Capítulo 31; Besos con sabor a Vodquila.

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Rusia había salido de la casa del Alemán, estaba empezando a tener un pequeño ataque de nervios, lo que le dijo el de franjas con color negro, rojo y amarillo le había puesto algo mal. Realmente había sido un egoísta, ¿No es así? No... Rusia aún pensaba que estaba equivocado, siempre ayudó a otros sin esperar algo a cambio.

Cómo era torpe, lo único que el alemán quería era ser escuchado y apoyado de manera emocional y el eslavo no podía entender eso.

Enojado, Rusia empezó a caminar sin rumbo ¿A dónde se dirigiría tan noche? No lo sabía. Tal vez podría regresar a su casa y hacer como si nada hubiera pasado, embriagarse y así no recordar lo que pasó así sintiéndose libre de culpa. Pero por otra parte no quería estar solo. La urgente necesidad de estar con alguien se hizo presente, alguien que lo escuchará y también le diera apoyo, pero, ¿Quién?

Su teléfono vibró, era una notificación de un mensaje. Dudoso, el chico de ushanka lo sacó, vio que era México, le había enviado una foto. Cuando abrió el chat, vio que era un simple meme, el cual la imagen tenía de texto: "Si el tequila y el vodka tuvieran un hijo..." Y con ello abajo del texto venía la imagen de una bebida alcohólica muy peculiar, tenía por el nombre de "Vodquila*" junto con una calavera y un sombrero ranchero.

—Мексика...

El eslavo guardó su teléfono, ya sabía a dónde ir.

»...«

México estaba tumbado en el sofá de su recámara, no hacía nada más interesante, le volvió a parecer extraño que el eslavo no haya respondido su mensaje, pues lo había visto hace ya un par de horas. Trato de calmarse, no quería armar un escándalo de nuevo. Pero aún así, y por si las dudas, le había enviado un mensaje al Alemán no hace poco para ver si estaba con él. Curioso que tampoco el europeo haya decidido responder, pero México supuso que este estaría ocupado con su trabajo y más tarde le respondería que Rusia estaba bien.

La puerta fue tocada con algo de brusquedad, México se asustó un poco, se levantó del sillón para bajar y abrir la puerta.

—¡Ya vooooooy! —Exclamó eufórico.

Supuso que sería Chile, regularmente el chico de una estrella iba a visitarle solo porque estaba aburrido. Podría distraerse para no sobrepensar demasiado en el eslavo y su reciente nueva desaparición.

Al llegar a la sala principal, antes de abrir la puerta preguntó;

—¿Quién es y por qué tocas como cobrador de Coppel?

Мексика, soy Rusia.

Méx se quedó helado por unos momentos, ¡¿Qué diablos hacía en su casa?! Rápidamente le abrió la puerta, el chico de ushanka se le notaba algo decaído, con unas ojeras y en su mano derecha, traía una bolsa llena de tres botellas de "Vodquila".

—¿Rusia? ¿Qu-qué haces acá?

—¿Te importaría si te hago compañía un buen rato y tomamos?

Méx sonrió mientras un leve rubor aparecía en su rostro; —Sabes que no me molesta que me hagas compañía, adelante —se hizo a un lado dejando pasar al más alto.

Rusia sonrió de lado, la compañía y la amabilidad de México le hacían sentir querido. Al pasar, se quedó observando el lugar, a pesar de ser un palacio del gobierno, México lo había decorado muy a su gusto con cosas sobre la cultura azteca, uno que otro mueble estaba muy colorido, era un lugar que resplandecía un aura magnífica.

«Esto no es Amor.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora