Capítulo 5; Invitado.

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Más tarde, ese mismo día los cuatro países latinoamericanos volvieron de sus viajes, al final de todo salió como esperaban. Ahora faltaba el ingrediente extra para animar a su amigo el mexicano.

Solo digamos, que antes que Chile y Venezuela se retiraran de la casa del ruso, el de ocho estrellas le pidió un último favor al soviético.

Nuestro querido latino tricolor se encontraba en casa, estaba recostado en cama viendo novelas. Digamos que desde la última vez que sucedió el extraño problema, no había salido de casa para nada. Aparte se sentía enfermo, de un momento a otro su temperatura empezó a aumentar y tosia demasiado.

Entonces, ¿qué pasará con nosotros, Juan Manuel Echeverría López?

—Solo bésame, María Antonieta Guadalupana bajo el Tepeyac, bésame como si no hubiera un mañana.

—Iugh —México hizo una mueca de asco al ver la escena en donde ambos actores se besaban —qué pedo Televisa, esmerate más en hacer las novelas.

Aún así enojado decidió seguir viendo que pasaba después.
Pero el mundo le jodería la parte en donde el hermano del prota, que es también el villano, les arruinada el momento, pues justamente la puerta del hogar del mexicano era tocada bruscamente.

—¿Qué verga...? Ugh, ¡¿QUIÉN?! —Exclamó para después toser.

—¡Marico, somos Chile y Venezuela!

—'Ta madre... —susurró —¡VOY!

Con duras penas se levantó de la cama pero llevándose la cobija consigo, poniéndosela de pies a cabeza.

Llegó a la puerta, la abrió un poco de mala gana para encontrarse con el chileno y el venezolano.

—¡México puto!

—Hola. —Respondió a secas.

—Eh, marico, ¿te pasa algo? Te veo algo... Pálido. —Preguntó Venezuela preocupado.

—Ah, sí, estoy algo enfermo, no es nada —Dijo, pero seguido de eso un ataque de tos empezó a darle.

—Bueno, si dices que no es nada te creemos boludo, mientras, ¡adivina qué!

—¿Qué? —Comentó a duras penas el tricolor, mientras aclaraba su garganta pues se escuchaba demasiado responsable.

—Te traemos regalo adelantado~ —Dijo Chile pícaro, haciendo una doble 'R' en la palabra regalo.

México no entendió nada, así que solo alzó las cejas en modo de confusión.

Venezuela y Chile, ambos con una sonrisa en cara, se quitaron de la puerta dejándose ver al chico de ushanka, una pequeña sonrisa adornaba su rostro.
México no podía creerlo, ¡¿qué rayos hacia Rusia con ellos?! ¡¿Qué estaba sucediendo?!

—Привет Мексика, как ты?
(Hola México, ¿cómo estás?) —Preguntó el mayor de todos los presentes viendo al tricolor.

México solo observaba, ¿esto era un sueño o una pesadilla? O peor, ¿esto era una broma? ¿Una alucinación?

Sea como sea, no podía hablar, pues sus palabras no podían salir de su boca, ni siquiera murmullos o balbuceos

—Вы знаете, Венесуэла объяснила мне на днях, хотя в это было трудно поверить...
(Sabes, Venezuela me explicó lo del otro día aunque fue difícil creerle...)

México solo observaba, ni siquiera podia escucharle, lo único que escuchaba era un pitido largo.
De repente, su visita se empezó a nublar y sentía su temperatura subir drásticamente.

«Esto no es Amor.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora