9. Los Demonios

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Esto era grandioso, prácticamente el inicio de un pésimo chiste.

Mi destino había sido tal y como me había dicho ese hombre perteneciente al escuadrón de los perros de caza, pero lo que sin duda no estaba en mis planes ni en los de alguno de ellos, quiero suponer, es que justo frente a mi celda a tan sólo unos metros estaba Fyodor Dostoyevski, lo cual no me alegraba mucho que digamos.

-Caballero de F6 a D5

-Muevo mi rey de E7 a E6- dijo mi "compañero" con tono pensativo viéndose concentrado mientras mantenía su manos bajo su barbilla.

-Hmm. Ese movimiento es justo como tú- dije con el mismo tono pensativo pensando en una buena táctica- Tienes un carácter tan pobre

-Si. La malicia es el mejor fruto que dios pudo haber otorgado contra la bondad del hombre- dijo Fyodor sacándome ligeramente de mis ideas mientras me sonreía ligeramente.

-Estoy completamente de acuerdo- dije sonriéndole ligeramente y casi con cierta pena- muevo mi reina de E2 a C4

-¿Mandando a la reina al campo de batalla? Qué atrevido- dijo Fyodor con un tono algo divertido y entretenido.

-Tu eres mi oponente. Debo usar todas las piezas que me sean posibles- dije encogiéndome ligeramente de hombros mientras mantenía mi sonrisa.

Fyodor bajo la vista para luego volver a verme pero esta vez con un poco más de seriedad que antes, era casi extraño ver cuán bien le era demostrar emociones o expresiones pero sus ojos no sólo lucían cansados sino que también vacíos, era algo casi perturbador y que sin duda te podría dar escalofríos.

-Tu reina es Montgomery-san, ¿no es así?- me preguntó con fría seriedad.

Yo me enderecé, y mantuve mi sonrisa pero en esta ocasión de una forma más fría.

-Bueno, justo pensé que ya habrías llegado a esa conclusión- dije ladeando ligeramente mi cabeza y cruzando mis piernas- El tablero de este juego de ajedrez es el casino en el cielo. Pero la Agencia de Detectives no puede salir en público- explique haciendo una explicación de mi plan- Es por eso que tengo a los perros de caza bloqueando las salidas

-Eso es un buen plan, debo de admitir- dijo Fyodor con una sonrisa- debo decir que me causa mucha curiosidad que a pesar de seguir aquí es como entras en el juego todavía

-¿Realmente te causa mucha curiosidad?- dije con tono burlón deseando saber que pensaba esa pequeña rata.

-Claro, ¿porqué no debería?- dijo mirándome de una forma un tanto extraña que la verdad no pude interpretar.

-Creo que en realidad entiendo tu punto detrás de esa pregunta- dije con una sonrisa burlona- Pero también debe ser curioso como tú también haces exactamente lo mismo

-Dime cómo contactas a la gente de afuera,  me gustaría saberlo- dijimos los dos al mismo tiempo, con la misma sonrisa arrogante.

-Vaya, si que pasaremos un gran tiempo divirtiéndonos juntos- dije con una sonrisa encogiéndome de hombros, notando como su sonrisa se ensanchaba ligeramente.

-Me gustaría que pasáramos el suficiente tiempo para conocernos- dijo con una sonrisa calmada, a lo cual yo lo miré curioso.

-¿Enserio?- pregunté teniendo una extraña sensación que no sabría expresar pero no me era del todo agradable.

Él borró su sonrisa y me miró con seriedad unos minutos (o tal vez sólo segundos que fueron casi eternos) para luego volver a sonreír levemente con tranquilidad.
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-¿Alguna pareja?- pregunté mientras permanecía acostado de lado en el suelo de mi celda con mi cabeza recargada sobre mi mano (algo así como la pise de los modelos) mirando hacia la celda de Fyodor.

Dioses y Demonios ||SOUKOKU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora