Capitulo 33: Reunión y plan.

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Después del desayuno todo estaba muy tranquilo, el ruso no parecía recordar mientras México seguía carcomiéndose entre sus propios pensamientos, pero trataba de evitarlos estando con el más alto, pues el latino tricolor se había ofrecido a darle un recorrido por toda su casa para ambos distraerse, aunque realmente el mexicano ya hacia con su teléfono mensajeándose con sus compañeros.

—Tienes una casa muy bonita México. —Soltó el eslavo, llamando la atención de su amigo.

Méx con algo de nerviosismo soltó su teléfono y lo guardó en el bolsillo de su pantalón; Gra-gracias, me halaga que te este gustando el recorrido.

—No es nada, me encanta el estilo de las paredes y el piso, como si estuviéramos en la época del barroco.

El mexicano rió: No creí que fuera tan anticuado.

—No lo eres, no lo digo de broma, realmente es un lugar muy hermoso.

Mientras seguían caminando por un amplio pasillo que tenia entre sus paredes varias pinturas de varios pintores como Diego Rivera, Frida Kahlo, Rufino Tamayo, Emilia Ortiz, entre otros destacables, México volvía a sacar su celular solo para fijarse en las notificaciones de su celular, mas específicamente de su grupo de chat.

Vene:
      "Entonces, ¿mañana a las 2 en casa de México?"

Chilito:
     "Así lo quiere el señor, no sé por qué la urgencia de citarnos a algo que de seguro será ver su nueva colección de Funkos."

El mexicano decidió ignorar ese ultimo mensaje y volver a enfocarse en su invitado, quién parecía intrigado e emocionado por todo lo que sus ojos veían. Como el silencio era para morirse el latino habló;

—En... ¿El kremlin tienen pinturas igual?

—Claro, pero no les toman mucha importancia, por eso todas están en el museo de Hermitage.

—¿Cuáles son tus artistas favoritos?

—Oh, eso es una pregunta interesante, están Lilá Repin, Isaak Levitan y Natalia Goncharova —Respondió con alegría, a lo cual el mexicano no pudo evitar sonreír igual.

Pero claro, era la primera conversación en la que indagaban más profundo sobre los gustos del uno y otro.

—México, ¿puedo... preguntarte algo?

—Ya lo estás haciendo.

Rusia soltó una risilla, en cierta parte le daba pena preguntarle por el qué pensaría, no quería ser una molestia y más por lo que pasó con el alemán, pero por otra parte no quería estar solo.

—¿Te molestaría si me quedo por unos días aquí? Al menos una semana —Encogió loa hombros mientras lo volteaba a ver.

El de franja verde, blanca y roja se le quedó viendo, ¿su pregunta iba en serio? Se tensó, su corazón latía a mil por segundo, se había quedado estático y sin notarlo un rubor en su rostro apareció.
Miles de preguntas volvían a invadir su mente, ¿Qué planeaba? No le molestaba la idea, pero, ¿Por qué justo ahora?

—Ahm, pero, ¿y tus cosas? Viniste sin nada, ¿Qué pasará con Alemania? ¿Qué dirá tu presidente al saber que estas "desaparecido"? —El mexicano empezó a preocuparse más, todo estaba llegando de golpe y lo que menos quería era hacerse más ilusiones.

—Por mi gente no te preocupes, además, no es como que a mi presidente le importe mucho —Metió sus manos a sus bolsillos —Y supongo que Ale no quiere saber nada de mi por el momento, así que es mejor no molestarlo.

«Esto no es Amor.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora