Volvemos caminando en silencio.
Al llegar al campamento, vemos que todavía es pronto y todos siguen durmiendo. Subimos las escaleras y cada uno está a punto de entrar en su habitación cuando Scott me toma de la muñeca y de un tirón me pega contra si. Los dos estamos serios, mirándonos a los ojos.
Acerca su boca a la mía y me da un beso lento que hace que me tiemblen las piernas. Sus manos rodean mis muñecas y con una fuerza increíble me pega contra la pared, subiéndome las muñecas hasta que se encuentran a cada lado de mi cabeza.
Finalmente, se separa y se da la vuelta, caminando hasta que entra en la habitación.
Yo entro en la mía con lágrimas recorriendo mi rostro. No quiero dormir, así que decido volver a salir al rellano. Me siento en el suelo y me abrazo las rodillas.
Necesito a mi padre. Sólo él sabía consolarme.
*Flashback*
-Venga, juguemos a las palabras encadenadas.-Giro la cara y lo miro, mientras conduce. Su pelo rubio como el mío, sus ojos verdes como los míos.
-Venga, de acuerdo.-Dice con una sonrisa mientras acciona los limpiacristales, ya que está empezando a llover.- Yo empiezo. Casa.
-Sapo.
-Pota.
-Tapón.
-Mmm...-Se queda pensando unos segundos.-Debo de estar dormido, porque no me sale nada.
-Pongo.-Digo con los ojos en blanco. Él frunce el ceño.-Del verbo poner.
Chasquea la lengua.
-Ahí me has pillado.-Me sonríe y sube la música. Suena Summer Paradise. Me pongo a cantar en voz alta y mi padre se ríe.-Desafinas.
-No es verdad.-Le doy un manotazo.- Tengo muchas ganas de llegar a la playa. ¿Cuánto queda?
-Una media hora.-Dice comprobando el GPS.
Sigo cantando en voz alta y con los ojos cerrados hasta que un fuerte pitido hace que abra los ojos de golpe.
Veo a mi padre abalanzarse sobre mi.
Y se me cierran los ojos.
Me despiertan unas voces de unos hombres que no conozco.
-Quitémoslo antes de que se entere la niña.-Dice uno.
Me giro un poco al notar un peso sobre mí, y lo que veo me deja traumatizada. Mi padre está sobre mí, con una enorme brecha en la cabeza y con los ojos abiertos.
Empiezo a gritar, pero me interrumpo para poder toser.
No puedo respirar.
Un hombre vestido de amarillo agarra a mi padre y lo saca del coche.
-¡Papá!-Empiezo a gritar, pero otro hombre me agarra por los hombros y me pone una mascarilla en la cara.
Mis ojos se cierran mientras mis gritos van disminuyendo.
*Fin del flashback*
Noto como unos brazos me rodean y me levantan del suelo. Abro los ojos y me encuentro con Nazan abrazándome.
-Scott me lo ha contado.-Me susurra con su cara enterrada en mi pelo.
Asiento temblorosamente y rodeo su cuerpo con mis brazos. Él me atrae hacia sí y comenzamos a balancearnos. Suelto una risita y él me imita, pero noto pena en su voz.
ESTÁS LEYENDO
Los ángeles son una tentación.
Teen FictionEsta no es la típica historia de chico malo y chica buena. Más bien, yo no soy la mejor niña del mundo. Soy bastante charlatana, digo lo que pienso (sin cortarme un pelo) y soy muy divertida. Tampoco soy la típica chica que no quiere tener novio po...