Epílogo

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Abrí un ojo al escuchar un ruido proveniente de afuera de la habitación

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Abrí un ojo al escuchar un ruido proveniente de afuera de la habitación. Frunciendo el ceño abrí el otro y me quedé quieto en medio de la gran cama. Giré mi cabeza para mirar al costado de mí y estaba vacía, ella no estaba.

—Nicolas Holland, mi vida, ven aquí. Te dije que no corras más cerca de las escaleras... Vas a caerte, mi vida. Y no quiero que eso pase—escuché su dulce voz, esa era su manera de reprenderlo.

Ya le dije un millón de veces que así, él seguiría siendo un rebelde.

—No lo volveré a hacer, ma —dijo él. Sonreí levemente, era un pequeño demonio.

—Chris, mi amor, ¿puedes pasarme tu camiseta? —escuché unos pequeños pasos que pasaban por delante de la puerta.

—Aquí tienes, mami—dijo él y volví a escuchar sus pasos.

—Daniela, mi cielo, ¿ya estas lista? —preguntó Carolina.

—¿Dónde está mi muñeca rosada, mami? —preguntó con voz preocupada.

—¿Te fijaste debajo de la cama? —dijo su madre.

—¡Aquí esta! —dijo contenta.

–Bueno ¿Ya están listos? —les preguntó.

—Casi —dijo Chris.

—¿Por qué se están poniendo tan lindos? —dijo Carolina.

—Lo que pasa es que queremos impresionar a la maestra de natación —contestó Nico.

Reí por lo bajo.

—Con que eso es —dijo ella sin poder creerlo—Ustedes dos son terribles, no puedo creerlo.

—Ya mamá, tranquila —la calmó el pasivo y a la vez seductor Chris —Sabes perfectamente que tú eres nuestra favorita.

—Él tiene razón, ma —lo siguió mi otro pequeño galán—Tú eres la dueña de nuestros corazones. Las demás nada significan.

—¡Ay, por Dios! —dijo ella divertida — ¿De dónde habrán sacado ustedes dos esa manía de comprarme?

—Tenemos un buen maestro —aseguró Chris divertido.

—Ya lo creo —dijo ella.

—¿Papá no irá a trabajar hoy, ma? —preguntó Nicolas.

—Papi está de vacaciones... hoy comienzan —contestó ella —Vayan bajando que el desayuno está listo. Mientras yo termino de peinar a su hermana.

Ellos dos bajaron las escaleras.

—Hija, ven al baño.

—Voy.

—¿Estás contenta de empezar la escuela? —le preguntó.

—Sí, pero tengo miedo —dijo ella.

—¿Miedo, mi cielo? ¿De qué?

Dangerous Obsession [Adaptada] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora