Capítulo XVIII

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Las dos semanas que Gilbert había estado con el doctor en Charlottedown, habían pasado más rápidas de lo que esperaba, cuando partió de allí aquella mañana, deseo poder quedarse unos días más, pero no debía dejar los estudios por mucho más tiempo si quería poder cumplir su deseo de ser un buen doctor.
          Acababa de llegar a Avonlea, tenía muchas ganas de volver a ver a Ana, aunque en esos momentos, seguramente estaría en la escuela, así que no podía ir a verla... ¿o tal vez sí?, Gilbert echó un vistazo a su reloj, a esa hora debían estar en el almuerzo, no le costaría mucho tomar un desvío hasta la escuela, saludar y continuar hasta casa. Lo meditó durante unos segundos, y a pesar de ir cargado con su petate, decidió poner rumbo hacía la escuela con paso decidido.


          Ana intentó ignorar a Josie y Billy, no quería darles el gusto de montar una escena, ya que como le había dicho Diana, era justo lo que estaban buscando, pero era tan difícil no prestar atención a lo que decían.
          —No he dicho que "haya" hecho nada, solo que no me extrañaría que fuera así —contestó Josie remilgada.
          —¿Hacer qué? —inquirió Billy.
          —Nada —añadió Jane— ,vete Billy.
          Billy ignoró a su hermana, y volvió a dirigirse a Josie.
          —¿Qué dices que no te extrañaría que hubiera hecho esa? —preguntó señalando a Ana con la cabeza.
          Ana no podía mantenerse al margen por más tiempo, se levantó súbitamente y miró a Josie.
          —Sabes perfectamente que lo que dices no es verdad, te aconsejo que no sigas por ahí —le indicó con tono amenazante.
          —¡¿Qué no es verdad?! —Josie se puso en pie también.— ¿Acaso no es cierto que te gusta Gilbert y sales con él a espaldas incluso de tus amigas?
          Billy y el resto de chicos silbaron sorprendidos, y empezaron a reír. Ana sentía como le ardían cada vez más las mejillas, aquello era realmente vergonzoso e indignarte.
          —¡No salgo a espaldas de nadie!
          —Entonces... ¿no niegas que salgas con él? —continuó Josie.
          —Espera un momento Josie —intervino Billy divertido—, no creo que Gilbert pueda estar saliendo con... bueno, con esto. —Rio mientras señalaba a Ana mostrándosela al resto.— No dudo de que se lleven bien, pero de ahí, a lo otro...
          —Por eso mismo digo que no me extrañaría que lo hubiera engatusado con... sus conocimientos sobre... —Josie carraspeo nerviosa— ¡oh Billy!, ya sabes a que me refiero —exclamó exasperada.
          Pero Billy no parecía entenderlo, hasta que de pronto abrió los ojos y sorprendido miró a Ana.
          —¡No!, ¿es cierto?
          —¡Por supuesto que no! —Ana fulminó a ambos con la mirada.— Josie Pye, eres una mala persona ya que disfrutas hiriendo a la gente con tus mentiras, y tú Billy Andrews, eres el chico más ruin que he tenido la desgracia de conocer.
          Para consternación de Ana, notó como los ojos se le empezaban a llenar de lágrimas, se volvió rápidamente para enjuagarlas, Diana, le paso un brazo a modo protector sobre los hombros.
          —No te preocupes Ana, todos saben cómo es Josie —intentaba calmarla.
          —¿Pero entonces porque razón Gilbert saldría con alguien como tú? —continuó Billy.
           Todos se reunieron alrededor de ellas, Billy era odioso, ahora se cebaría insultándola a ella, y lo peor, es que no se sentía con ánimos de enfrentarlo, estaba demasiado dolida con Josie, porque, a pesar de ser tan retorcida, nunca pensó que pudiera llegar tan lejos con todo esto, ¿cómo podía siquiera insinuar que ella y Gilbert...?
          —Pues... ¿porque es la chica más inteligente y divertida que conoce? —contestó Diana como si Billy fuera tonto.
          —¿Entonces es verdad que estáis saliendo? —preguntó Ruby con el ceño fruncido.
          Ana la miró con tristeza, aun habiéndole explicado las cosas, Ruby se dejaba engañar muy fácilmente.
          —No... —contestó mientras negaba con la cabeza abatida— ya te lo expliqué Ruby...
          —Bueno —añadió Moody— creo que pronto podremos salir de dudas.
          Ana levantó la vista confusa, y al hacerlo pudo ver como Gilbert se acercaba al grupo. Se le veía feliz, radiante incluso, se dirigía a ellos caminando con brío. Había ocupado tanta veces sus pensamientos durante aquellas dos semanas en las que habían estado separados... reviviendo cada uno de los momentos más recientes que habían compartido, pensando en la manera de hacerle entender que le gustaba como algo más que un amigo..., y justo tenía que aparecer ahora, en el peor momento de todos.

          —¡Gilbert! —exclamaron los chicos al verlo.
          —Buenas tardes —saludó sonriente, soltó su petate en el suelo y miró a su alrededor.— ¿Qué está pasando aquí? —preguntó con el ceño fruncido.
          Ana, aunque sabía que estaba actuando como una cobarde, no quería quedarse para escuchar las tonterías que podían decirle a Gilbert, si era necesario hablaría con él más tarde, así que se agachó dispuesta a recoger sus cosas.
          —Bueno, Ana está insinuando que sois novios —dijo Billy mientras se situaba a espaldas de ella, impidiéndole así marcharse—, ¿es verdad?
          Gilbert frunció el ceño confundido, y miró a Ana en busca de una respuesta, pero ella, rígida por los nervios que sentía en ese momento, solo pudo hacer una casi imperceptible negación de cabeza.
          Por un momento Gilbert se quedó en blanco... ¿qué le acababa de preguntar Billy?, el ambiente se sentía muy incómodo, todos lo miraban expectantes, deseosos de escuchar su respuesta, ¿En qué inverosímil situación Ana diría que eran novios?, aquello no podía ser cierto, tenía que ser cosa de Billy, solo con echarle un vistazo a Ana se podía ver que no tenía nada que ver, se la veía aterrada, con los ojos abiertos de par en par y vidriosos por lo que seguramente habría estado llorando. No sabía que responder, pospuesto que no eran novios, aunque, desde luego, no le importaría que así fuera, pero quizás, Ana sí que había dicho eso, y de ser así, debía tener una razón para haberlo dicho, ¿y si al negarlo la dejaba por mentirosa?, no quería perjudicarla más de lo que ya estaba, así que la miró buscando alguna pista que le indicara como proceder de manera correcta. Ana negó con la cabeza, fue algo muy sutil, pero lo suficiente como para que Gilbert lo notara.
          —No somos novios —contestó con una sonrisa— ¿estamos jugando a algún tipo de juego para descubrir que es, o no, mentira?
          Todos rieron, y el ambiente se relajó un poco, Ana aún seguía rígida junto a Diana y Billy a su espalda, parecía que este la estaba intimidando, deseó poder sacarla de allí y llevarla a un lugar más tranquilo, donde ella pudiera explicarle lo que estaba pasando allí, para saber de que forma poder ayudarla.
          —¿Entonces te gusta? —irrumpió Josie.
          Gilbert se volvió hacia ella y la miró frunciendo el ceño, una vez más, todos se quedaron en silencio esperando su respuesta, ¿pero qué diantres estaba sucediendo?, ¿a que venía tanto interés en aquel tema?, ¿qué si le gustaba?, ¡estaba locamente enamorado de Ana!, era la chica más increíble que hubiera conocido, todo en ella le gustaba, pero al igual le pasó con la pregunta anterior, no sabía si debía contestar con la verdad, puede que Ana aún no hubiese hablado con Ruby, quizás si decía la verdad, se enfadaría con él, aunque por otro lado... ¡no quería declarar sus sentimientos delante de toda la clase!.
          —Creo que quien me guste o deje de gustar es algo que no os incumbe a ninguno de vosotros —contestó con una sonrisa sesgada.
          Como antes, la mayoría se echó a reír, pero en esta ocasión Billy se quedó mirándolo.
          —¿Tan educado eres que no eres capaz de rechazarla públicamente? —le increpó.
          —¿Y qué te hace pensar que la rechazaría? —le preguntó a su vez frunciendo el ceño.
          —¡Oh vamos! —exclamó Billy dejando caer los brazos—, no nos iras a decir que realmente te gusta la fea esta, ¿no?
          Gilbert deseaba estamparle el puño en la cara, veía como Ana miraba al suelo, estaba incómoda, al igual que él quería irse de allí, pero por alguna razón no la dejaban, ¡quería gritar que por supuesto que le gustaba!, pero no sabía si era lo adecuado, una vez más miró a Ana, pero ella seguía cabizbaja, volvió la mirada hacia Diana y esta, sí negó con la cabeza... ¿Debía decir que no entonces?, quizás era mejor que decir que sí, así podrían dejar de atormentarla, ¿o debía mejor no decir nada?, aunque seguramente no se darían por vencidos tan rápido y seguirían molestando a Ana. Gilbert respiró hondo, y con todo su pesar, decidió que lo mejor era mentir.
          —No, no me gusta —trago incómodo— lo cual no quiere decir que no piense que Ana es una persona maravillosa.
          El silencio dio paso a una cacofonía de distintas voces todas hablando a la vez... "¡te lo dije!", "¿ves?, ¡era imposible de que le gustara!", "Aún tienes una oportunidad Ruby"...
Gilbert miró en dirección a Ana, quería hacerle entender que lo que había dicho no era cierto, pero cuando sus miradas se cruzaron, solo pudo ver sus ojos llenos de dolor y de lágrimas, no le dio tiempo a reaccionar cuando ella, como un suspiro, despareció corriendo en el bosque.

Descubriendo el amor (Anne with an 'e')Donde viven las historias. Descúbrelo ahora