7. Дерьмо (der' mo)

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Me removí en mi lado de la cama para luego estirarme hacia el lugar que solía ocupar Dazai, fruncí el ceño, aún con los ojos cerrados, al notar el sitio vacío así que abrí los ojos confirmando que el loco suicida no estaba conmigo en la cama. Tallando uno de mis ojos tomé mi celular de debajo de mi almohada para ver la hora, 7:37 de la mañana lo cual me hizo parpadear sorprendido... Dazai nunca se levantaba antes de las diez u once de la mañana y eso era a duras penas.

Extrañado me levanté y caminé al baño para lavarme la cara deteniéndome antes de abrir la puerta ya que pude escuchar como le bajaban a la cadena del sanitario, eso explicaba que hacía Dazai levantado, con una sonrisa más relajado salí de la habitación camino a la cocina para preparar algo de café y desayunar, ya que seguro el suicida de mi prometido regresaría a la cama lo cual me daría la oportunidad de asearme, cambiarme y arreglarme. Al entrar a la cocina no le preste mucha atención a mi entorno ya que todavía estaba más dormido que despierto, así que en una especie de modo zombi caminé a la alacena y saqué una taza para poder prepararme mi café.

-Buenos días, Chuu-chan -dijo alguien con tono cantarín haciendo que casi me diera un infarto.

-¡JESUCRISTO!- exclamé aterrado mirando hacia mi izquierda llevando una mano a mi pecho del susto, ignorando la taza rota en el suelo.

-Cerca, pero no- dijo Céline mirándome con lo que debía ser sorpresa mientras estaba sentada frente al comedor comiendo un tazón de fresas.

-¿Cómo malditos diablos entraste aquí?- dije relajándome un poco no sin evitar el enojo.

-Tu amiga tiene una especie de obsesión por meterse en casas ajenas en plena madrugada- dijo Dazai llamando mi atención, yo miré hacia la entrada de la cocina donde estaba recargado sobre el marco de la puerta con los brazos cruzados y mirándome divertido, aún vistiendo su pijama.

-No era de madrugada cuando llegue, eran las cinco de la mañana- dijo Céline encogiéndose de hombros como si nada mientras seguía comiendo.

Con el ceño fruncido analicé mejor su aspecto, ella no usaba una pijama como nosotros al contrario, vestía una blusa café grisáceo, una mascada negra, un suéter delgado color beige y una falda de cintura alta color vino, casual y elegante para estar ahí a esas horas.

-Espera, ¿estás despierto desde las cinco?- pregunté extrañado mirando a Dazai, quien suspiró con cansancio.

-Bueno, lo último que quiero ver por las mañanas es la cara de pesadilla de Céline- dijo con expresión cansada mientras se separaba del marco de la puerta.

-¡Oye! Muchos desean despertar con mi cara durmiendo al lado de sus miserables existencias, incluso Chuu tuvo ese privilegio- dijo Céline con burla señalándome, yo la miré con odio mientras que Dazai se acercaba a la mesa fulminándola con la mirada y se sentaba en una de las sillas.

-¿Qué haces aquí? Supongo que todo este tiempo llevan hablando- dije con cansancio agachándome para recoger los trozos de lo que era mi taza para el café.

-Estoy en graves problemas y los necesito- dijo Céline como si nada, pero yo rápidamente me enderecé y la miré preocupado.

-¿A los dos?- dije esperando impaciente porque me contara, no podría perdonarme si algo le pasara a Céline.

-Oh, no sólo a los dos- dijo Céline mirándome con lo que seguro debía ser pena, o pasar por lo menos como eso- necesito a la Agencia entera

-De eso hablábamos, trata de convencerme de que es buena idea llevarla a la Agencia y pedirle ayuda al Presidente- dijo Dazai con tono relajado encogiéndose de hombros mientras sonreía.

Dioses y Demonios ||SOUKOKU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora