Epílogo.

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Un disparo y todo se oscurece.

***

Abro los ojos. Me encuentro en una habitación blanca, la de un hospital.

Noto que tengo algo en mi cara, una mascarilla para respirar. Me la quito lentamente, y luego me arranco unos cables que tengo en el brazo. Inmediatamente una máquina empieza a pitar, y veo como tres médicos entran en la habitación a toda prisa.

Se quedan sorprendidos al verme despierta.

Abro la boca para decir algo, pero me duele la garganta y no consigo pronunciar sonido.

-Tranquila.-Me relaja un médico.-Es normal. Llevas un mes en coma y no has hablado nada.

Abro los ojos como platos y muevo los labios, formando las palabras "¿un mes?". El médico asiente.

-Tu padre está bien, no te preocupes.

Frunzo el ceño. ¿Es una especie de broma?

Hago gestos y muevo los labios, para decirles que mi padre murió hace un año en un accidente de coche.

-¿Qué? Oh, no, que va, Dani. Tuvisteis un accidente hace un mes, en donde tú quedaste en coma. Él está bien.

Empiezo a revisar las paredes, hasta dar con un calendario. Suelto un grito silencioso cuando veo que es un año antes.

Empiezo a pensar en Scott. Y en Bri, Nazan y Sam. Intento recordar todos los momentos que pasamos, pero cada vez se vuelven más borrosos hasta hacer que me pregunte si fueron verdad.

Lo soñé todo.

De repente entran otros cuatro médicos en la sala, y abro los ojos como platos al ver las caras de mis cuatro amigos, Nazan, Bri, Sam y Scott.

Pero ya no siento la necesidad de correr a abrazar a Bri, ni de besar a Scott. Debí de soñar todo eso, y las caras y voces son las mismas ya que estos médicos debieron de haber estado mucho por mi habitación.

Una pizca de tristeza se instala en mi interior. Hasta que escucho una voz.

-¡Dani!-Levanto la vista y veo a mi padre en la puerta, recuperando aire. Al parecer vino corriendo.

Me levanto corriendo y me lanzo a sus brazos.

-Te echaba de menos.-Susurro, ya que no puedo hablar más alto.-Muchísimo.

Él asiente y me da un beso en la frente.

La mente a veces puede ser demasiado poderosa. Te hace creer cosas que no son ciertas, inventa imágenes y pensamientos que ni siquiera se asemejan a la realidad, y hace que miles de recuerdos tan solo sean ficticios.

Cada vez que alguien me decía que la mente es poderosa, negaba y me convencía de que solo lo que vemos es real. Tal vez estaba equivocada.

Los ángeles son una tentación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora