5. Carson McCullers

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Estaba en mi oficina revisando unos cuantos informes de negocios ligados estratégicamente con La Mafia de Los Ángeles que servirían para la Port Mafia como fachada y viceversa, la verdad que la idea era bastante buena y beneficiaba en gran parte a la organización siempre y cuando no descuidáramos la seguridad de las transacciones.

-Jefe- dijo uno de los guardias asomando la cabeza por al puerta, tanto yo como mi Elise-chan volteamos a verlo curioso- hay una chica afuera que quiere hablar con usted

-¿Viene de parte de ALFA?- pregunté son ponerle bastante atención mientras bajaba mi vista hacia los informes en mi escritorio.

-No, de hecho...-murmuró con algo de nerviosismo, cosa que preferí ignorar- Es de la INTERPOL

-Ah que bien...- dije sin pensar realmente, hasta que unos diez segundos después reaccione- Espera, ¿qué dijiste?- pregunté extrañado alzando mi vista.

-Qué afuera hay una chica que trabaja para la INTERPOL y quiere hablar con usted, jefe- dijo el sujeto antes de tragar saliva- ¿la dejo entrar?

... ¿Qué?

-¿Quién la dejó entrar aquí? ¿Qué hace aquí?- dije con el ceño fruncido recargando mis codos sobre mi escritorio.

-Dijo que se trataba de un asunto legal muy importante, necesita hacerle unas preguntas y que si no estamos dispuestos a cooperar la organización será acusada por interferir en una investigación policial de nivel mundial- dijo el sujeto recitando todo el monólogo, yo suspiré.

-Estamos en problemas~ -dijo la pequeña niña rubia que estaba acostada boca abajo en el piso coloreando.

-Hey, Elise-chan~ ¿no te gustaría ir a jugar a fuera? ¿O prefieres seguir coloreando?- le dije a mi queridísima rubia con una sonrisa cariñosa mientras los informes los metía en la pasta de un libro para colorear.

La pasta tenía una apertura, como si fuera una carpeta, ahí puse los informes donde quedaban fielmente sellados.

-Colorear, por supuesto- dijo con un lindo puchero mientras se ponía de pie- afuera hace demasiado calor, no seas tonto Rintarou

-Claro, ¿cómo pude si quiera pensar en eso?- dije con una sonrisa tendiéndole el libro para colorear en mis manos- vamos, vamos ¿porqué no coloreas en este? Así vas con Kouyo-kun en lo que yo trato con la mujer de afuera- le dije con una sonrisa amable, ella parpadeó unos segundos y tomó el libro.

Después de eso el guardaespaldas que seguía en la puerta se llevó a mi hermosa y Elise-chan fuera de ahí, mientras que yo ocultaba y me encargaba de todos los demás informes y documentos que tenía, luego de eso tomé el teléfono sobre mi escritorio y presioné un botón que contactaba a mi secretaria que contestó rápidamente.

-Dile a la agente qué puedo recibirla justo ahora- dije con tono serio recibiendo una respuesta afirmativa en ese instante.

Segundos después hubo unos golpes muy leves en la puerta.

-Adelante- dije con seriedad echándome hacia atrás en mi asiento.

Debo decir que si me sorprendió bastante ver a la chica que entró por la puerta. Generalmente la gente que trabajaba en organizaciones de ese tipo solía tener de entre treinta a cuarenta años, puestos más altos iban de los cincuenta a sesenta, algo con lo que no tenía nada que ver la chica frente a mi.

Debía tener veintitantos años, era alta (tal vez metro ochenta), su cabello era rubio y ligeramente ondulado que había atado en una coleta alta, sus ojos eran color miel, tenía facciones delicadas y unos labios delgados y rosas; era una chica joven, claramente atlética y bonita, además de ser claramente extranjera.

Dioses y Demonios ||SOUKOKU||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora