Dioses y Demonios ||SOUKOKU||

16. Visitas y los psiquiatras

Soy la primera en llegar al desayuno, minutos después de mi entraron Platón y Mijaíl, en esta ocasión los dos reclusos no estarían bajo vigilancia nuestra, ya que el plan era que se prepararan y tuvieran su desayuno en cada departamento...además, necesitaba decirles a esos dos la situación que teníamos entre manos.

-Доброе утро (Buenos días)- dije sentándome calmadamente en el lugar que siempre me correspondía, ellos respondieron mi saludo y se sentaron frente a mi.

Estuvimos en un silencio bastante tranquilo mientras nos servían el primer plato, después de eso los meseros salieron dándonos privacidad mientras seguramente preparaban el segundo.

-¿Cuántos planean venir a verla?- dije dirigiéndome a Platón, mientras que Mijaíl tenía toda su atención en su comida, sonriente.

-Cinco, ya hablé también con Dazai, al principio estaba bastante renuente con la idea de ser psicoanalizado pero accedió siempre y cuando sea yo quien lo analice- dijo Platón con bastante tranquilidad bebiendo un poco de su café- Por cierto, aquí está su lista- dijo sacando un pequeño papel de uno de sus bolsillos que me pasó a través de la mesa.

Con seriedad lo tomé y leí los nombres anotados en el, uno de ellos me sonaba bastante pero no sabía de qué, con suma tranquilidad lo guardé en uno de mis bolsillos donde también se encontraba el de Céline, tal y como habíamos acordado.

-¿Algo más?- pregunté respirando profundamente analizando la expresión de ambos hombres frente a mi.

-No lo creo- dijo Platón tranquilo negando suavemente con la cabeza, Mijaíl sólo sonrió levemente y negó igualmente.

-Bien, por qué tenemos un problema- dije recargando mis codos sobre la mesa, Mijaíl enarco una de sus cejas mirándome divertido .

-¿Tenemos o tienes?- me preguntó mientras llevaba un bocado a su boca, yo fruncí levemente el ceño durante unos segundos antes de volver a mi expresión serena.

-Dije "tenemos" porque quiero creer que esto nos involucra a los tres, pero en realidad las palabras correctas serían: "Céline tiene un problema"- al decir eso ambos pusieron un rostro serio y preocupado, luego se voltearon a ver un par de segundos para mirarme a mí con completa atención esperando una explicación- Charles Bukowski escapó- dije sin dar rodeos, no eran necesarios.

De inmediato, Platón se levantó bruscamente de su lugar tirando la silla en la que había estado sentado y me miraba con lo que podía saber qué era terror, mientras que Mijaíl se había puesto increíblemente serio como casi nunca se le solía ver.

-¿Es broma? Porque si es así Svetlana, te juro que no es para nada divertida- dijo Platón con un hilo de voz y casi tembloroso, yo me mantuve firme.

-No me atrevería a bromear sobre ese sujeto- dije echándome hacia atrás en mi asiento cuando los meseros volvieron a entrar sirviendo el segundo plato, salieron de ahí sin prestar mucha atención.

-¿Cómo? ¿P-Por qué pasó? ¿Desde cuándo?- preguntó tartamudeando Platón apretando sus puños con firmeza, respiré profundamente sabía a cuantos podía llegar a ocasionarle escalofríos ese caso.

-Me avisaron ayer, pero debe ya estar fuera como una semana, en Japón creyeron que podrían manejarlo pero no lo han encontrado- dije bajando la vista hacia mi comida, desinteresada tomé mis cubiertos y comencé a comer.

-¿Qué hay del rastreador? Eso debería funcionar- dijo Platón recargando sus manos sobre la mesa, luciendo desesperado y preocupado al mismo tiempo.

-Exacto. Ese que le puse después de la "Fatídica Noche"- dijo Mijaíl con tono serio respirando profundamente seguramente para tratar de mantenerse tranquilo en lugar de su esposo.