Dioses y Demonios ||SOUKOKU||

3. The new boss

Suspiré con cansancio mientras me servía algo de café en una taza. Chūya había estado inconsciente durante dos días después de haber inhalado el humo que le arrojó esa niña; cuando recaíamos lo que yo pensé que era una simple lata que resultó ser una bomba de humo, nótanos que tenía un número de serie y al buscar de dónde provenía resultó que el parecer era completamente legal que ella cargara con eso.

Kunikida le había dado el chip y su teléfono a su amigo Katai que estaba registrando la información, revisando la llamada de la niña y de paso viendo las cámaras de seguridad para saber a dónde había ido. El pequeño se había quedado en la enfermería bajo el cuidado de Yosano, quien me dijo que él sólo estaba profundamente dormido pero eso no me quitaba el mal sabor de boca ni que la casa se escuchara asquerosamente silenciosa. Con cansancio fui a la sala sosteniendo mi taza de café, Chūya odiaba que hiciera eso pero necesitaba ver la televisión para distraer mi mente.

Mientras prendía la televisión le di un trago a mi café haciendo una mueca por lo terrible que me había quedado, no era más que café diluido en agua fría. Ignorando lo pésimo que era hasta para preparándome un café me senté en el sofá poniendo las noticias.

-"En otras noticias, después de aclarar cómo el calentamiento global está afectando nuestro planeta, pasemos a unas noticias igual de mala"- dijo la reportera con tono triste, yo arqueé una de mis cejas extrañado- "esta mañana se ha confirmado la trágica muerte del conocido magnate Ryunosuke Sarutobi"- en ese momento escupí el café que había bebido mirando sorprendido la pantalla- "durante años fue el líder de su dinastía, un gran empresario que propulsó el avance tecnológico del país, además de brindar nuevos empleos y apoyo a las personas de bajos recursos. Un hombre que realizó muchos beneficios en nuestro moderno Japón"- dijo la tonta e ilusa reportera con lástima -"sin embargo, se ha confirmado que su sucesor ya está trabajando por mantener el honor de la dinastía de la familia Sarutobi, a continuación una entrevista con la señorita Leena Fukushima una de los directivos a cargo de la empresa"- luego de lo dicho por al reportera pusieron en imagen a la pelirroja que había conocido hace cuatro años que me había brindado información sobre ALFA.

La mafiosa (tras bambalinas) hablaba sobre al muerte de Ryunosuke mencionando sus logros y demás, también hablo de que el nuevo sucesor prefería no volver su vida de forma pública ya que deseaba que los bienes y logros se le acreditaran a la dinastía Sarutobi y a cada persona que atribuía a la empresa y bla, bla, bla...

Ignoré todo lo que hablaban en la entrevista mientras sonreía divertido sintiendo una extraña sensación en el pecho, estaba de vuelta, después de cuatro años estaba devuelta... la emoción que sentía era la misma que si hubiera perdido un juego y ahora tenía la oportunidad de tener mi revancha, las fichas ya habían sido puestas sobre el tablero y uno de los jugadores era ALFA.

-Ya era hora de que aparecieras- murmuré sonriente mientras le daba un sorbo a mi café.

En ese momento alguien tocó la puerta con tranquilidad me levante y caminé a la puerta, al abrirla no vi a nadie extrañamente bajé la vista al suelo encontrándome con un gran sobre amarillo, no fue necesario adivinar de dónde provenía así que sólo me agaché y lo tomé, cerré la puerta y caminé a la sala donde al sentarme abrí el sobre encontrándome con una carta de color negro que tenía escritas las siguientes palabras con tinta dorada: "El jefe, el que tomará su lugar y tu. Nos vemos en donde la Agencia y la Port Mafia hicieron su trato".
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Al llegar a la Agencia entré con una gran sonrisa, lo cual obviamente les extraño a todos ya que mi prometido estaba inconsciente y durante esos días había tenido un muy mal genio.

-Espero que estés así porque supones que Chūya ya se despertó y no porque hiciste algo que a Kunikida no le gustara para nada- dijo Yosano mirándome interesada desde su escritorio.