga tuve que dejar mi puesto en Corea y ser yo quien se encargara de la organización desde la sede principal en Tokyo.

-Te ves exhausta- dijo mi hermano entrando a mi oficina mientras me sonreía suavemente, yo le sonreí de igual forma mientras lo veía entrar con una bandeja con una taza de té y unos panquecillos en ella- ¿quieres té? Eso te relajará

-Por favor- dije asintiendo mientras lo veía acercarse- todo esto de ser la jefe suplente es demasiado trabajo- dije recibiendo la taza de té por parte de mi gemelo- además ya estoy vieja, tengo 34 años

-Tenemos, querrás decir- dijo mi hermano con un leve asentimiento de cabeza, sentándose en una de las sillas puestas frente a mi escritorio- desde que me dejaste a mi tu puesto de líder en China y tú te has hecho cargo, la Port Mafia ha avanzado económicamente y el jefe está muriendo

-Lo sé, sólo espero que a ninguno de los demás líderes se les ocurra pelear por el puesto de jefe de La Mafia de Los Ángeles- dije con tranquilidad antes de llevar la taza a mdi labios y darle un sorbo al delicioso brebaje de jazmín y menta.

-Tal vez deberíamos buscarla, ¿no crees, Leena?- dijo Kou mirándome con atención cruzándose de brazos, yo suspiré de forma demasiado ruidosa.

-Kou, ella nos traicionó y se unió a la Port Mafia para echar a perder gran parte de nuestros negocios- dije dejando la taza sobre mi escritorio mientras me ponía seria.

-Lo dices como si no hubieras podido resolverlos- dijo Kou arqueando una de sus cejas- además, tampoco negaste la ayuda que "secretamente" le brindaste para hacer cada una de sus fechorías contra nuestra organización

-Es buena en lo que hace, y debo decir que como la nueva líder sería espléndida dirigiendo La Mafia de Los Ángeles, pero...- dije agachando la cabeza mirando mis manos- No estoy del todo segura de sí es buena idea dejarle el destino de la mafia

-Es de ALFA de quién estamos hablando, podemos darle el poder por las buenas o ella lo conseguirá por las malas, es más, seguro que ya tiene un plan trazado de la A a la Z- dijo Kou colocando su mentón sobre la palma de su mano- y cómo no estás segura de que el hecho de que estés dudando ya forma parte de uno de sus macabros planes

Yo suspiré y cerré los ojos sintiendo ligeramente, la última vez que habíamos sabido de ALFA fue hace cuatro años cuando había llegado a Japón, desde entonces simplemente un día desapareció y no habíamos sabido nada de ella, ni si quiera alguno de sus famosos asesinatos disfrazados de accidentes, suicidios o simples casualidades; todo entorno a ALFA simplemente estaba demasiado callado.

-Sí decido que ella debería tomar el control, ¿cómo la contactaríamos? Es casi imposible contactarla- dije manteniendo mi sonrisa tranquila mientras miraba juguetona a Kou, él se encogió de hombros.

-Tu lo has dicho, "casi" imposible- dijo mi hermano sonriéndome divertido.

En ese momento, de forma repentina las puertas de mi oficina se abrieron repentinamente mostrando a un agitado muchacho de cabello negro y ondulado, con unos brillantes ojos dorados que me veían alarmados.

-¿Qué pasa? ¿Porqué entras de esa forma a mi oficina? Y sin avisar- dije con tono severo aunque aún mantenía mi suave sonrisa, dejando bastante claro mi molestia por su forma de entrar.

Vi divertida cómo se enderezaba firmemente y de forma nerviosa hacia una referencia para luego mirarme igual de aterrado y preocupado que hace unos segundos, aún respirando agitadamente.

Dioses y Demonios ||SOUKOKU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora